Escrivá elige 65Ymás para enviar una carta exclusiva: El cansino bulo de la quiebra de las pensiones
José Luis EscriváLunes 15 de marzo de 2021
ACTUALIZADO : Martes 8 de febrero de 2022 a las 16:46 H
6 minutos
Lunes 15 de marzo de 2021
6 minutos
El ministro de Seguridad Social, Jose Luis Escrivá responde a 65Ymás con un artículo de opinión en exclusiva dirigido a despejar dudas sobre el futuro de las pensiones:
Nuestro sistema de pensiones ha tenido que convivir casi desde su primer día con voces que ponían en duda su sostenibilidad. A pesar de haber pasado ya varias décadas, las razones para la supuesta hecatombe de la Seguridad Social se siguen repitiendo una y otra vez en el tiempo: unas proyecciones demográficas catastrofistas, unas previsiones de gasto desmesuradas y un pesimismo exagerado sobre la evolución económica.
Las conjeturas sobre el inminente colapso del sistema han encontrado siempre espacio en medios de comunicación, que los han transmitido a la ciudadanía de manera en exceso acrítica. Estos “estudios” se recogían sin más, dando por hecho que esas predicciones se iban a producir inexorablemente. Hoy sabemos que nada de eso sucedió, que el sistema público de pensiones no quebró ni en los 80, ni en los 90, ni en los 2000, ni tampoco lo hará en el futuro. Sin que aquellos agoreros rindieran cuentas por su injustificado catastrofismo, hoy sus herederos vuelven a la carga.
El Pacto de Toledo
Bien es cierto que, como se ha hecho en el pasado, el sistema ha requerido de actualizaciones que le permitieran adaptarse a los distintos retos a los que se enfrentaba. Y, desde 1995, además, lo ha hecho con un arma muy poderosa: el consenso del Pacto de Toledo. Desde entonces, ha aprobado recomendaciones de fondo en cuatro ocasiones, con el apoyo del grueso de los partidos políticos presentes en el Congreso de los Diputados en representación de los ciudadanos. De hecho, fue este consenso el que hace ya 26 años logró disipar la incertidumbre ciudadana, y así se reflejó en las encuestas de la época: la preocupación por las pensiones cayó a un mínimo histórico con la firma del Pacto de Toledo en 1995.
Gracias a este consenso nuestro sistema de pensiones se ha ido actualizando y, creo que también debemos decirlo, mejorando. Se ha dado cobertura a más personas que antes y se han fortalecido los pilares del sistema: la contributividad, la equidad, la suficiencia... Y nuestra situación a día de hoy no sólo es mejor de lo que era, sino mejor de la que tienen algunos países de nuestro entorno.
Comparativa con Europa
Conociendo bien nuestro sistema de pensiones, y habiéndolo analizado con los sistemas de los países de nuestro entorno, sorprende el pesimismo reinante respecto a su situación actual y sus perspectivas futuras. Y es que nosotros, tan propensos a la autocrítica, olvidamos las muchas cosas buenas que hemos ido haciendo en el pasado: A diferencia de lo que existe en otros países, en España hace treinta años que desaparecieron multitud de regímenes especiales, algo que además de introducir inequidades injustificables, compromete la sostenibilidad de los sistemas de países vecinos. Olvidamos también que hemos hecho reformas que hacen que la edad legal de jubilación está en la actualidad en 66 años y que será de 67 en 2027, mientras que al norte de los Pirineos no han podido relanzar el debate para alcanzar los 64 años. Y en ninguno de estos países se ven tantos artículos, estudios e informes con proyecciones catastrofistas como vemos en España.
Ahora mismo nuestro objetivo debe ser preparar el sistema para afrontar el reto que supone la jubilación de las generaciones del baby boom a partir de la mitad de la década. Para ello, los representantes de los ciudadanos ya han hecho su parte del trabajo: renovar las recomendaciones del Pacto de Toledo, algo que no se había logrado desde hacía una década. Y lo han hecho incluso con más consenso que en anteriores ocasiones, ya que el Pleno del Congreso las aprobó con solo dos votos en contra.
Recomendaciones en marcha
Algunas de sus recomendaciones ya se han empezado a implementar, como el traspaso al Estado de los gastos no contributivos que abonaba la Seguridad Social y que afloraban un déficit que, en realidad, no correspondía a nuestro sistema, pero causaba incertidumbre y desazón a quienes veían en los titulares unos números rojos que no eran reales. Solo en los presupuestos que acaban de entrar en vigor se traspasan 14.000 millones de euros, el 80% del déficit pre-COVID que tenía la Seguridad Social. También el desarrollo del segundo pilar o los incentivos de los planes colectivos, todo ello ya se ha iniciado, aunque nos quedan otras materias que abordar y así lo estamos haciendo con los agentes sociales.
Ahora es el turno del diálogo social y hemos constatado en las reuniones mantenidas hasta ahora que también empresarios y representantes de los trabajadores están absolutamente convencidos de la necesidad de poner al día nuestro sistema. Con el apoyo de los interlocutores sociales hemos sacado adelante el nuevo complemento de pensiones para eliminar la brecha de género. El nuevo complemento amplía los beneficiarios respecto al sistema anterior, al poderse pedir desde el primer hijo y también por los hombres si han sufrido un perjuicio en su carrera laboral. Resulta más eficiente, más justo al compensar por igual la aportación demográfica de todos, con independencia de sus ingresos; y además focaliza su impacto en las mujeres de rentas más bajas, suponiendo una mejoría económica respecto del anterior complemento para el 75% de las mujeres que se convertirán en pensionistas en los próximos años.
La futura reforma
Las bases sobre las que trabajamos de cara a la futura reforma son firmes. Los cambios que se hicieron en 2011 y, cuyo despliegue culminará en los próximos años, nos permiten afrontar el futuro con solvencia, aunque con la necesidad de hacer algunos ajustes que ya estamos abordando. Y lo hacemos con un marco nuevo: la garantía del poder adquisitivo de las pensiones. Sabemos que este cambio permitirá a muchos pensionistas estar más tranquilos en el último tramo de su vida sabiendo que, cuando ya tienen poco margen de actuación, sabiendo que, su poder adquisitivo está absolutamente garantizado pase lo que pase.
Estas mejoras irán acompañadas de medidas que fortalecerán los cimientos del sistema, como el acercamiento de la edad efectiva de jubilación a la edad legal, la cotización de autónomos por ingresos reales y otras pequeñas palancas que permitirán al sistema adaptarse progresivamente a los retos de las próximas décadas. Todo ello redundará en pensiones suficientes, con garantía en su poder adquisitivo, dentro de un sistema más sostenible, más moderno y más equitativo. Y esperemos que, con ello, también se disipen esos bulos que continuamente ponen en duda nuestro sistema y alarman injustamente a nuestros pensionistas.
José Luis Escrivá Belmonte (@joseluisescriva). Ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones (@inclusiongob)