No hay duda de que en estos meses aumenta el estreñimiento. Y es que se rompe una rutina, que es básica a la hora de evacuar. El organismo agradece que vayamos al baño a su hora y en verano no se suele respetar. Hay además un cambio de hábitos en todos los órdenes, sobre todo en el tipo de comidas y en los horarias en que las realizamos. ¿Verdad que no se acuesta a la misma hora? Todo ello influye de manera directa. Por otra parte las temperaturas más altas provocan mayor pérdida de agua, y no nos hidratamos de forma conveniente.
Según los especialistas, se puede hablar de estreñimiento cuando no se defeca al menos una vez cada tres días; cuando además, las heces son duras y pequeñas y cuando la evacuación se hace dificultosa, lo cual puede producir dolor y dejar sensación de insatisfacción. Muchos especialistas sostienen que sería conveniente una evacuación diaria.
La mujer, más propensa
Los factores que predisponen a la mujer a padecer esta alteración con más frecuencia, son la edad, no tener ninguna pauta horaria para ir al baño, o resistirse cuando se está en la calle y comer fuera de casa.
Según las encuestas, las mujeres que más lo padecen son las mayores de 60 años que viven en ciudades o municipios pequeños y llevan una vida sedentaria. También suele sufrirlo durante el embarazo. La cantidad de progesterona durante ese período es la que hace que se inhiba el movimiento del intestino grueso y se produzca el estreñimiento.
Atención a los niños
Los niños lo padecen como si fuera una herencia, sobre todo materna. Y es frecuente que aparezca cuando empiezan el colegio. Por lo menos el 5 por 100 de las consultas al pediatra son por este problema. Suele tener antecedentes familiares y ser hijo único.
En cuanto a los hábitos para ir al baño, al niño con estreñimiento se le ha enseñado a controlar los esfínteres de forma tardía, la mayoría a una edad por encima de los 3 años y no tiene un habito fijo para ir al baño a lo largo del día. Suele aguantar y no utilizar nunca el baño del colegio. En su dieta no hay por lo general ni verduras ni legumbres y consume pocos líquidos. No consume tampoco mucha fruta y no practica deporte con regularidad.
Lo que debe hacer
- Evacuar cuando se empiece a sentir la necesidad de hacerlo. No dejarlo para más tarde.
- Intentar que la defecación se produzca a horas fijas. Es mejor por la mañana.
- Beber líquidos suficientes: ni mucho, ni demasiado poco.
- Hacer ejercicio.
- Si el problema surge, pedir consejo al médico o al farmacéutico para buscar una solución que estimule la defecación sin problemas.
Cuándo acudir al médico
No por ser dolencia generalizada está exenta de riesgos. Debe avisar o acudir al médico:
- Cuando en el plazo de una semana no se ha recuperado la normalidad a pesar de haber tomado las medidas oportunas.
- Cada vez que se produzca un cambio prolongado del ritmo intestinal, sin motivo que lo justifique.
- Cuando se advierta la presencia de sangre en las heces o sean de color negro.
*Si se sufre dolor abdominal agudo, vómitos o náuseas.
La dieta ayuda
Una dieta rica en fibra es un seguro para la salud intestinal. La fibra vegetal de los alimentos tiene varias ventajas: como no se digiere y absorbe agua, aumenta el volumen de los restos, con lo que facilita el tránsito digestivo. Incluya en el desayuno pan integral y una pieza de fruta (naranja, por ejemplo, o pera o manzana bien lavada y sin pelar). En la comida debe incluir alguna legumbre y verduras, pan integral y una fruta como postre. Para cenar puede tomar verduras a la plancha, o panaché de verduras, o espárragos blancos o verdes, pescado y fruta.