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El curioso origen de los términos 'anestesia', 'antibiótico' o 'anemia'

Ramón Sánchez-Ocaña

Lunes 27 de noviembre de 2023

ACTUALIZADO : Lunes 22 de enero de 2024 a las 13:08 H

16 minutos

DICCIONARIO ANECDÓTICO DE TÉRMINOS MÉDICOS: LETRA 'A' (1/2)

Anestesia
Ramón Sánchez-Ocaña

Lunes 27 de noviembre de 2023

16 minutos

Cintillo Diccionario Médico

 

En demasiadas ocasiones nos encontramos con una terminología médica que nos es absolutamente desconocida. Como toda ciencia especializada, la medicina precisa de una propiedad en su lenguaje que solo se puede obtener de la complejidad etimológica. Y tres son las fuentes principales de donde se nutre ese lenguaje: el griego, el latín y el árabe.

De todos modos, no se trata de un 'idioma' aparte ni para iniciados. La mayoría de los términos médicos se componen de prefijos o sufijos, que son los que van a determinar la zona, el matiz o la raíz de la palabra. El ejemplo que se ha hecho clásico es el de diferenciar los sufijos –osis–itis.  Así, sabemos que una palabra que termina en –osis, indica normalmente, que se trata de un proceso o un problema de degeneración o de desgaste. Sin embargo, si la palabra termina en –itis , debemos saber que estamos frente a una infección, una inflamación o un proceso que desconocemos.

En definitiva, queremos con esta sección llevar un poco de claridad a esa terminología. Y brindar la composición de una serie de palabras que vayan poco a poco componiendo este particular diccionario. Ni que decir tiene que poco hay de original en estas páginas. Me he servido, eso sí, de muchos y variados diccionarios y el único mérito puede estar en la curiosidad de los términos seleccionados o en la visión particular de unir una palabra con otra.

Naturalmente, seguiremos el orden alfabético impuesto por el diccionario. Y hemos buscado en la terminología original aquel tiempo verbal, o aquella palabra, que más se asimile al vocablo actual. Es divertido. Ya verán.

 

Letra A

 

Con la A son muchos los términos que nos encontramos en el lenguaje médico habitual.

A AN son prefijos griegos que indican habitualmente negación. Por eso, por ejemplo la palabra ABULIA es la unión de ese negativo A con el término griego BOULE, que significa VOLUNTAD. A-BOULE = ABULIA = sin voluntad

Lo mismo podríamos decir de la palabra ANEMIA. Si descomponemos sus términos, nos encontramos con el mismo prefijo negativo A y AN y otro que vamos a ver con mucha frecuencia: AIMA. AIMA = HAIMA = HEMA, tienen el mismo origen y provienen del griego con  la significación de SANGRE. Unido al negativo A, encontramos que la traducción literal de la palabra anemia es SIN SANGRE, ya que por anemia se entiende una pérdida cualitativa de nuestra sangre.

Ejemplos del empleo de esa A como negativo hay infinidad:

ACÉFALO: A = sin; CEFALE = cabeza

AFONÍA: A = sin; FONOS = VOZ

AMORFO: A = sin; MORFE= FORMA

Y si de pronto pensamos en cualquier palabra de origen griego podríamos con facilidad hallar su oponente, simplemente con el añadido de ese prefijo negativo, de A , o de AN.

Si algia proviene de ALGOS, que significa dolor, es sencillo comprender el significado de AN-ALGÉSICO.

Y si AISTHESIS significa SENSACIÓN, con el prefijo AN no es difícil comprender el término AN-ESTESIA.

Una de las palabras de uso más común es el de ANTIBIÓTICO. Y no solo porque sea el tipo de fármaco más consumido en España. Todos hablan de antibiótico quizá sin recapacitar en la significación de los términos que la componen. ANTI = contra y BIOS = vida. No parece necesario que se defina ahora un antibiótico. Todo el mundo sabe que se trata de una serie de microorganismos, generalmente del tipo de hongos, que tienen la propiedad de paralizar, de envolver e impedir la supervivencia de otros organismos patógenos.

