No es bueno, cuando se realiza cualquier tipo de análisis, iniciar el mismo “poniendo el carro delante de los bueyes”.
¿Qué quiero decir? Pues que los análisis siempre deben realizarse dentro del contexto en que se producen los hechos. ¿Alguien esperaba que en la situación actual, provocada por la pandemia mundial que sufre nuestra aldea global, los datos macroeconómicos fueran brillantes, después de padecer la mayor crisis sanitaria, política, económica y social vivida por nuestra civilización en los últimos 100 años?
Debemos recordar que hemos vivido una situación de confinamiento, lo cual ha significado una parálisis total de nuestro sistema productivo, cuyo efecto ha sido el cierre de empresas y la desaparición de negocios, lo que equivale a despidos y por tanto una rebaja de las cotizaciones, en definitiva, una merma de ingresos en las arcas de la Seguridad Social y un incremento del gasto, generado por el desempleo y diversas políticas sociales puestas en marcha.
Medidas no pueden ser contabilizadas como gasto
El Gobierno, entendemos que de forma atinada, ha puesto en valor la necesidad de resolver un problema que nos podía haber llevado a una situación tan dramática como la vivida durante la crisis financiera del 2008, las medidas tomadas: exoneración de cuotas para las empresas acogidas a ERTE, por suspensión de contratos y reducciones de jornada por fuerza mayor, por causas económicas, técnicas, organizativas y de producción por el covid-19 o por impedimento o limitaciones de actividad, las exenciones de las cuotas de aquellos autónomos que se han beneficiado de las prestaciones extraordinarias, el incremento de las bajas laborales…
Evidentemente son medidas que rebajan la posibilidad de incrementar los ingresos, provocando un déficit absolutamente necesario en el contexto en que se ha producido. Todas estas medidas no pueden ser contabilizadas como gasto, son inversiones de las cuales debemos esperar un retorno, en forma de crecimiento económico.
Seguramente si en épocas anteriores, no se hubieran recortado los presupuestos en las partidas presupuestarias de contenido social: sanidad o servicios sociales fundamentalmente, el esfuerzo inversor que ha realizado el actual gobierno hubiera sido mucho más ajustado. Estamos pagando los años de “austericidio”, de empleo precario y salarios esclavistas de aquellos polvos estos lodos que hoy recogemos.
No ayudan titulares sobre la "quiebra"
En situaciones de crisis como la actual se echa de menos arrimar el hombro y trabajar por el bien común, no ayudan por el contrario los comentarios extremistas y buscar el titular excesivo, la S.S. está en quiebra, cacarean los agoreros “juntaletras” de siempre. No, está en una situación equivalente a como la habían dejado los gobiernos de la derecha y sus ambiciones privatizadoras.
Ahora es momento de tomar decisiones, que deben pasar por crear empleo digno, con salarios dignos que ayuden a incrementar los ingresos necesarios para enjuagar el déficit estructural, incrementado por las medidas sociales y necesarias tomadas por el actual ejecutivo. Cambiar el modelo productivo y emplear con criterio los fondos europeos en la digitalización de nuestra industria son la base para crear un sólido mercado laboral que ayude a equilibrar las cuentas de la S.S.
De las pensiones podemos decir exactamente lo mismo, es el momento de recuperar el poder adquisitivo perdido por las políticas neoliberales y de recortes del PP, la solución pasa por todo lo dicho hasta este momento sobre el empleo y los salarios y por ejecutar las políticas consensuadas en el Pacto de Toledo, encaminadas a incrementar los ingresos, mediante el equilibrio contable y la extracción de los presupuestos de los denominados gastos impropios.
La dependencia sería otro buen ejemplo, se ha debido incrementar la inversión en más de 600 millones de euros, para tratar de equilibrar los años perdidos por políticas de recorte y desinversión, ya llegará quien diga que la dependencia está en quiebra.
Anatolio Díez Merino, Secretario General de UJP-UGT.