Nos harán llevar un cartel, a modo de monigote colgado en la espalda como tradicionalmente se realiza en el día de los Inocentes, en este caso, el nuestro, con la V de Viejo o mantendrán la compostura y aunque sea más largo nos reconocerán con un cartel con las siglas AM, Adulto Mayor, esperemos que les quede algo de dignidad.
Finalmente, todos iremos marcados, a imagen de aquellos campos de exterminio del nazifascismo dónde marcaban a cada represaliado con diferentes símbolos, judío, gitano o comunista. Hoy en el siglo XXI, quieren volvernos a marcar, como viejos, lo harán también con la F de feminista, la E de ecologista, la S de socialista o la C de comunista…
Ahora que estamos exigiendo de manera justa y responsable, la necesidad de una Ley de Defensa de los Adultos Mayores, para obtener visibilidad sobre los problemas que acucian a nuestro colectivo los adultos mayores, ahora que queremos participar con nuestra propia agenda política y social. Resulta que la respuesta de algunos líderes del edadismo es marcarnos, significar a nuestro colectivo de forma pública, notoria y visual, nos quieren marcar con la V de Viejos, de inservibles, nos marcan para advertir al resto de ciudadanos: ¡Ojo, viejo a tu alcance!, nos marcan para que todos adviertan el peligro que corren al acercarse a un adulto mayor, nos marcan como al ganado, para avisar del peligro que acecha a quién de forma imprudente se nos acerca poniendo en riesgo su vida.
Esta no es la mejor manera de educar, de construir canales de comunicación intergeneracional, muy al contrario, es una forma de “guetizar” a todo un colectivo que representa al 19% de la sociedad, de poner barreras, allá donde debemos abrir el campo para vivir en libertad, para acabar con la soledad, enfermedad que asola a nuestro colectivo.
La banca, parece ser que animada por esta ola edadista, quiere ir un paso más allá y se dispone a cobrarnos por llevar el cartel o chapa de viejo, anuncia un cobro de 2€ para las operaciones de caja, aquellas que no se realizan por medio de cajeros automáticos o de forma on line/virtual, en el fondo están condenando a todo nuestro colectivo a pagar 2€, al menos una vez al mes, cada vez que percibimos nuestra pensión, como mínimo, sino realizamos más operaciones.
Nuestro colectivo, es reo de la brecha tecnológica, por varios motivos no hemos vivido la ola digital y no hemos tenido la formación adecuada en el manejo de las nuevas tecnologías. También razones económicas, con más de 2 millones de jubilados que perciben mensualmente 450€ o menos, es imposible que dispongan de aparatos o conexión que les permita actuar de forma virtual con su entidad bancaria. Por seguridad, la gran mayoría tiene miedo a realizar operaciones en la calle y ser víctima de fraudes o robos al interactuar con un cajero automático.
Parece ser que la usura, ha vuelto a la banca, aunque algunos pensamos que nunca la abandonó.
Hagan cuentas, 9 millones de pensionistas a 2€ mensuales por pensionista… Son muchos millones en un año. Otro argumento más para frenar un proceso de despidos en la banca: pero para esta patronal sobran cajeros, automáticos?, no, no nos equivoquemos, sobran los otros, los de siempre, los obreros.
Anatolio Diez Merino
Secretario General UJP-UGT