Una palabra que por distintas circunstancias se emplea con profusión es la de ABORTO. Su significación es interesante, ya que proviene de la preposición AB, que significa FUERA y de ORTUS, cuya traducción literal es NACIMIENTO

AEROFAGIA es otro término curioso porque tiene la significación literal de sus componentes. AER = aire y FAGOS = COMER. Aunque técnicamente por aerofagia pueda entenderse el fenómeno de sentir gases –que nada tiene que ver con meteorismo– literalmente significa TRAGAR AIRE.

Seguramente, en más de una ocasión leyeron que tal o cual fàrmaco era útil contra gérmenes AEROBIOS o ANEROBIOS. AERO = aire y BIOS = vida. AN = negativo. Los aerobios serían los elementos que necesitan aire, oxígeno para vivir, para subsistir. Los anaerobios serían aquellos que se comportan mejor sin la presencia del oxígeno, como podría ser el causante del tétanos.

Claro que hay también una serie de términos que suelen emplearse mal. Uno de ellos, de uso común es ÁLGIDO. Pregunte a sus amistades cuál es la significación real de esta palabra. Seguramente le dirán  que se trata del punto principal, del momento crucial, de lo más grave. Y no es así. Proviene del latín ALGIDUS = QUE HIELA. Esa es su significación real. El punto álgido sería, literalmente, el punto MÁS FRÍO. Otra acepción puede ser la derivada del griego ALGOS, que como veíamos más arriba, significa DOLOR. En esa acepción, el punto álgido sería el punto MÁS DOLOROSO.

La alopecia y su relación con un tipo de zorro

Cuando se habla de los problemas del cabello , y especialmente entre varones, suele utilizarse la palabra ALOPECIA. Aqui sí que no encontramos origen griego, latino o árabe. Parece ser que deriva de un tipo de zorro, el ALOPEX, que tiene el problema de que su pelo se cae con excesiva frecuencia.

Desde niños, el "tener anginas" se convierte en expresión habitual. Al hablar de ANGINA, casi de forma inmediata se relaciona con la inflamación  de las amígdalas. El término no es exclusivo, por supuesto, de la garganta. Proviene de  ANGERE, verbo latino que  se toma en su acepción de APRETAR. Y de ahí, el sustantivo ANGOR e incluso su derivación de ANGUSTIA. En definitiva, se llama angina a la inflamación de las amígdalas por la obstrucción que produce. Y por la misma razón, cuando existe esa opresión por una obstrucción momentánea del riego cardiaco se habla de ANGINA DE PECHO.

Parece un momento adecuado, ya que tratamos de anginas, de buscar sentido a la palabra AMÍGDALA. Se llaman así, simplemente, porque almendra, en griego, se dice AMIGDALE, que es la forma que presentan en la garganta. En relación con todo ello está la palabra menos conocida de AMIGDALECTOMÍA, nombre con que el especialista designa la intervención quirúrgica de extirpar las amígdalas. Y es que cuando se habla de escisión o corte, suele emplearse el sufijo ECTOMIA, –TOMIA, como derivación del griego EKTOME, que significa  CORTAR. Por eso, por ejemplo, cuando se habla de quitar el apéndice o de operar de apéndice se dice APENDICECTOMÍA. Y si útero en griego es HISTERON, decir HISTERECTOMÍA plantea el corte, la escisión  o la eliminación del útero.

No es difícil que una mujer consulte a su ginecólogo por una AMENORREA. Es el término que los especialistas utilizan para designar el cese de la menstruación. A = negativo. MEN = mes. REO = fluir. El griego nos da la clave. Como en otros muchos términos que estaremos obligados a ver, la partícula A indica negación, y todos los que lleven el sufijo –REO o –REA se refieren a corriente, a flujo. Amenorrea, en su traducción literal, seria SIN FLUJO MENSTRUAL. Palabras con ese sufijo encontramos muchísimas en medicina. Sirvan ahora como ejemplo hemoRRAGIA, hemoRROIdes o diaRREA.   

