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¿Por qué no debes consumir las latas de conserva si están abolladas?

Ramón Sánchez-Ocaña

Lunes 21 de noviembre de 2022

1 minuto

¿Por qué no debes consumir las latas de conserva si están abolladas?
Ramón Sánchez-Ocaña

Lunes 21 de noviembre de 2022

1 minuto

Las conservas siempre son un buen recurso para meriendas o cenas (una cena "latina", que diría el cómico). Si el envase es de lata, debe vigilar que no tenga abultamientos. Puede indicar que se han producido gases en el interior.

Si al abrir la lata observa que sale algún tipo de aire, no la consuma. Seguramente se ha producido dentro una fermentación microbiana. Igualmente, si al abrir la lata ve que el color o el olor del alimento enlatado no es natural, deséchela. Vale más perder unos euros que la salud. Y las abolladuras pueden ocultar alguno de estos detalles o indicar que no han sido tratadas con la delicadeza que precisan. 

Y, eso sí, una conserva, una vez abierta, debe consumirse como si se tratara de un alimento fresco que hubiera sido cocinado. Hay que insistir en que su valor nutritivo es el mismo que el de los alimentos frescos, aunque pueden perder parte de sus vitaminas por el procesado a que están sometidos.

Recuerde también que hay semiconservas que necesitan estar en el frigorífico, como las anchoas. Pero, en general, la conserva puede estar a temperatura ambiente sin que haya riesgo de alteración.

Por último, los líquidos que acompañan a los alimentos en conserva se deben utilizar –especialmente los de las conservas vegetales– ya que son muy ricos en sales minerales.

Los porqués de Ocaña - consultorio

Sobre el autor:

Ramón Sánchez-Ocaña

Ramón Sánchez-Ocaña

Ramón Sánchez-Ocaña (Oviedo, 1942) es miembro del Comité Editorial de 65Ymás. Estudió Filosofía y Letras y es licenciado en Ciencias de la Información. Fue jefe de las páginas de Sociedad y Cultura de El País, y profesor del máster de Periodismo que este periódico organiza con la Universidad Autónoma de Madrid. 

En 1971 ingresa en TVE. En una primera etapa se integra en los servicios informativos y presenta el programa 24 horas (1971-1972). Entre 1972 y 1975 continúa en informativos, presentando el Telediario. No obstante, su trayectoria periodística se inclina pronto hacia los espacios de divulgación científica y médica, primero en Horizontes (1977-1979)​ y desde 1979 en el famoso Más vale prevenir, el cual se mantiene ocho años en antena con una enorme aceptación del público.

Tras presentar en la cadena pública otros dos programas divulgativos, Diccionario de la Salud e Hijos del frío, fue fichado por Telecinco para colaborar primero en el espacio Las mañanas de Telecinco y posteriormente en Informativos Telecinco.

Es colaborador habitual de radio, periódicos y revistas, y autor de una veintena de libros, entre los que destacan Alimentación y nutrición, Francisco Grande Covián: la nutrición a su alcance, El cuerpo de tú a tú: guía del cuerpo humano, Guía de la alimentación y Enciclopedia de la nutrición

En 2019 entró en el Comité Editorial del diario digital 65Ymás, en el que colabora actualmente.

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