Vacaciones con coche: cómo disfrutarlas

Creo que he escrito este artículo u otros muy parecidos en los comienzos de todos los veranos. Los periodistas somos animales reiterativos y con vicios ocultos. Y cada año en que me pongo frente al ordenador (y antes frente a la Olivetti) se me ocurre algo nuevo, algo inútil y algo que sé que nadie va a hacer caso; pero bueno, seguimos insistiendo a ver si algún lector saca provecho de la lectura.

Antes de salir de viaje

Conviene tener algunas precauciones. Unas tan sencillas como incorporar a nuestro equipaje un segundo juego de llaves. ¡Y no dejarlo dentro del coche! Perder las llaves amarga las vacaciones hasta extremos insoportables; porque además, esto suele ocurrir el día antes de regresar o en situaciones que el propio Peter (el de los principios) ni imagina. Por poner un ejemplo: a mi se me cayeron por la rendija de la báscula, en la estación, cuando aún existía aquella maravilla que era el Auto-Tren. 

Preparar el coche para el verano

Siempre me ha parecido un absurdo. Es como recomendar prudencia en unos días determinados. Hay que ser prudentes los 365 días del año y el 29 de febrero cuando toque y no reservar la prudencia para los “puentes” y el viaje de vacaciones. Y no es una broma. Pues bien, nuestro coche deberá de estar siempre en perfectas condiciones; al menos en sus aspectos de seguridad. Comprobar la presión de los neumáticos debería de ser algo que hagamos de manera rutinaria cada dos o tres meses si no dispone nuestro coche de testigo de advertencia de baja presión. Lo mismo puede decirse del nivel de aceite o del líquido lavaparabrisas, que son operaciones sencillisimas de realizar en cualquier repostaje. Y ya puestos, verificar que los pilotos funcionen correctamente. Si no tenemos alguien que verifique los de la parte trasera (frenos, intermitentes y marcha atrás), aparcar cerca de una pared y comprobar que todo está en orden.

La comodidad interior es fundamental

Y no solo para quien conduce, sino también para los pasajeros. Hoy día la mayoría de los coches disponen de aire acondicionado. Verifique que funciona correctamente y con la carga de gas adecuada para que enfríe lo que debe. Es mejor que dirija el aire frío hacia el parabrisas, evitando los chorros directos. El sol lateral puede llegar a ser muy molesto, pero recuerde que poner trapos o toallas en las ventanillas reduce la visibilidad y es sancionable… y peligroso.

Si va a realizar un viaje largo, no está de más en hacer una limpieza profunda del interior y la tapicería. Nuestro coche debería ir siempre razonablemente limpio, pero para quien es un poco “olvidadizo”, es esta una buena ocasión para ponerse al día. También lo van a agradecer los pasajeros.

 

No hacer mucho caso de las recomendaciones de la DGT

Sobre los mejores horarios para salir de viaje. En los días más críticos, nadie sabe a ciencia cierta dónde van a producirse los atascos y a qué horas la carretera va a estar más despejada. Además, si todos siguieran esas recomendaciones, coincidiremos todos en esas horas sugeridas. Así que salga a la hora en que mejor se encuentre de ánimo y descansado y si se encuentra metido en un atasco, paciencia y buen humor, que lo contrario no soluciona nada.

Si dispone de tiempo el día anterior, reposte y salga con el depósito lleno. En los días críticos las estaciones de servicio suelen estar más saturadas e incluso con los combustibles más caros.

Es verdad que es bueno parar para estirar las piernas y descansar si el desplazamiento es largo. Dar una cifra para decir qué tiempo o qué distancia es la correcta es bastante estúpido. Para cada conductor y en cada circunstancia estos tiempos son distintos. Pare cuando le apetezca. Siempre antes de que sea necesario y esté fatigado. Y recuerde que no solo se cansan los conductores; los pasajeros puede que se cansen más rápidamente incluso. Y si son niños, con más razón.

El equipaje es un estorbo

Para todo o casi todo lo relacionado con el coche. Ya sabemos que en verano vamos a echar en falta muchas cosas, pero no es necesario viajar con la tele vieja para ver los Juegos Olímpicos. Y si aun así se empeña, piense en la posibilidad de enviar sus maletas por mensajería. Es mucho mejor que cargar en exceso el coche, impidiendo la visibilidad e incluso la comodidad de los pasajeros. Piense que también es probable que el exceso de peso le haga consumir más combustible y tal como están las cosas, hasta puede ahorrar dinero enviando el equipaje por mensajería puerta a puerta. 

Relájese, conducir no es una actividad de riesgo

Pese a que hay muchos que creen que sí, empezando por los responsables del tránsito. Si cumplimos con las normas y el sentido común, las posibilidades de un accidente serio son realmente escasas. Muy escasas. No es divertido recurrir a determinadas estadísticas, pero es buen momento para decir que hay más probabilidades de morir ahogado o por una caída que en un accidente de tráfico. Vayamos al Instituto Nacional de Estadística. Los últimos datos son de 2019. Fallecidos en accidentes de tráfico, 1.842; en otros accidentes de transporte, 214; caídas accidentales, 3.297; ahogamiento, sumersión y sofocación accidentales, 3.248. Todos los accidentes son fruto de una negligencia o un error, pero dejémonos ya de miedos, que no hay nada peor que conducir en tensión. Disfrute de la capacidad de desplazamiento que nos ofrece el automóvil o cualquier vehículo motorizado. ¡Y buenas vacaciones!