Cuando se tiene un ojo 'vago' –perezoso, que no ve bien y retrae su esfuerzo– o cuando la visión es muy deficiente se habla de AMBLIOPIA. El término es la traducción literal de las palabras griegas que lo componen. AMBLI significa DEBIL y OPS, vista. De ahí que todo lo relacionado con la vista contenga la raíz OPS, comenzando por óptica o por todos los aparatos para ver de cerca o de lejos, como microscOPIO, telescOPIO o caleidoscOPIO.

Desde que existe el diagnóstico prenatal o la posibilidad de conocer el estado del feto en el útero de su madre, se vulgarizó el término AMNIOCENTESIS, que nos introduce en un nuevo y muy utilizado sufijo en medicina. AMNIOS = membrana y KENTEO = perforar. La amniocentesis no es otra cosa que la extracción de líquido amniótico a través  de la membrana y así poder cultivar células fetales que están en ese líquido y conocer el estado del feto. Literalmente sería perforación de la membrana. Pero lo interesante es que el sufijo formado por el término griego KENTEO, suavizando esa K, se utiliza con profusión para todo lo que significa incisión, perforación o punción.

En muchísimas ocasiones habrá oído hablar del mosquito ANOFELES. Es una de las muchas especies de mosquito que habita nuestro planeta. Pero se les llama anofeles a los mosquitos de los pantanos y que son capaces de transmitir muchas enfermedades; entre ellas, el paludismo. Su nombre proviene  de la partícula negativa griega AN y el término OPHELES, que significa  útil. Así pues, la traducción literal sería inútil, dañino.

Al hablar del sufijo EKTOME como corte o incisión, se citó la palabra APÉNDICE. Nos referimos a ese "resto" que los técnicos llaman vermiforme y que nosotros solemos identificar como el que poseemos en el intestino. APÉNDICE en  su acepción general proviene del latín y está compuesto por la preposición AD y el verbo PENDERE, que significa COLGAR. Por apéndice se entiende en nuestro idioma  toda parte que sobra, parte sobreañadida, aunque literalmente  significa QUE CUELGA DE ALGO.

 

El apéndice
Apéndice

 

Un prefijo  muy usado, sobre todo en reumatología, es el de ARTHRON, precisamente porque su significado es el de ARTICULACIÓN. Con los sufijos oportunos nos irá indicando el estado, la enfermedad o el problema que atañe a la articulación. Aquí, los sufijos adquieren una importancia mucho mayor porque son los indicativos reales para hablar con propiedad. Quizá la distinción que hacíamos al comienzo de estas páginas puede ser una de las más significativas:

–ITIS = inflamación,infección

– OSIS = degeneración, desgaste.

Por eso, el reumatismo que asociamos a la edad, el que suele acompañar a la vejez y que se produce por el uso o abuso de la articulación se llama artrosis, mientras  que la inflamación de otras zonas de la articulación, o de otra causa se llama artritis.

ARTERIA, si apeláramos a su traducción literal significaria CONTENEDOR DE AIRE. AER = aire y TEREIN = contener. Y es que, según la medicina antigua, este conducto contenía aire, era el que llevaba el aire. Nada se sabía aún de que la sangre podría circular por el cuerpo. El problema vino después, cuando se descubrió la gran circulación de la sangre y nombres como Harvey y Servet se inscribieron en la historia. La palabra arteria ya estaba en pleno uso. Y de contenedor de aire pasó a vaso, que en vez de aire lleva sangre desde el corazón a todo el organismo.

Y si comprobamos que SKLEROSIS en griego significa endurecimiento  es fácil deducir la traducción real del término ARTERIOESCLEROSIS.

