Y el ingenio ha ido aportando respuestas variadas, anecdóticas, curiosas o con chispa
-Pues depende. ¿Comparado con quien?
-Bien, sin entrar en detalles.
- Por lo menos, estoy.
Y todas esas que los lectores reciben a diario.
Pero quizá dentro de muy poco tiempo, el diálogo se pueda transformar en algo muchísimo más técnico. Por ejemplo
-¿Cómo estás?- ¿Cuánto miden tus telómeros?
-Estoy encantado. La mayoría están sobrados... Mi edad biológica es de 20 años menos de los que tengo...
Lostelómeros van a ser los protagonistas de nuestro futuro. Según la ciencia, con su examen vamos a saber cómo andan nuestras células.
Como es sabido, nuestros genes están empaquetados en los cromosomas, (esos que en forma de X o de Y nos definen). En su extremo, tienen una especie de capuchón protector. Son los telómeros, que, en el extremo del cromosoma, ponen una “funda protectora”. Es, en palabras de María Blasco, una de nuestras científicas más sobresalientes, como esa protección que tienen los cordones de los zapatos para que no se deshilachen.
Uno de los descubrimientos que nos interesan ahora, es que esos telómeros se van desgastando cada vez que las células se dividen. Es decir, van disminuyendo de tamaño según el número de divisiones que la célula lleve a cabo.
Es cierto que disponen de una enzima –la telomerasa– que es la que los mantiene activos y eficaces. Pero llega un momento en que la enzima ya no puede más. El telómero llega a ser tan corto y la enzima tan ineficaz que la célula decide eso que se llama apoptosis y que no es otra cosa que el suicidio programado. Eso ocurre de manera constante. Pero lo que se ha descubierto –y que como es lógico acapara gran parte de la investigación– es que hay células que no cumplen esa regla y no tienen ese límite de división: son las células cancerosas.
Y otro de los experimentos que atraen la atención es que proporcionar la enzima a los telómeros de ratones, les alarga notablemente la vida naturalmente, es uno de los temas de investigación. Y de gran futuro.
En definitiva, si conocemos cómo están nuestros telómeros, podremos saber cuál es nuestra edad biológica y, por tanto, tener una idea aproximada de cuánto podremos vivir.
Y claro, surge inmediatamente otro tema: ¿y sirve para algo conocerlo, o tiene alguna ventaja saber si nuestra edad biológica nos condena o nos absuelve? Sobre todo, cuando por ahora, podemos hacer poco para mejorar el pronóstico.
Los científicos, prudentes y cautos casi siempre, sostienen que la longevidad depende también de otros muchos factores y que la longitud telomérica no es más que un indicativo...
Alargar la vida
Lo que parece importante es que la telomerasa se evidencia como la sustancia que reaviva los telómeros, la que les da vida y facultad para que las células se dividan. Por tanto, actuar sobre la telomerasa podría tener dos objetivos prometedores: por un lado, permitiría luchar contra el envejecimiento si se consigue mantener en sus niveles adecuados. Y por otro, podría detener la división alterada y anárquica de las células cancerosas.
De hecho, en la investigación que la Dra Blasco lleva a cabo, se demuestra que un aumento de la telomerasa es capaz de alargar de nuevo los telómeros de los ratones y lograr que vivan un 40 por 100 más; y si se reduce esa telomerasa los ratones envejecen mucho antes. En otras palabras, que al menos en experiencias ratoniles, es la telomerasa la que determina la longevidad.
Lo que parece claro es que superadas las enfermedades infecciosas, es precisamente el envejecimiento celular (la falta de telomerasa) el que facilita que lleguen las enfermedades degenerativas y con ellas, con la edad, la muerte.
Tenemos un número determinado de divisiones celulares; es como si tuviéramos racionada la carga de energía para que la telomerasa actúe y los telómeros se mantengan en un tamaño adecuado. Las divisiones celulares van minando esa energía; pero debe tenerse en cuenta que si no tenemos hábitos saludables, las células tienen que reponerse más veces y por consiguiente, van reduciendo su capacidad renovadora. Por eso envejece antes o peor quien ha llevado una vida de excesos.
Sobre el autor:
Ramón Sánchez-Ocaña
Ramón Sánchez-Ocaña (Oviedo, 1942) es miembro del Comité Editorial de 65Ymás. Estudió Filosofía y Letras y es licenciado en Ciencias de la Información. Fue jefe de las páginas de Sociedad y Cultura de El País, y profesor del máster de Periodismo que este periódico organiza con la Universidad Autónoma de Madrid.
En 1971 ingresa en TVE. En una primera etapa se integra en los servicios informativos y presenta el programa 24 horas (1971-1972). Entre 1972 y 1975 continúa en informativos, presentando el Telediario. No obstante, su trayectoria periodística se inclina pronto hacia los espacios de divulgación científica y médica, primero en Horizontes (1977-1979) y desde 1979 en el famoso Más vale prevenir, el cual se mantiene ocho años en antena con una enorme aceptación del público.
Tras presentar en la cadena pública otros dos programas divulgativos, Diccionario de la Salud e Hijos del frío, fue fichado por Telecinco para colaborar primero en el espacio Las mañanas de Telecinco y posteriormente en Informativos Telecinco.
Es colaborador habitual de radio, periódicos y revistas, y autor de una veintena de libros, entre los que destacan Alimentación y nutrición, Francisco Grande Covián: la nutrición a su alcance, El cuerpo de tú a tú: guía del cuerpo humano, Guía de la alimentación y Enciclopedia de la nutrición.
En 2019 entró en el Comité Editorial del diario digital 65Ymás, en el que colabora actualmente.