Jerónimo Saiz Ruiz
Opinión

Depresión: la 'plaga' del siglo XXI

Jerónimo Saiz Ruiz

Lunes 13 de enero de 2025

4 minutos

Los factores de riesgo que hacen más probable que sufras depresión más allá de la genética

Lunes 13 de enero de 2025

4 minutos

La repercusión de la enfermedad depresiva sobre la salud pública no para de crecer. Incluso las estimaciones más pesimistas realizadas hace años se están quedando cortas ante la interferencia funcional y pérdida de calidad de vida que se están observando en la actualidad y que la convierten en una de las primeras causas de discapacidad. Su impacto es devastador, considerando el sufrimiento, bajas laborales, años perdidos de vida saludable, costes directos e indirectos del tratamiento e incluso muertes por suicidio. Por ello se ha llegado a decir que la depresión es la ‘plaga’ del siglo XXI.

La depresión es uno de los trastornos psiquiátricos más comunes con una prevalencia anual estimada entre 3% para los hombres y un 8% para las mujeres, situándose la prevalencia/vida alrededor de un 20%. Esto se traduce en que aproximadamente una de cada 6 personas padece, ha padecido o va a padecer depresión a lo largo de su vida.

En España, el coste de la depresión se cifra en más de 5.000 millones de euros: el 67% se debe a la pérdida de productividad (bajas laborales y ‘presentismo’), el 20% a costes médicos, el 9% a tratamientos farmacológicos y el 4% a la mortalidad atribuida a la depresión

Hay factores que incrementan el riesgo de padecer depresión como ser mujer, la edad avanzada, sufrir pérdidas, enfermedades crónicas, antecedentes familiares, el postparto, consumo de alcohol o/y drogas y acontecimientos estresantes, entre otros.

Sus síntomas típicos son tristeza, bajo estado de ánimo, pérdida de ilusión, energía y vitalidad, sentimientos de culpa, baja autoestima,  problemas de sueño y apetito, déficits cognitivos que afectan atención, concentración, memoria,… 

Sin embargo el diagnóstico es a menudo obviado o retrasado por distintas razones, el estigma que afecta a pensar que la persona deprimida es débil o no pone suficiente para recuperarse, la percepción que el enfermo puede tener de su malestar (cansancio, molestias físicas como dolores o sensación de mareo, anorexia, insomnio,…) le hace creer en una enfermedad somática no descubierta o bien piensa que es algo a lo que debe sobreponerse por si mismo.

A pesar de disponer de tratamientos eficientes, como técnicas de psicoterapia –útiles en formas leves y moderadas– y medicamentos para las de mayor gravedad, más del 50% de los enfermos depresivos no van a llegar a recibir el tratamiento adecuado. 

Aun llegando a recibirlo, hay un porcentaje significativo que no logra una remisión de los síntomas: son las depresiones ‘resistentes’. Se recurre entonces a entornos especializados y soluciones más complejas. Se aplican terapias combinadas con asociaciones de fármacos, intervenciones psicológicas intensivas, hospitalización parcial o total…

La buena noticia es que tenemos posibilidades nuevas de actuación:

  • Después de muchos años, hay nuevos medicamentos antidepresivos, como la Esketamina de administración intranasal, o la Brexanolona o Zuranolona indicadas en la depresión posparto. 
  • Técnicas de estimulación, como la estimulación magnética transcraneal o en casos extremos la implantación de electrodos profundos en el cerebro que se activan con marcapasos controlados por telemetría y que pretenden sustituir a la clásica terapia electroconvulsiva (electrochoque), aún hoy el antidepresivo más eficaz a pesar de su mala imagen.
  • Técnicas psicológicas novedosas basadas en entrenamiento cognitivo por ejemplo a través del uso de aplicaciones informáticas 
  • La promoción de la recuperación a través de la actividad física, una dieta sana y equilibrada, y el fortalecimiento de las redes de apoyo social

El día 13 de enero es el Día Internacional de la Lucha contra la Depresión, una fecha que se proclama con la intención de sensibilizar, prevenir y orientar a nivel mundial. La comprensión y la aceptación están en aumento, lo cual es un paso positivo, es también esencial fomentar un entorno en el que las personas se sientan seguras para buscar ayuda. Pero lo más deseable sería conseguir una mejor visión y conocimiento del problema en todos los niveles, por supuesto los afectados y su medio, pero también en ambientes como los educativos y laborales, facilitando el reconocimiento precoz de los síntomas y el acceso a profesionales y recursos competentes para el tratamiento y la recuperación. 

Sobre el autor:

Jerónimo Saiz Ruiz

Jerónimo Saiz Ruiz

Jerónimo Saiz Ruiz es Catedrático de Psiquiatría y Profesor Emérito de la Universidad de Alcalá de Madrid (UAH). Ha sido presidente de la Fundación Española de Psiquiatría y Salud Mental, de la que es actualmente patrono, y con anterioridad lo fue de la Sociedad Española de Psiquiatría. Ha publicado más de 200 artículos de investigación en revistas de impacto.

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