Todos hemos utilizado en más de una ocasión un ANTISÉPTICO. Desde luego, sin pensar que literalmente estábamos usando un ANTISUCIEDAD, ya que ANTI = contra y SEPSIS = putrefacción. El antiséptico es el producto que se emplea para limpiar las heridas, para desinfectar, en una palabra. SEPSIS es suciedad. Y de ahí que si le añadimos la partícula negativa A, se hable de ASEPSIA para decir limpieza. Y si recordamos –aunque insistiremos al llegar a la H– que el sufijo AIMA, HEMA, EMIA (recuérdese an-emia) significa sangre, podremos deducir con toda facilidad el significado de SEPTICEMIA como compuesto de sepsis y sangre.

En alguna ocasión hemos conocido historias que hablaban de antropófagos. Las acusaciones contra algún dictador centroafricano o la tragedia vivida en los Andes por aquellos deportistas que tuvieron que sobrevivir tras un accidente aéreo hicieron circular el término ANTROPOFAGIA con profusión. Se trata de una traducción literal de sus componentes griegos. ANTROPOS = hombre y FAGOS = comer. Comer carne humana es su acepción. Nos encontraremos con frecuencia términos que introducen la palabra FAGOS en su composición. Quizá el más conocido sea FAGOCITO.  Si pensamos que KITOS, CITOS, significa cèlula, el término fagocito explica claramente la función que realiza.

Casi todos hemos tenido con más o menos frecuencia alguna alteración en el ritmo respiratorio. Y hay quien en la noche paraliza momentáneamente la respiración. Es lo que se llama APNEA. La palabra proviene del griego y se compone de la ya reiterada partícula negativa A y el verbo PNEIN, que significa respirar. Es, en definitiva, la paralización temporal de la respiración. Por cierto, que el verbo pnein se utiliza mucho en el lenguaje común, sin que recapacitemos en su origen. PENUMONIA, por ejemplo, tiene esa cuna, aunque la ortografía le haya hecho perder la P de su nacimiento. La misma procedencia tiene la palabra NEUMÁTICO o el problema de la inclusión de aire en el pecho que se llama NEUMOTORAX o la propia especialidad que estudia todo lo relacionado con la respiración y los pulmones, que se llama NEUMOLOGÍA.

Tiene cierta gracia el origen de la palabra ASCO. Hay que buscarlo también en el griego AISKOS que se traduce como fealdad. Asco no es, en principio, esa reacción de repulsa que produce algo especialmente odioso, sino que se refiere a lo feo y  también al efecto que la visión de lo feo produce.

Cuando se habla de ASFIXIA siempre nos imaginamos una situación de ahogo. Normalmente, hemos convertido en sinónimos las palabras asfixiado y ahogado. Y sin embargo, en su origen no tienen la misma significación: A = negativo y SPHYXIS = latido. Asfixia sería literalmente SIN LATIDO. Se empleaba antiguamente para hablar de la detención del corazón, sinónimo, pues, de muerte. Hoy se relaciona con la falta de respiración.

Cuando estudiábamos física y química nos explicaron que el átomo era la porción más pequeña posible de materia, porque ya no podía dividirse más. Y aunque los avances técnicos han hecho tambalearse esa definición, ya que conocemos incluso los elementos que componen los átomos, la palabra ÁTOMO significa realmente eso, que no se puede dividir. Está compuesta por dos términos que ya hemos visto: la partícula negativa A y el verbo griego TOME, que quiere decir cortar. 

Se cuenta como chiste –y lo es ciertamente– aquel individuo que hablaba de que estaba pintando un autorretrato de su mujer, o aquel que estaba escribiendo una autobiografía de Larra. El término AUTO significa UNO MISMO y es un prefijo que se utiliza muchísimo en todas las ramas y especialidades. Autoinjerto o autotrasplante sería el injerto o el trasplante de una parte de sí mismo. Si GRAFOS es escribir, autógrafo es la escritura de uno mismo, como autobiografía es la narración de la vida propia o autorretrato el retrato que yo pueda hacerme a mí mismo. Quizá la expresión más común y más utilizada en la vida diaria sea AUTOMÓVIL o móvil de sí mismo.

