Jueves 26 de marzo de 2020
2 minutos
Confinamiento: Pena que consiste en obligar a alguien a residir en un lugar diferente al suyo, aunque dentro del área nacional, y bajo vigilancia de la autoridad.
Aislamiento (tercera acepción del diccionario): "Incomunicación, desamparo".
Hoy me he levantado un poco tarde. Parece que puedo, que es compatible con el “confinamiento”, perdón, “aislamiento preventivo”, que no es igual, parece ser.
Lo primero que hago es mirar el móvil, ¡cómo no! Y de repente, lloro. Es una llorera repentina, sorprendente e inesperada. ”Llorando la angustia”, supongo. Este insoportable “aislamiento” cada vez lo llevamos peor. Nos afecta negativamente a todos. Hasta a mí me empieza a pasar factura. Yo, que soy fuerte. Yo, que no me aburro nunca. Yo, que tengo mi propia vida interior. Yo, que puedo tirar de recursos. Yo, que disfruto de la soledad.
En cuanto a la vida en la residencia de Usera, mi residencia, veamos: el compañero residente está mejor. No tiene fiebre y está contento. Parece ser que lo peor ha pasado.
He salido un poco a chequear y tomar el pulso al “ambiente”, que no difiere mucho del de días anteriores. La enfermera atiende a una trabajadora. Le angustia la mascarilla y le falta respiración. Finalmente, está bien. Hago unas fotos… descorazonador.