Recogemos en 65YMÁS este jueves, día 10, un comentario amplio sobre la dieta cetogénica. Debe advertirse que TODAS la dietas que se suelen proponer para adelgazar sin esfuerzo se ponen de moda periódicamente. Y la cetogénica es la misma que promovió hace unos años, el célebre –precisamente por esa dieta y no por sus investigaciones– el Dr, Atkins.
Se basa principalmente en eliminar la ingestión de hidratos de carbono. Es una dieta que originó una fuerte polémica y que tuvo grandes detractores. Oficialmente correspondió al prof. Grande Covian hizo, en la Academia Médica Americana, la crítica profunda de los desequilibrios que la dieta proponía.
En síntesis se elimina todo aquello que contiene hidratos de carbono –verduras, legumbres, cereales, azúcares, frutas– y permite un consumo libre de grasas y proteínas.
Trata de provocar cetosis en los primeros días. Para ello, por ejemplo en el desayuno puede tomarse un huevo frito, con chorizo y en vez de pan, cortezas de cerdo. Eso sí, nada de pan, nada de fruta. La comida podría ser una lata de sardinas como aperitivo, y después una pierna de cordero, y de postre un taco de queso curado. El alcohol está prohibido en una primera etapa, aunque luego, a las dos semanas se puede ya tomar algún licor destilado –que no tenga azúcar– y vino de más de dos años o cava brut nature.
Se trata, en definitiva, de eliminar todo aquello que no sea proteína o grasa.
El dr. Atkins pretendía hacer olvidar la energía de los alimentos y prescindía de contar por calorías. Según su teoría, sin hidratos de carbono no hay asimilación y el adelgazamiento es rápido.
La sobrecarga a que somete esta dieta es notable. Inmediatamente se producen cuerpos cetónicos. Incluso se aconseja el uso de tiritas para medir la acetona en la orina y se llega al absurdo de desear que aparezca, como señal de que se está adelgazando.
Se pierde apetito y produce un cansancio grande. Es imprescindible complementar con complejos vitamínicos y minerales. Atkins publicó un libro de gran éxito con el título de “La Revolución dietética.”
Debe decirse que, en realidad la dieta de Atkins no es una dieta original, y tiene antecedentes en un tal Banting que intentó adelgazar por todos los medios y no lo consiguió.
Grande Covian es determinante al criticar este tipo de dietas: "Una dieta rica en grasa no tiene ventaja alguna sobre una dieta mixta del mismo valor calórico. La mayor pérdida de peso obtenida con la dieta rica en grasa en un experimento de corta duración, se debe a la mayor pérdida de agua corporal y a la mayor pérdida de proteínas. Ninguna de estas dos consecuencias es ventajosa para el sujeto”. Pero es que además hay aumento notable tanto de colesterol como de ácido úrico.
A raíz de la dieta de Atkins y con distintos nombres se han propuesto otras dietas que buscan un mayor consumo de proteínas y forzar la cetosis. Grande Covián hizo una crítica amplísima a este tipo de dietas. Incluso la Sociedad Médica de Nueva York quiso quitarle a Atkins el permiso para ejercer la medicina.
Entre otras cosas, el prof. Grande Covian nos dijo:
"Estas dietas me parecen un desatino. Es una cuestión de aporte de energía no de comer tal o cual cosa. Yo he criticado mucho estas dietas ,porque parte de una base falsa. Ojo : yo no estoy diciendo que usted no pueda adelgazar siguiendo la dieta de Atkins. Lo hace, pero a base de perder agua.
Es una dieta que produce cetosis, por lo que tiene que aumentar el volumen urinario y por eso pierde más agua. Pero cuando alguien quiere adelgazar quiere perder grasa. Perder agua no es ninguna ventaja. Es un inconveniente. Además la dieta grasa que propone Atkins provoca alteraciones en la tasa de colesterol, de triglicéridos... Y otro problema: en las propuestas de Atkins no hay un solo dato cuantitativo. La gente adelgaza por la cetosis y por la sensación de saciedad que produce esa cetosis. Con los problemas subsiguientes.
El error está en que se valora como pérdida de grasa lo que en realidad es pérdida de agua".