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Domingo 31 de julio de 2022
4 minutos
Hace años que oímos hablar del concepto de marca personal aunque pocas personas saben bien qué es, cómo se gestiona o para qué nos puede ser de interés, en especial al sénior.
Desde que Tom Peters en 1997 escribió un artículo en la revista Fast Company titulado "The Brand Called You”, ha llovido mucho. También el concepto ha ido evolucionando. Hoy es ya casi imprescindible trabajar nuestra marca personal si queremos poder encadenar proyectos en una sociedad líquida, como decía Bauman, y rápidamente cambiante donde el “trabajo para toda la vida” ha quedado para muy pocos perfiles.
El personal branding se confunde con la marca personal, pero debo aclarar que el primero es la gestión consciente y con propósito de nuestra propuesta de valor, y el segundo es el resultado, es la huella que dejamos en los demás, el cómo somos conocidos, reconocidos, memorables y elegidos, como dice Jordi Collell.
Esta gestión consciente de nuestra propuesta de valor, o dicho de otra forma, de lo que ofrecemos al mundo, nuestro talento, por lo que queremos ser contratados en empresas o elegidos por nuestros clientes, si somos empresarios o emprendedores, viene después de la fase de autoconocimiento, en la que con herramientas como el DAFO averiguamos debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades, test de personalidad como el DISC y preguntas a personas de nuestro entorno, entre otras herramientas, nos ayudaran a crear nuestra propuesta de valor única y diferenciada.
En la fase de comunicación es habitual tener un blog, podcast, perfiles en redes sociales en LinkedIn, Twitter, Facebook, Instagram, YouTube… para ayudarnos a nivel digital a dar a conocer qué podemos hacer por los demás, al igual que utilizar métodos más tradicionales como la radio, prensa, conferencias, artículos en revistas, etc.
Y aquí es donde entra en conflicto la marca personal con el talento sénior, porque para comunicar nuestra propuesta de valor deberemos ser “generosos” y parte de nuestro Know-How regalarlo en ese artículo en el periódico o en esa entrevista en la radio o televisión, post en el bloc… para generar confianza y atraer reclutadores o clientes.
“Antes eras lo que sabías, ahora eres lo que compartes”
La persona +55 viene de una cultura de no explicar lo que sabe, puesto que así se hacía “imprescindible” en la empresa, y eso entra en contradicción con mostrar al mundo nuestro talento. En las conferencias lo decimos: “Antes eras lo que sabías, ahora eres lo que compartes”. Es un cambio de paradigma total, ahora seguimos a personas en Twitter por el valor que nos aportan, o leemos sus artículos y vemos sus vídeos, por lo que nos hacen crecer personal o profesionalmente. También en la empresa se ha dado este cambio. Hemos pasado de empresas cerradas a empresas abiertas, con sus personas conectadas, con una inteligencia social y colectiva, donde los propios empleados que ya gestionan su marca personal y marca digital, ayudan a acercar talento, clientes, inversores, socios… a la empresa gracias a ejercer el rol de embajador de marca interno, como nos recuerda Guillem Recolons.
Para las personas silvers es especialmente interesante que aprendan a gestionar su marca personal ya que le facilitará visibilidad a un mundo globalizado y digitalizado, le ayudará en el networking, será más fácil que le llamen para una charla, entrevista, Mesa Redonda… por lo que podrá ser más fácilmente encontrado por un empresario o un Nethunter (reclutador que busca talento en las redes), si está buscando empleo. Recordemos que el edadismo o discriminación por edad hace que el 51,7% de los encuestados admitan que existen frenos a la hora de incorporar mayores de 45 años, según el Informe #TuEdadEsUnTesoro 2021, de la Fundación Adecco.
Animo a las personas mayores a seguir investigando sobre el tema. Que más personas nos conozcan y sepan qué podemos hacer por ellas, nos puede facilitar nuestros objetivos personales y profesionales estemos trabajando, creando un negocio, jubilados, en desempleo… ¿Te sumas al personal branding?
