Penalti a Chaves Nogales
Diego FernándezSábado 24 de abril de 2021
ACTUALIZADO : Sábado 24 de abril de 2021 a las 11:25 H
4 minutos
Sábado 24 de abril de 2021
4 minutos
Cada vez que digo Chaves Nogales siento el deseo de hacer una reverencia. Vaya por delante mi visceral admiración por un hombre que elevo el periodismo a las más altas cotas de la literatura. El otro día su nombre me saco del sopor. Estaba Morfeo acechándome entre un oleaje de gritos y descalificaciones en el debate electoral madrileño, cuando de repente escuché: "Chaves Nogales". Mis ojos se abrieron hasta alcanzar el techo, me levanté del sofá, incliné la cabeza en señal de respeto y un segundo después de la reacción instintiva, llegó el razonamiento a joderme la noche: ¿Qué han dicho?
La tecnología de mi televisión me permitió tirar de VAR para ver la repetición. Efectivamente, a Chaves Nogales le habían hecho penalti. La agresión la había cometido el mejor orador del partido. El candidato de Ciudadanos, Edmundo Bal: "Yo no sé en qué bando estaría en la Guerra Civil, me temo que en ninguno, como Manuel Chaves Nogales”. La entrada me dolió mucho. Sentí pupa.
Si no conocen a Chaves Nogales, lo primero felicidades, descubrirlo es un regalo. Ahora pueden hacer dos cosas. La más sensata, dejen de leerme corran a una librería o una biblioteca y léanlo a él. La menos enriquecedora, permítanme que les explique quién fue este periodista sevillano. Este maestro.
Manuel Chaves Nogales escribió en varios periódicos a principios del siglo pasado. Primero en El Liberal, después fue redactor jefe del Heraldo de Madrid (situado en lo que ahora es el Banco de España) y más tarde director del diario Ahora. El periodista y escritor dejó varios libros. Alerta spoiler: el Franquismo sólo permitió la publicación de uno: Juan Belmonte, matador de toros. Gente que sabe más que yo dice que es una de las mejores biografías escritas en español. Para que se hagan una idea, en la España de Nogales, Belmonte era como Rafa Nadal, el ídolo nacional. Y aprovecho para dejar claro que prefiero las raquetas a los estoques.
Entre libros y artículos, el maestro narró la crudeza de la revolución Bolchevique a través de los ojos de un bailaor flamenco y predijo, tras entrevistar a Goebbels, ministro de propaganda nazi, que por esa parte de Europa, algo malo se cocía.
Chaves Nogales puso palabras al hambre del comunismo y a la mayor tragedia que el ser humano ha inventado: la guerra. Guerra que si es civil, en mi opinión, puntúa doble, igual que los goles fuera de casa.
Odiaba la guerra, sí, pero eso no le convierte en equidistante. Era un demócrata y un republicano. Fue amigo de Manuel Azaña, lo que no quiere decir que estuviera de acuerdo con él en todo. Sí que repitio varias veces que estaba en contra de los que dieron un golpe de estado para acabar con la República. Chaves Nogales sí eligió bando: el republicano. Su apoyo no era un tatuaje ideólogico en su piel. Era mucho más rico, contenía crítica a los excesos repúblicanos.
Su elección no camufló su rebelión personal contra los extremos. Con una de las plumas más determinadas que han pasado por delante de estos ojos, Chaves Nogales narró en un libro titulado A sangre y fuego. Héroes, bestias y mártires de España, la barbarie en cada una de las múltiples facciones de la Guerra Civil española. Que, por cierto, entre socialistas, anarquistas, comunistas, brigadistas internacionales, monárquicos, carlistas, fascistas, nazis, etc... el Risk patrio fue un poco más complicado de lo que nos suelen contar.
Bajo la palabra de Nogales, no hay ideología que quede indemne si está al servicio del asesinato. Una denuncia sólo equiparable en su prosa, a la defensa por la democracia, que por entonces en España era sinónimo de República
Chaves Nogales se tuvo que exiliar a Francia. Hasta allí llegaron los nazis y se tuvo que volver a ir, esta vez a Londres. La mala vida, en el sentido doble de la expresión, se llevó su arte y su defensa a la democracia, muy pronto. Murió a los 46 años. Hasta que otro español de bastante peor verbo, pero mejor salud, falleció y puso fin a su dictadura, aquí, en España, se le pudo leer muy poco. Chaves Nogales daba alergia al franquismo. Demasiada para "no haber elegido bando”.
Diego Fernández (@Diegogtf) es periodista en La Sexta Columna (La Sexta).