Sábado 6 de julio de 2024
2 minutos
Me despierto bien temprano, dispuesta y sin ansiedad al futuro, aunque sí les digo que no quiero vivir pasados los ochenta. Con ganas, aún tirada en la cama, hago mi meditación diaria, hablo con los ángeles que tan bien me cuidan y leo la prensa. Voy a yoga, preparo formaciones sobre gerontología, y atiendo de mi consulta en mediación familiar. Esa es mi rutina diaria.
Ahora que me encuentro,con un nido muy vacío por la muerte de mi marido, me ha tocado hacerme cargo de mucho tiempo libre para invertir en mí. No me pesa, pero ha sido un proceso de adaptarme a esta nueva realidad.
Como decía, me gusta estar informada, no tanto por la información de las disputas políticas, sino por todo aquello que la juventud me está invitando a plantearme. Con las redes sociales he descubierto gente semejante, con un contenido tan interesante y especial. Me siento feliz y en mudanza, porque me estoy deshaciendo de mucha maricada. Estoy muy cuestionada, y no lo digo con lamento. Lo escribo con mucha paz.
En el trabajo personal quiero invertir mi tiempo, no quiero doctrinas, ni seguir líderes que desde un púlpito me quieran arreglar o encauzar.
Quiero seguir cumpliendo años, con ilusión por lo que el destino me depare pero, eso sí, sin pensar en volverme a casar. Y escribo esto tan intimo y personal porque desde que me quedé viuda, la primera pregunta que me hacen al verme es, "¿Y usted, Stelita no piensa en casarse de nuevo? ¿No quiere encontrar un novio?" Por aquí les digo. Déjenme vivir esta experiencia de soltería que para mí es nueva, la estoy gozando de verdad. Ya no soy en función de nadie, me gusto entera, completica. No soy una sociópata, todo lo contrario. Me gusta la gente.
Estoy en mudanza, o en metamorfosis, sin dar explicaciones y dejándome llevar. Para aquellos que me tienen cerca, que me han conocido en otras facetas y diferente, no se preocupen. Estoy bien, encontrándome, dándome lugar y por eso ya no busco. Estoy bien como estoy: viuda, soltera y libre.
