Juan Sepúlveda
Opinión

Día Mundial de Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato en la Vejez

Juan Sepúlveda

Sábado 15 de junio de 2024

7 minutos

Día Mundial de Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato en la Vejez

Sábado 15 de junio de 2024

7 minutos

La Asamblea General de las Naciones Unidas, en su resolución 66/127, designa el 15 de junio como Día Mundial de Toma de Conciencia de Abuso y Maltrato en la Vejez, considerando que: “El maltrato a las personas mayores es un problema social mundial que afecta a la salud y los derechos humanos de millones de personas mayores en todo el mundo y es un problema que merece la atención de la comunidad internacional”

La Organización Mundial de la Salud (OMS) a través de la Declaración de Toronto del año 2002 “para la prevención global del maltrato de las personas mayores” definió el maltrato a una persona mayor, “como la acción única o repetida, que causan daño, sufrimiento o angustia, o también la falta de medidas apropiadas para evitar otros daños, y que se produce en cualquier relación donde existe una expectativa de relación de confianza”.

Este tipo de violencia constituye una violación de los derechos humanos y puede manifestarse en forma de maltrato físico, sexual, psicológico o emocional; maltrato por razones económicas o materiales; abandono; desatención; y del menoscabo grave de la dignidad y el respeto.

Los estudios sobre la prevalencia del maltrato a mayores son escasos a nivel mundial, y tampoco hay muchos datos rigurosos al respecto, no obstante, en la mayoría de países se reconoce que el abuso de personas mayores debe ser una prioridad de salud pública global, pero la realidad es que en la mayoría de los casos se encuentra desatendida especialmente en comparación con otros tipos de violencias, como las ejercidas hacia las mujeres o los menores.

Existen distintos tipos de maltrato:

  • El Maltrato físico se refiere a actos violentos como los golpes, los empujones, el uso de medidas de contención (incluidas las farmacológicas) y el confinamiento, así como el hecho de provocar intencionadamente dolor físico y lesiones. Durante el Covid-19 hubo un incremento de las lesiones corporales infligidas a los mayores. Aunque el riesgo de ser víctima de la violencia física parece ser más elevado en entornos institucionales, posiblemente al ser más visibles que en el ámbito familiar. Son las mujeres mayores quienes más sufren este tipo de maltrato, que en muchas ocasiones viene arrastrado de situaciones de violencia de género, por parte de sus parejas.
  • El maltrato psíquico o emocional es la forma más frecuente de maltrato que sufren las personas mayores y puede ser experimentado igualmente por hombres y mujeres. El maltrato psicológico y emocional abarca acciones como la intimidación, la humillación, la culpabilización rutinaria, el maltrato verbal y los insultos, así como la separación de las personas de edad de sus amigos o actividades, lo cual reduce su sentimiento de identidad, dignidad y autoestima. Y se da más cuando las personas mayores sufren problemas de salud cognitivos.
  • El Maltrato sexual se da cuando la persona que cuida al mayor, una persona de su confianza o una persona desconocida le fuerza a presenciar o participar en cualquier tipo de actos sexuales, lo que incluye gestos, insinuaciones, exhibicionismo, contacto sexual de cualquier tipo (violación, tocamiento, acoso sexual, hacer fotografías) consumado o no. La violencia sexual contra las personas mayores es más frecuente entre las que viven en entornos institucionales, ya sea por trabajadores del centro o por otros residentes. La proporción de mujeres víctimas de violencia sexual es mucho más elevada que la de los hombres.
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  • Otra forma de maltrato es el abandono, que puede definirse como el hecho de no atender las necesidades de una persona mayor, y puede manifestarse por la denegación intencionada o no, de alimentos, agua, alojamiento, vestido o asistencia con las tareas de la vida cotidiana o los cuidados. Ya sea por parte de cuidadores formales o no, familiares, amigos o vecinos. Por sus características y dificultad para obtener pruebas, se denuncia poco y por tanto se enjuicia menos.
  • El maltrato económico/financiero supone la utilización no autorizada e ilícita de los fondos, los activos o los bienes de una persona mayor. Es una de las formas más frecuente de maltrato de las personas mayores. Se manifiesta de formas diversas, como el hurto, robo, estafas, falsificación, uso indebido de bienes, abuso de poderes otorgados, denegación de acceso a los fondos propios, cambio de datos en los testamentos, pólizas de seguro de vida o en escrituras públicas. Uno de los casos más evidentes fue la venta de participaciones “preferentes” que impulsaron las entidades financieras españolas, sobre todo a personas mayores, que no tenían los conocimientos suficientes en materia financiera. En general el maltrato económico es invisible al no denunciarse, en muchas ocasiones por vergüenza por parte de la víctima, por inconsciencia de la persona mayor ya sea por falta de conocimientos o deterioro cognitivo o por dependencia de la persona autora del maltrato.
  • El maltrato social o edadismo es la discriminación de cualquier tipo hacia un grupo de población que reúne características comunes, en este caso la edad. El edadismo es un factor de riesgo importante en el maltrato de las personas mayores. Se asocia a estereotipos negativos y prejuicios hacia las personas de mayor edad, con conceptos como personas viejas o ancianas, que pueden ser percibidas como cargas para la sociedad y con consecuencias incentivadoras de cualquier tipo de maltrato a los mayores.

Para la Federación de Pensionistas de CCOO (@pensCCOO) el maltrato a las personas mayores debe ser una prioridad de salud pública y dejar de ser un asunto ignorado o al menos desatendido, especialmente en comparación con otros tipos de violencias, como las ejercidas hacia las mujeres o los menores. Se hace imprescindible que desde el Gobierno Central y las Comunidades Autónomas se elabore una estadística actualizada, completa y fiable que ofrezca información acerca de los casos de maltrato a las personas mayores, su alcance y tipos, desglosados por el entorno en que se producen y teniendo en cuenta el enfoque de género y las situaciones de discapacidad o dependencia.

Es necesario acabar con el “maltrato institucional” hacia las personas mayores, que sería aquel que ejercen las administraciones públicas cuando no aportan los recursos necesarios para que las personas mayores tengan una vida digna. Para ello es imprescindible disponer de mayores recursos para evitar los casos de maltrato a las personas mayores.

El maltrato no suele ser denunciado por parte de las personas mayores, por ello el papel de los servicios sociosanitarios en la detección de los casos de maltratos es fundamental, y por ello este personal debe recibir nociones de formación gerontogeriátrica, además de fomentar una mejor coordinación entre las instituciones y organizaciones implicadas. La calidad de las condiciones de vida de las personas mayores precisa tanto de los recursos necesarios para asegurar las condiciones materiales y de salud de este grupo de población cada vez más numeroso, como de rebatir los discursos de confrontación intergeneracional, edadistas y estigmatizadores.

Es necesario un cambio de mentalidad en las sociedades occidentales hacia las personas mayores. Una Ley Integral de los Derechos de las Personas Mayores podría ser un marco que ayude a garantizar un envejecimiento digno, activo y la participación de las personas mayores en todos los ámbitos de la sociedad.

Sobre el autor:

Juan Sepúlveda

Juan Sepúlveda

Juan Sepúlveda (@J_Sepulveda_) es el secretario general de la Federación Estatal de Pensionistas y Jubilados de CCOO (@pensCCOO) y miembro del Comité Asesor de 65YMÁS.

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