Creemos que todos los moluscos son marinos y no es cierto. Porque los caracoles pertenecen a este grupo y son de tierra... Según la definición legal, son invertebrados comestibles, marinos o continentales frescos o conservados por distintos procedimientos autorizados.
¿Hay grandes diferencias entre unos y otros?
Sí. Hay muchas variedades y no todas cumplen los rasgos característicos que los diferencian. Por ejemplo, el manto y la concha. El manto es una piel musculosa que segrega la concha y que envuelve el cuerpo. Esa concha puede ser de una, dos o varias piezas. Algunas especies carecen de ella, como los calamares o los pulpos. Uno de sus rasgos distintivos es que tienen el cuerpo blando y no tiene segmentos como los crustáceos. Para su clasificación se tiene en cuenta sobre todo el tipo de concha y la forma del pie. Los hay gasterópodos (bígaros, caracoles); bivalvos ( mejillones, ostras, almejas) y cefalópodos (pulpo, calamar).
¿Tienen el mismo valor nutritivo?
No. Aunque puede decirse que son alimentos nutritivos con pocas calorías. Se puede calcular que en general, 100 gramos de moluscos nos proporcionan de 75 a 80 de agua; de 8 a 18 gramos de proteínas; de 0,5 a 6 de grasas; y por tanto del orden de 50 a 100 calorías Son una fuente importante de minerales y especialmente de fósforo.
¿Cómo son los bivalvos, al que pertenece el mejillón?
Son los que tienen la concha formada por dos valvas que se articulan por una bisagra llamada charnela. No tienen la cabeza diferenciada y su cuerpo está rodeado por el manto. A su alrededor están los órganos sensoriales y. sobre todo, los dos sifones que le sirven para subsistir. Por uno entra el agua con el oxígeno y el alimento y, por el otro, sale el agua con el anhídrido carbónico y los productos de deshecho.
Son lamelibranquios; es decir, tienen las branquias laminares como si fueran laminas u hojas. Pueden vivir fijándose a rocas u otros objetos, como la ostra o desarrollando unos filamentos para adherirse a objetos colgantes o sumergidos. Se calcula que hay 25.000 especies de bivalvos.
El mejillón es uno de los moluscos más conocidos y, como bivalvo, tiene dos conchas. Esas conchas le cobijan y están articuladas por un pie, la charnela ,que es una especie de bisagra, como ya dijimos. El molusco está fuertemente adherido a una de las conchas por un pedúnculo comestible también.
Normalmente son, tras la primera etapa de vida, absolutamente sedentarios. Se fijan a la roca o a lo que suponen roca, como las cuerdas en las mejilloneras, por ejemplo.
Cien gramos de mejillón nos proporcionan 82 de agua, 12 de proteína, 2 de grasas y dos de hidrato de carbono. Su aporte de yodo, calcio , fósforo y potasio es interesantes así como las vitaminas del grupo B. En calorías, esos 100 gramos nos aportan unas 70.
¿Qué cuidados hay que tener con estos moluscos?
Los moluscos bivalvos tienen una posibilidad grande de producir intoxicaciones debido a su sistema de filtración. Piénsese que un mejillón puede filtrar 9 litros de agua en una hora; eso quiere decir que si hay alguna contaminación en las aguas que filtra es muy fácil que algún contaminante se quede en el animal. (La ostra, para dar una idea filtra 2 litros /hora).
De todos modos, el mayor peligro de los bivalvos es la intoxicación por la militotoxina, que es segregada por unas algas microscópicas. Lo curioso es que este tóxico no afecta al molusco, pero sí a quien lo ingiere. Se trata de un tóxico muy potente (se dice que es 50 veces más potente que el curare).
Cuando estas algas afectan al mejillón las autoridades sanitarias impiden su consumo. No es una prohibición gratuita ya que los efectos pueden ser fatales.
¿Que diferencia hay nutritivamente hablando entre la almeja y el mejillón?
La almeja es muy rica en minerales. Cien gramos de almejas –de lo comestible, evidentemente– nos proporciona casi 90 de agua, 8 de proteínas, 1 de grasa y el resto, hidratos de carbono y minerales, especialmente calcio y hierro. No es un alimento muy energético; como todos los moluscos puede aportar colesterol. Cien gramos de almejas nos aportan 40 calorías
Sobre el autor:
Ramón Sánchez-Ocaña
Ramón Sánchez-Ocaña (Oviedo, 1942) es miembro del Comité Editorial de 65Ymás. Estudió Filosofía y Letras y es licenciado en Ciencias de la Información. Fue jefe de las páginas de Sociedad y Cultura de El País, y profesor del máster de Periodismo que este periódico organiza con la Universidad Autónoma de Madrid.
En 1971 ingresa en TVE. En una primera etapa se integra en los servicios informativos y presenta el programa 24 horas (1971-1972). Entre 1972 y 1975 continúa en informativos, presentando el Telediario. No obstante, su trayectoria periodística se inclina pronto hacia los espacios de divulgación científica y médica, primero en Horizontes (1977-1979) y desde 1979 en el famoso Más vale prevenir, el cual se mantiene ocho años en antena con una enorme aceptación del público.
Tras presentar en la cadena pública otros dos programas divulgativos, Diccionario de la Salud e Hijos del frío, fue fichado por Telecinco para colaborar primero en el espacio Las mañanas de Telecinco y posteriormente en Informativos Telecinco.
Es colaborador habitual de radio, periódicos y revistas, y autor de una veintena de libros, entre los que destacan Alimentación y nutrición, Francisco Grande Covián: la nutrición a su alcance, El cuerpo de tú a tú: guía del cuerpo humano, Guía de la alimentación y Enciclopedia de la nutrición.
En 2019 entró en el Comité Editorial del diario digital 65Ymás, en el que colabora actualmente.