Combatir los problemas de audición para evitar el aislamiento
Jaume FornerLunes 12 de julio de 2021
5 minutos
Lunes 12 de julio de 2021
5 minutos
La presbiacusia o pérdida de audición asociada a la edad tiene una mayor incidencia a partir de los 65 años y si no se trata correctamente puede provocar aislamiento social en las personas mayores, que tienden a limitar progresivamente las situaciones en las que tienen que interactuar con otras personas.
Se trata de una problemática que en muchas ocasiones pasa inadvertida, pero que va menoscabando la capacidad de las personas para relacionarse con su entorno, ya que de manera prácticamente inconsciente van encerrándose en sí mismas. Y es que tal como evidencia el estudio Bienestar y salud auditiva de los españoles, realizado por Aural Widex Centros Auditivos, el 94% de la población considera que la pérdida auditiva es un problema de salud que afecta al ánimo y puede limitar las relaciones sociales. En cambio, a pesar de la importancia de la audición para tener una vida plena y mantenerse activos, el 40% de la población de entre 35 y 65 años nunca se ha hecho una revisión auditiva.
Por ello, es fundamental estar alerta ante las señales de alarma que muestran cambios en el comportamiento diario, en las actitudes, y que finalmente pueden estar motivados por no oír bien.
La Fundación Edad&Vida, centrada en la mejora de la calidad de vida de las personas mayores, en colaboración con Aural Widex Centros Auditivos ha puesto en marcha una campaña de concienciación para poner de relieve el aislamiento provocado por los problemas de audición, aportando soluciones para contribuir a recobrar la normalidad y volver a disfrutar de la vida plenamente.
Tal como apuntan expertos en psicogerontología, la pérdida auditiva aparece de forma progresiva y cuando los demás empiezan a darse cuenta y la persona acepta ese déficit, aparece la tristeza y el aislamiento. Se pueden empezar a detectar posibles problemas de audición cuando observamos que la persona deja de hacer actividades en grupo, de participar en conversaciones, cambia su estado de ánimo, prefiere no salir de casa, etc.
De hecho, en los primeros estadios, las personas tienden a negar el problema y a culpar al interlocutor, alegando que habla demasiado bajo. Creen que oír peor es algo normal, asociado a la edad, y eso hace imprescindible el papel de su entorno para alertar sobre el problema.
Si la pérdida auditiva no se trata, la situación va empeorando y la persona con el paso de los años deja de oír más cantidad de sonidos en determinadas frecuencias, por lo que va aumentando la dificultad de comprensión y poco a poco van quedando fuera de las conversaciones, por lo que paulatinamente tienden a aislarse. Además, se ha demostrado que los problemas de audición pueden derivar en problemas cognitivos, ya que la falta de estimulación genera un deterioro prematuro y acelera el proceso de envejecimiento, provocando un envejecimiento patológico.
Cuando aparecen los primeros síntomas de pérdida auditiva es muy importante acudir al especialista y hacerse una revisión. Los audífonos son una solución sencilla y cómoda que permiten volver a conectarse con el entorno, relacionarse de una forma óptima, evitando problemas de incomodidad social y de aislamiento, mejorando así la calidad de vida de las personas mayores.
Según datos del Imserso, en España, hay cerca de 4,7 millones de hogares unipersonales, 2 millones de los cuales (42%) corresponden a personas mayores de 65 años, por lo que el papel de la familia y el entorno cercano es fundamental para detectar los primeros signos de la pérdida auditiva y buscar soluciones.
Darse cuenta a tiempo de la aparición de problemas auditivos es clave para evitar el aislamiento y volver a relacionarse socialmente.
En el día a día son muchas las situaciones que muestran la aparición de deficiencias auditivas: la sensación de ruido constante y de no entender nada con claridad cuando se está en lugares con mucha gente hablando a la vez; empezar a evitar los eventos sociales o reuniones familiares por no poder seguir las conversaciones; tener problemas para escuchar el sonido del móvil; subir el volumen de la televisión para escucharla con claridad; o empezar a estar más triste e irritable, querer estar más tiempo solo/a sin hablar con los demás.
Es fundamental compartir los pensamientos y sensaciones que está experimentando la persona en cada momento, exteriorizarlo para analizar qué está sucediendo, acudir a un otorrino para que pueda determinar qué ha provocado los problemas de audición y reservar una cita con un experto en un centro de audición.
Finalmente, los usuarios siempre coinciden en que algo tan sencillo como ponerse un audífono les cambia la vida, por lo que habitualmente manifiestan que deberían haberse hecho antes la revisión para buscar soluciones a ese problema que les estaba limitando. Oír bien es imprescindible para sentirse seguros, conectarse con el mundo y recobrar la confianza en las relaciones sociales.