ACONDROPLASIA no es desde luego un término de uso común. Se trata del enanismo más conocido que se da en familias enteras que en muchas ocasiones se dedicaron al espectáculo. Es un enanismo de unas características muy determinadas, con un parecido físico grande, porque corresponde a unos mismos patrones genéticos. La palabra está formada por tres términos griegos: A = negativo; CONDROS = cartílago y PLASEIN = formar. En definitiva, la traducción literal sería la NO FORMACIÓN DE CARTÍLAGOS, lo que lleva a ese enanismo típico de cara alargada, brazos cortos, piernas cortas y arqueadas. Incluso la expresión es muy similar, con nariz pequeña y respingona.

 

La acondroplasia es el tipo de enanismo más frecuente por qué se origina
Acondroplasia

 

En medicina es muy común el término ADENITIS. Por el sufijo –itis ya podemos advertir que se trata de una infección o una inflamación. Si comprobamos que ADEN es la palabra griega que significa GANGLIO, sabremos que el término  indica una inflamación de los ganglios.

(Recuérdese ese sufijo tan utilizado de –ITIS para evitar equívocos. Siempre se trata de infección o inflamación. Apendicitis... o celulitis, término que planteó su polémica porque las células no se inflaman. Sinusitis sería la infección de los senos nasales o paranasales, o amigdalitis sería la inflamación de las amígdalas).

Los obesos o los que tienden a la obesidad conocen muy bien los términos de ADIPOSO, adipocito o adipógeno. Todas estas palabras tienen la misma raíz: ADEPS = grasa y KITOS, CITOS = célula. Es decir, un adipocito es una célula grasa. Nacemos con un determinado número de ellas y de nosotros depende que las llenemos o no. Es como si de pequeños llegáramos al mundo con un determinado número de globos. De nuestra alimentación –entre otros muchos factores– depende que esos globos los tengamos semivacíos, bastante vacíos, llenos o muy llenos.

Cuando nos cogemos un "michelín" en la tripa podemos decir que es tejido adiposo, es tejido graso. Tiene, evidentemente, la misma raíz. Y si nos ofrecen  un alimento cualquiera lo suficientemente graso como para ser capaz de que nosotros acumulemos esa grasa decimos que es ADIPÓGENO, porque a la raíz de grasa unimos el verbo GENNAO, que significa ENGENDRAR.

El sufijo –GENNAO tiene, por lo mismo, mucha utilización. Casi todo aquello que es capaz de producir algo lleva esa terminación en GENO o GENICO. Significa realmente creador de,  productor de, causante de... Así podemos hablar de canceríGENO, alérGENO, bocióGENO, etc.

Alguna vez hemos tenido que ir al dentista por una de esas llaguitas molestísimas que aparecen en la mucosa de la boca. Ellos hablan siempre de AFTAS. El nombre es perfecto y bien lo sabe quien las ha padecido o las padece, porque proviene del griego AFTEIN = quemar. Y no sólo parece un acertado nombre por el dolor que produce, sino incluso por su apariencia de  pequeña úlcera como si fuera realmente una quemadura.

El incierto origen del término alcohol

La prueba de la ALCOHOLEMIA nos resulta ya conocida. Y el término, también. No es preciso insistir en que todos aquellos que contengan –hema, –aima, que se refieren a SANGRE. Una palabra que contenga ese elemento inequívocamente viene a indicar que estamos hablando de algo relacionado con la sangre. Alcoholemia, sería pues, la cantidad de alcohol, el porcentaje de alcohol que lleva nuestra sangre. Y hablando de alcoholes hay en boga una distinción  más anecdótica que real que pretende diferenciar entre el alcohólico-o enfermo por el abuso o la insistencia en el consumo de alcohol- y el ALCOHÓFILO, que sería ese "bebedor social", eufemismo con el que se pretende designar a aquel que le gusta tomar unas copas y piensa que no tiene consecuencias. Si FILOS es amor, la palabra alcohofilia representa ese eufemismo de la afición por el alcohol, aunque no tenga todavía ninguna connotación patológica.

