Jueves 18 de julio de 2019
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Después más de año y medio de movilizaciones del colectivo pensionista, hemos comprobado que la movilización ha ido decayendo, la creencia en promesas huecas de las elecciones y una buena dosis de miedo hicieron su trabajo. Y la pregunta es inevitable ¿ahora qué? porque la mayoría de los problemas y las reivindicaciones que nos llevaron a la calle a miles y miles de pensionistas siguen estando pendientes de resolver.
El último dato de mayo es elocuente, más de 4,4 millones de pensionistas no llegan a 700 euros al mes y son cerca de 6 millones los que no llegan a los 900 € del Salario Mínimo Interprofesional.
Sánchez no cumplió ni una de las reivindicaciones de los pensionistas. Más aún, el PSOE se abstuvo en la votación del Parlamento Europeo que aprobaba el “reglamento del producto paneuropeo de pensiones individuales (PEPP)”, un instrumento para sustituir las pensiones públicas dignas por fondos privados.
Sánchez ganó las elecciones con el voto del miedo sin hacer ni un solo compromiso con la plataforma reivindicativa de la Coordinadora Estatal por la Defensa del Sistema Público de Pensiones. Peor aún, en su Programa de reformas remitido a la Unión Europea, entre otros pasos atrás, aparece la denominada Mochila austriaca. Una propuesta que no es novedosa, la intentó imponer Rodríguez Zapatero durante la crisis, formó parte del frustrado acuerdo de legislatura PSOE-Ciudadanos y ahora la patronal, Ciudadanos y el PSOE la reivindican como gran solución.
La mochila austriaca es un fondo privado de capitalización, una “cuenta de ahorro individual” que acompaña al trabajador a lo largo de su vida. Se trata de ir liquidando el sistema público de reparto y sustituyéndolo por un fondo privado de capitalización. Pero en Austria no existe ni el sistema público de pensiones, ni la indemnización por despido. Cada trabajador va cargando en su “Mochila” todos los años el 1,5% de su salario bruto, esté en la misma empresa o haya cambiado. Esa cuantía equivale a unos 9 días de salario por año trabajado. Pero esa “Mochila” no está quieta, no es una hucha, sino que pertenece a un fondo de capitalización.
Así pues, esta obra de la ingeniería financiera se podría resumir así: L@s trabajadoras se van a quedar sin pensión pública o a lo sumo quedará una asistencial; de la célebre “derogación de la reforma laboral” ni hablamos, porque la Mochila austriaca es precisamente la gran reforma laboral, la llamada a suprimir la actual indemnización por despido. Y finalmente es un negociazo para Bancos y especuladores porque se trataría de grandísimos fondos de capitalización con los que invertir en sus asuntos… y arruinar a los demás.
Ese es el proyecto del “cambio” que trae Sánchez, pero no le va a ser fácil de aplicar sin provocar un profundo rechazo social y arriesgarse a ver en la calle a miles de trabajadores/as, pensionista o jóvenes.
El futuro no está escrito, que este nuevo latrocinio se imponga o lo derrotemos va a depender de la lucha en las calles. Por nuestra parte, l@s Yayoflautas, tras los 100 días de tregua al Gobierno que coincidirán con un período de descanso estival, de información, reflexión y de rearme anímico, volveremos a las calles después de las necesarias asambleas en septiembre. Habrá un otoño caliente.
Prepárense.