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Riesgo de longevidad: planificando la jubilación

Juan Ángel Lafuente Luengo

Foto: BIGSTOCK

Lunes 11 de enero de 2021

ACTUALIZADO : Viernes 14 de mayo de 2021 a las 13:51 H

5 minutos

Juan Ángel Lafuente: Riesgo de longevidad, planificando la jubilación (BigStock)
Juan Ángel Lafuente Luengo

Foto: BIGSTOCK

Lunes 11 de enero de 2021

5 minutos

Juan Angel Lafuente Luengo

Artículo de Juan Ángel Lafuente (@JALafuent), Catedrático de Finanzas y Contabilidad de la Universitat Jaume I (@UJIuniversitat), y Director de la Cátedra Ciutat de Castelló


Los grandes avances tecnológicos y médicos han permitido uno de los mayores logros de la Humanidad: el incrementar de forma substancial el número de años que los humanos viven, especialmente en los países desarrollados. El siguiente gráfico muestra la evolución de la tasa de supervivencia en España a lo largo del periodo 1960-2018 con datos del Banco Mundial a la edad de 65 años:

 

Tasas de supervivencia a los 65 años

La mayor longevidad se traduce en que, a día de hoy en España, la probabilidad de que una mujer alcance la edad de jubilación está próxima al 100%, mientras que en el caso de los hombres asciende al 88%. Tengamos en cuenta que en 1960, aproximadamente la cuarta parte de mujeres y la tercera parte de hombres nacidos en un año no llegaban a ser pensionistas. Si ahora añadimos la información de la esperanza de vida al nacer, que tomando como referencia el periodo de temporal que aparece en el gráfico, es decir de 1960 a 2018, en el caso de las mujeres se ha incrementado de 71,66 años a 86,3 años, y en el de los hombres de 66,68 años a 80,7 años, somos conscientes no sólo de que habrá muchos jubilados, sino que permanecerán un tiempo substancial en el sistema de jubilación. A partir de 2013, la edad de acceso a la pensión de jubilación en España es de 67 años o de 65 años cuando se acrediten 38 años y 6 meses de cotización. Es decir, la expectativa inicial es que, en España los hombres estarán en el régimen de jubilados una media de aproximadamente 14 años. Y las mujeres en torno a 20 años.

Los nuevos jubilados tienen mayor pensión media

Y no sólo habrá más jubilados que permanecerán más tiempo en el sistema público de pensiones, sino que los que entran al sistema acceden a una pensión media mayor que la correspondiente a las bajas. Para que el lector sea consciente de la dimensión de este aspecto, el siguiente gráfico ilustra la situación con los últimos datos disponibles en 2020 por la Seguridad Social.

Altas, bajas y pensión media

 

Incluso en el dramático 2020 en términos de mortalidad en personas mayores de 65 años debido al efecto del Covid-19, el saldo de entradas netas es positivo, siendo la pensión media de los entrantes aproximadamente entre 200 y 250 euros mayor.

La mayor longevidad por tanto es un factor substancial que está motivando el debate sobre la reforma del sistema público de pensiones en España. De hecho, como es bien sabido, en el momento actual el Gobierno quiere introducir en la mesa de diálogo el aumento de 25 a 35 años cotizados en la ventana para el cálculo de las prestaciones por jubilación, lo que está generando numeroso debate.

Además de la importancia de la longevidad como elemento que afecta a la sostenibilidad del sistema actual, la misma origina un riesgo derivado de la incertidumbre sobre los años que viviremos, especialmente más allá de lo que se conoce como esperanza de vida saludable, que los últimos datos de Eurostat estiman en 68 años para España en el año 2018. En caso de que una persona quiera planificar desde su “juventud” un determinado objetivo de ingreso extra mensual en la jubilación, la decisión depende de dos variables clave:

a) Cuánto dinero puede aportar desde “joven”

b) Por cuánto tiempo quiero tener dicho ingreso 

Ya hemos razonado que es evidente que tenemos incertidumbre en b), pero incluso también en a) en caso de que la falta de estabilidad laboral introduzca incertidumbre sobre los ingresos futuros en la etapa joven. Afortunadamente, el riesgo de longevidad, que es sistemático, podemos cubrirlo. Pero tendrá un precio de mercado. De la misma forma que el riesgo sistemático cuando conducimos un coche (no podemos estar seguros al 100% de no tener un accidente incluso por muy prudentes que seamos) lo cubrimos contratando un seguro de automóvil. Traspasamos el riesgo a la compañía aseguradora a cambio de una prima.

Teniendo en cuenta que la expectativa es de pensiones a la baja y que los españoles del baby-boom ahorramos en forma de activo inmobiliario, una forma natural de cubrir el riesgo de longevidad es la constitución de hipotecas inversas con seguros de renta vitalicia, pues la ausencia de seguro puede llegar a convertirse en una mera forma de posponer el problema de financiación para las personas muy longevas. Y el precio del producto dependerá crucialmente de la estimación que la compañía aseguradora realiza sobre la esperanza de vida del asegurado, lo que, en un futuro mercado competitivo de productos de licuación de activos inmobiliarios, debería ser una información que el asegurado potencial tenga accesible.

Sobre el autor:

Juan Angel Lafuente Luengo

Juan Ángel Lafuente Luengo

Juan Ángel Lafuente Luengo es Catedrático de Finanzas y Contabilidad de la Universitat Jaume I.

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