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Lunes 25 de febrero de 2019
3 minutos
El deseo que tengo de vivir es donde está la fuerza, la energía, el ánimo, la fortaleza y la resistencia que ejercemos para no dejarnos vencer, para seguir viviendo y disfrutando de la vida. Este deseo de vivir va acompañado de dignidad, el concepto que hace referencia al valor inherente al Ser Humano, aceptando la diversidad y la contradicción o dualidad que caracteriza a la especie.
En la sociedad del siglo XXI emerge con gran fuerza la figura del estudiante universitario sénior, fraguada en la segunda mitad del siglo XX. Una imagen nueva del/la jubilado/a, rompedora del estereotipo del jubilado viendo obras, jugando al tute, de la mujer dedicada al cuidado de los nietos, etc.; es un nuevo actor en la sociedad, reclamando su espacio, su participación social.
La participación social, dignifica y estimula a las personas mayores, a las que les queda una larga vida por vivir (se estima que una tercera parte de la vida); una vida con nuevos retos y nuevas oportunidades; donde los universitarios séniors aprovechan el interés por aprender, potenciando, a través del conocimiento, una mayor implicación en los problemas y soluciones a los nuevos desafíos. Al deseo de vivir se une el deseo de aprender.
Los Programas Universitarios de Mayores (PUM) son un gran instrumento para que, aunque haya finalizado la etapa laboral, los mayores que eligen esta opción sigan siendo parte activa de la sociedad. Estos programas actúan como un medio de cohesión social, de relación intergeneracional, estimulando “El Valor del Talento Sénior”.
Las personas mayores están en una etapa de la vida donde “el deseo que tengo de vivir” los mantiene activos intelectualmente y, estos mayores, ponen a disposición de la sociedad su bagaje de experiencia, un valioso capital de talento humano, para ayudar a las nuevas y viejas generaciones a mejorar la calidad de vida.
Llevar a cabo iniciativas que den la oportunidad de aprovechar el potencial de conocimientos y experiencias de los séniors es esencial para caminar hacia una sociedad de respeto y entendimiento, que mejore y facilite la convivencia.
Trabajemos para hacer oír nuestra voz y exigir respuestas que nos permitan contribuir al desarrollo de un mundo más solidario y sostenible, manteniendo siempre el deseo de vivir.
El epitafio de la tumba de Miguel de Cervantes reza:
“El tiempo es breve, las ansias crecen, las esperanzas menguan y, con todo, llevo la vida sobre el deseo que tengo de vivir”
[Los trabajos de Persiles y Sigismunda (1617)]
Marina Troncoso
Presidenta de CAUMAS, Confederación que agrupa a las Asociaciones de los Programas Universitarios de Personas Mayores (PUM) vinculados a las Universidades Públicas y Privadas del territorio español, y miembro del Comité Asesor de 65Ymás.