Lo que no está nada claro es el origen de la palabra ALCOHOL, al menos en los textos consultados. Hay quien le da un origen árabe y encuentra su traducción en ALCOHOLE que, es el nombre con que se llamaba  a los espíritus malignos. Parece ser que un  eligioso, dentro de la más pura ortodoxia de eliminar el alcohol, lo llamó así, identificándolo con los espíritus del mal por los efectos que es capaz de producir. Hay quien sostiene, sin embargo, que el origen también árabe está en la palabra ALKOHL, que era una mezcla de pinturas y polvos a base de minerales que utilizaban las mujeres de cierta categoría social para iluminar su rostro y maquillarse.

Un detalle que no debemos olvidar, ya que estamos en un término árabe, es que el artículo en esa lengua es AL y que en nuestro lenguaje común y habitual utilizamos multitud de palabras árabes reconocibles casi siempre por su comienzo con el citado artículo. Ciñéndonos un poco a los términos elegidos en esta especialidad, podemos encontrarnos con ALQUIMIA. AL = articulo y CHYMEIA = mezcla de jugos. Alquimia sería en su traducción literal, la mezcla de jugos, término que derivó después en QUÍMICA, aunque se respetó alquimia para aquella ciencia esotérica que buscaba la piedra filosofal o que trataba de buscar por todos los medios, y especialmente por la mezcla de sustancias de todo tipo, la fórmula mágica que fuera capaz de convertir todos los metales en oro y en plata. La alquimia, que asociamos siempre en nuestra cultura con una semibrujería, con prácticas de cierto ocultismo es la que tiene como principal inquietud la de encontrar la célebre panacea universal capaz de  acabar con todos los males de este mundo. Con el mismo origen de chymeia utilizamos en castellano el término QUÍMICA, que como vimos en su traducción literal árabe quiere decir mezcla de jugos.

Nota: Se han tomado las formas verbales o nominales que más se parecen a las palabras evolucionadas.

Sobre el autor:

Ramón Sánchez-Ocaña

Ramón Sánchez-Ocaña

Ramón Sánchez-Ocaña (Oviedo, 1942) es miembro del Comité Editorial de 65Ymás. Estudió Filosofía y Letras y es licenciado en Ciencias de la Información. Fue jefe de las páginas de Sociedad y Cultura de El País, y profesor del máster de Periodismo que este periódico organiza con la Universidad Autónoma de Madrid. 

En 1971 ingresa en TVE. En una primera etapa se integra en los servicios informativos y presenta el programa 24 horas (1971-1972). Entre 1972 y 1975 continúa en informativos, presentando el Telediario. No obstante, su trayectoria periodística se inclina pronto hacia los espacios de divulgación científica y médica, primero en Horizontes (1977-1979)​ y desde 1979 en el famoso Más vale prevenir, el cual se mantiene ocho años en antena con una enorme aceptación del público.

Tras presentar en la cadena pública otros dos programas divulgativos, Diccionario de la Salud e Hijos del frío, fue fichado por Telecinco para colaborar primero en el espacio Las mañanas de Telecinco y posteriormente en Informativos Telecinco.

Es colaborador habitual de radio, periódicos y revistas, y autor de una veintena de libros, entre los que destacan Alimentación y nutrición, Francisco Grande Covián: la nutrición a su alcance, El cuerpo de tú a tú: guía del cuerpo humano, Guía de la alimentación y Enciclopedia de la nutrición

En 2019 entró en el Comité Editorial del diario digital 65Ymás, en el que colabora actualmente.

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