Más de uno de nosotros estará dándole vueltas a la cabeza para acertar con el regalo –el juguete– adecuado para nietos o hijos.
En la tienda especializada nos podrán orientar sobre qué podemos regalar según la edad. Pero hay que preguntarse algo más. ¿Por qué un juguete? ¿Qué es un juguete? ¿Qué se quiere conseguir con un juguete?. Y para responder hay que partir de una base: para los niños jugar es una necesidad.
Para nosotros, jugar es entretenimiento, es pérdida de tiempo, es ocio. Sin embargo el niño juega e identifica la propia experiencia vital al juego. Jugar y vivir son para el niño la misma cosa. Un niño que no juega no es un niño normal. Algo pasa por su alma o por su cuerpo.
Lo de menos es saber con qué juega. Juega con lo que sea. Tan pronto juega a contar los azulejos del cuarto de baño como a recordar los apellidos maternos y paternos... Un bebé juega con la comida, con el biberón, con el chupete o con el llavero de su padre. Juega a dar golpes o juega a mirarse los dedos. A toda edad, pero más cuanto más pequeño, el niño necesita jugar. Es una necesidad como lo es el respirar.
Qué es un juguete
Si asumimos que jugar es vivir, juguete puede ser cualquier cosa. El niño va a jugar con todo lo que tenga al alcance de la mano. Lo que debemos tener en cuenta es que el niño va a madurar jugando. Incluso es el juego el que va a ir dictándole su grado de maduración.
Al principio, jugará en la moqueta delante y al lado de su madre. Y en cuanto intente gatear y salirse del “entorno” conocido, se volverá, mirará y dará la vuelta. Cuando un niño tiene un año, gatea, quiere coger todo, quiere llevarse todo a la boca –que es por el sentido que “conoce”–. Gatea, sale de la habitación, enfila el pasillo, y cuando se encuentre sin la perspectiva habitual dará la vuelta... Juega, pero al lado. Cuanto más lejos vaya jugando, más independencia va adquiriendo. Cuando el niño pequeño es capaz de jugar solo, sin nadie cerca, es un niño que empieza a ser independiente...
Lo dicho: juguete puede ser todo. Desde un pensamiento a una COSA.
Y no olvidemos que todo aquello que deje rienda suelta a la fantasía, que alimente la creatividad del niño, será siempre un buen juguete. Es la primera definición: para el niño, jugar es vivir. Y la vida en esa edad debe basarse en desarrollar las capacidades...
El juguete útil
Hay quien quiere que el juguete sirva para “otras cosas”. Y regalan a sus hijos un juguete para que aprenda los ríos de América o las capitales del mundo. Regalan un juguete PARA... es decir, buscando otra finalidad que la sola y suficiente de JUGAR. Y claro, el niño lo utilizará una vez y se olvidará de él. El niño aprende jugando, sí; pero aprende porque juega, porque maneja las manos, los pies, la habilidad o la risa; no porque sepa que París es la capital de Francia. Buscar una utilidad añadida al juego es anular al juego lo que tiene de utilidad.
Compensaciones
Es verdad que la publicidad se encarga de decir a nuestros hijos qué es lo que quieren para Reyes... No quieren un muñeco, sino ESE muñeco. Ni una construcción por piezas, sino ésa o aquélla. Es molesto, pero es así. El problema se plantea cuando nosotros queremos establecer una serie de compensaciones.
Y entonces, con el regalo lujoso, atractivo, o caro , queremos o pretendemos dar al niño lo que durante el año le negamos. Es decir, queremos, con el regalo, decirle lo mucho que le apreciamos y el cariño que le tenemos, aunque no dispongamos de tiempo para dedicarle. Todos tenemos disculpas. El trabajo, las preocupaciones, el cansancio...
Lo que debe hacer un juguete
Desde luego, un juguete debe, en principio, ser juguete. Es decir, que el niño juegue con él. Y no al revés. La técnica ha puesto ya en el mercado juguetes que son ellos realmente los que juegan con el niño. Su perfección es tal, que el niño ante ellos se siente como empequeñecido... Muñecas que andan, que lloran, que hacen pis, y que no te mandan a la cama de milagro...
Un juguete debe dejar que el niño juegue con libertad. Debe fomentar su creatividad, su fantasía y su imaginación. Debe permitirle desarrollar sus habilidades físicas y psíquicas, y debe, por último, estar hecho y creado de forma que no corte, ni arañe, ni sea peligroso...
En definitiva, que desarrolle ese interés en aprender.
Las edades
Aunque en los establecimientos especializados pueden orientar, puede ser útil saber que hasta los 4 años disfrutan con juguetes de tracción, cubos de colores y muñecos. A los 6 años, le gusta sobre todo, lo que haga ruido “social”, como teléfono, un piano y cosas de “la vida real”, cacharros, cocina, peluquería y todo aquello que pinte; ya empiezan los puzzles.
A los 8años sueña con “cuando sea mayor”, en niñas va a primar lo de ser peluquera o “peinadora de muñecos” y en niños, juegos “de mayores” coches, trenes, motos o futbolines. Y sobre todo algo en lo que puedan desarrollar sus ”dotes de mando”, desde grupos humanos a cocinas, donde puedan disponer platos y menús. Y a esa edad, les encantan los disfraces, porque imitan a sus personajes favoritos y se peinan a su gusto.
Sobre el autor:
Ramón Sánchez-Ocaña
Ramón Sánchez-Ocaña (Oviedo, 1942) es miembro del Comité Editorial de 65Ymás. Estudió Filosofía y Letras y es licenciado en Ciencias de la Información. Fue jefe de las páginas de Sociedad y Cultura de El País, y profesor del máster de Periodismo que este periódico organiza con la Universidad Autónoma de Madrid.
En 1971 ingresa en TVE. En una primera etapa se integra en los servicios informativos y presenta el programa 24 horas (1971-1972). Entre 1972 y 1975 continúa en informativos, presentando el Telediario. No obstante, su trayectoria periodística se inclina pronto hacia los espacios de divulgación científica y médica, primero en Horizontes (1977-1979) y desde 1979 en el famoso Más vale prevenir, el cual se mantiene ocho años en antena con una enorme aceptación del público.
Tras presentar en la cadena pública otros dos programas divulgativos, Diccionario de la Salud e Hijos del frío, fue fichado por Telecinco para colaborar primero en el espacio Las mañanas de Telecinco y posteriormente en Informativos Telecinco.
Es colaborador habitual de radio, periódicos y revistas, y autor de una veintena de libros, entre los que destacan Alimentación y nutrición, Francisco Grande Covián: la nutrición a su alcance, El cuerpo de tú a tú: guía del cuerpo humano, Guía de la alimentación y Enciclopedia de la nutrición.
En 2019 entró en el Comité Editorial del diario digital 65Ymás, en el que colabora actualmente.