Homeopatía: qué es y para qué se utiliza

Homeopatía viene de homeo, que significa igual y pathos, que es enfermedad. El principio que su creador, Hahnemann, enunció es la ley de las similitudes (similia, similibus curantur), es decir, que una sustancia capaz de producir enfermedad puede, en dosis mínimas, curar. Se ha hecho clásico el ejemplo del café, que dicen que en altas dosis impide el sueño, pero en dosis mínimas, lo produce.

En qué consiste

Un de los principios básicos es el de considerar al enfermo globalmente y, por tanto, los tratamientos van dirigidos al individuo y no al órgano que puede estar enfermo. Se trata de estimular –con dosis mínimas– la reacción del propio organismo,

Una de las grandes críticas que se hacen a esta técnica es que como se hace a base de diluciones, la cantidad de principio activo que puedan contener los gránulos que se prescriben es prácticamente nula. Sin embargo, dicen, es la energía y no el principio activo lo que cuenta.

Usos principales

No tiene contraindicaciones ni tiene efectos secundarios ya que, insistimos, las diluciones con que se preparan los gránulos no conllevan tóxico alguno. Es “energía” que se disuelve en polvo de lactosa y se forman esos gránulos, clásicos de la medicina homeopática.

Los homeópatas dicen que con su ciencia se pueden resolver todos los problemas. Aunque es cierto que no sirven para todo el mundo.

Inconvenientes

No tiene. Y debe destacarse que se han hecho muchos estudios de tratamientos homeopático comparados con pacientes tratados con placebo y los resultados apoyan las tesis de que la homeopatía funciona. ¿Cómo? Desde el plano de la medicina convencional es inexplicable.