Ya ha calado en un sector bastante amplio de la población la necesidad de aportar ácido fólico desde el comienzo de la gestación para prevenir defectos del tubo neural y posiblemente otras malformaciones. También se ha observado que los altos niveles de folatos en la dieta reducen la incidencia de estos defectos.
De ahí que las mujeres en edad reproductiva deban consumir alimentos ricos en folatos, como hortalizas amargas y frondosas, cítricos, cereales enriquecidos y legumbres. Un vaso grande de zumo de naranja y un tazón de cereales enriquecidos suministran casi la mitad de la cantidad diaria de ácido fólico recomendada. Conviene, de todos modos, aportar un suplemento diario de ácido fólico.
Como señalaba la Dra. Martínez Frías, especialista en malformaciones congénitas, resulta sorprendente que en esta época de medicina basada en la evidencia, no se esté prestando la atención debida a la abrumadora información sobre del papel del ácido fólico en la prevención de defectos congénitos.
Insistir sobre los efectos preventivos del ácido fólico, sobre la necesidad de tomar diariamente multivitaminas que contengan la dosis recomendada de este ácido, y sobre la importancia de una dieta saludable, puede tener una enorme importancia en la prevención de defectos del tubo neural.
También útil para la prevención de cáncer e infartos
Pero no solo es cuestión de embarazadas. Un articulo en el British Medical Journal llamaba la atención sobre la protección que el ácido fólico podría brindar a los mayores en relación a la prevención de algunos tipos de cáncer y algunos accidentes cardiovasculares.
Hay claras evidencias científicas que muestran que si las personas con más de 50 años toman dosis bajas de ácido fólico, disminuyen notablemente el riesgo de padecer cáncer de colon y pueden prevenir problemas cardiacos. Por consiguiente, con la fortificación de las harinas, se pueden obtener beneficios no sólo en las mujeres embarazadas, sino en toda la población.
Lo que sí se ha demostrado es que en las poblaciones en las que se han establecido medidas sanitarias para que el ácido fólico llegue a toda la población, ha habido un descenso importante en el número de niños en los que se produjo la espina bífida.
Preguntas más frecuentes
-¿Convendría incluir el ácido fólico, por ejemplo, en las harinas, en el agua, en la leche...?
En EE.UU., tras varios años de estudio sobre qué productos serían los adecuados para fortificarlos con ácido fólico y que llegaran a toda la población, se concluyó que el mejor eran las harinas. Lo mismo se ha hecho en otros
países. La razón es que todo el mundo consume harina en una u otra forma, mientras que no todas las personas de una población pueden adquirir productos fortificados como cereales y leche en forma diaria y en las cantidades adecuadas.
-¿Y qué podemos hacer en los países donde no existe esa fortificación?
Se sugiere que las personas mayores de 50 años deberían tomar ácido fólico a diario en bajas dosis. En los últimos tiempos, están apareciendo trabajos científicos en los que se indica que se debe tomar también vitamina B12.
-¿Qué cantidad deberíamos tomar?
En las mujeres en edad reproductiva que nunca han tenido un hijo con espina bífida, las dosis recomendadas son de 0,4 mg. Por el contrario, las mujeres que ya han tenido un hijo afectado, deben tomar 4 mg. de ácido fólico desde, al menos, un mes antes de abandonar el método anticonceptivo para buscar un nuevo embarazo. Además, en las personas mayores de 50 años las dosis que se sugieren son de 0,4 mg. a menos que por otras razones el médico le recomiende superar esa dosis.
-¿Hay riesgo de sobredosis?
Como todo, el ácido fólico debe tomarse a las dosis adecuadas. Si es a través de pastillas es necesario seguir las pautas establecidas. No se ha observado efectos adversos con dosis hasta 20 veces superiores, pero podrían tener un efecto adverso si la persona que toma dosis superiores a las recomendadas, tuviera anemia perniciosa. Por ello es necesario seguir las dosis establecidas y tomar dosis superiores siempre bajo prescripción médica. No hay riesgo de superar las dosis establecidas con la fortificación de las harinas.
-¿Hay diferencia de dosis según el sexo?
No se ha establecido que existan diferencias en cuanto al sexo de las personas, salvo en lo referente a la protección del embarazo que, lógicamente, es a través de la madre.
-¿Influye la edad?
Sí, para la prevención de enfermedad cardiovascular y cáncer de colon.
Sobre el autor:
Ramón Sánchez-Ocaña
Ramón Sánchez-Ocaña (Oviedo, 1942) es miembro del Comité Editorial de 65Ymás. Estudió Filosofía y Letras y es licenciado en Ciencias de la Información. Fue jefe de las páginas de Sociedad y Cultura de El País, y profesor del máster de Periodismo que este periódico organiza con la Universidad Autónoma de Madrid.
En 1971 ingresa en TVE. En una primera etapa se integra en los servicios informativos y presenta el programa 24 horas (1971-1972). Entre 1972 y 1975 continúa en informativos, presentando el Telediario. No obstante, su trayectoria periodística se inclina pronto hacia los espacios de divulgación científica y médica, primero en Horizontes (1977-1979) y desde 1979 en el famoso Más vale prevenir, el cual se mantiene ocho años en antena con una enorme aceptación del público.
Tras presentar en la cadena pública otros dos programas divulgativos, Diccionario de la Salud e Hijos del frío, fue fichado por Telecinco para colaborar primero en el espacio Las mañanas de Telecinco y posteriormente en Informativos Telecinco.
Es colaborador habitual de radio, periódicos y revistas, y autor de una veintena de libros, entre los que destacan Alimentación y nutrición, Francisco Grande Covián: la nutrición a su alcance, El cuerpo de tú a tú: guía del cuerpo humano, Guía de la alimentación y Enciclopedia de la nutrición.
En 2019 entró en el Comité Editorial del diario digital 65Ymás, en el que colabora actualmente.