No. Por eso no se puede hablar del cáncer, sino de cánceres, ya que son totalmente distintos unos de otros, de distinto pronóstico, de distinta localización y de distinta extensión.
Igual que debe decirse que los distintos tipos de cáncer no se producen de la misma manera en un hombre que en una mujer, y que hay órganos exclusivos de cada sexo que tienen su particular epidemiología.
No todos los órganos son igual de vulnerables a la enfermedad y, en cada uno de los casos, la aparición de los síntomas es diferente en la intensidad y en el tiempo. Y como decimos, se puede calcular que hay más de 500 cánceres distintos, tanto por su localización como por su desarrollo.
¿Cuáles son los factores de riesgo?
El Instituto del Cáncer de los Estados Unidos sostiene que la alimentación incorrecta origina por lo menos un 35% de los cánceres. El tabaco causa un 30%. Después figuran causas poco conocidas relacionadas con la contaminación industrial o ambiental (16%). Causas genéticas, un 6%. Virus, un 5% y factores laborales un 4%.
¿Por qué tenemos la idea de que ahora hay muchos más cánceres?
Esas rebeliones, como antes decíamos, ocurren muchas veces a lo largo de nuestra vida. Y debemos ser conscientes de que, en la mayoría de los casos, el cuerpo puede aplastar la rebelión antes de que las células sublevadas sean demasiadas. Como hoy vivimos mucho más, la renovación celular tiene también que ser más amplia y, sobre todo, tiene que producirse muchas más veces. Por tanto, hay muchas más posibilidades de que una renovación no salga bien
El cáncer siempre existió. Pero antes tenía muy pocas ocasiones de manifestarse. Entre otras causas, porque otro tipo de afecciones acababan con el individuo. Las enfermedades infecciosas ocupaban uno de los más altos puestos en la dramática estadística de la mortalidad de la población. Sólo los pocos longevos que las superaban podían ser candidatos al cáncer.
¿Es un tributo que pagamos por vivir mas años?
En parte, sí. Al alargar los años que vivimos, se multiplican las renovaciones celulares y mayor es el riesgo de que alguna se altere. Por tanto, también es mayor el número de probabilidades que la sublevación tiene de vencer.
Si todos los hombres viviéramos 150 años, la casi totalidad moriría de cáncer de próstata.
Por supuesto, esta simplificación no puede tomarse como una afirmación categórica, porque hay otros muchos factores que en el siglo XXI aparecen, si no como determinantes, sí, al menos, con influencia directa sobre el génesis de un cáncer.
¿Y por qué se producen esas rebeliones celulares?
Hay muchas teorías. Algunas afirman que la mayoría de los procesos cancerosos obedecen al medio ambiente, a agentes exteriores al propio individuo. Desde la contaminación atmosférica hasta los colorantes de algunos alimentos que ingerimos, pasando por el tabaco, el alcohol, el modo de vida... pueden ser elementos a considerar. Algunos pueden tener una acción directa, como el tabaco; otros, pueden tener una relación estadística.
El hecho es que cada vez aparecen más cánceres; que cada vez surgen nuevas modificaciones dentro de la enfermedad y que también son mas las posibilidades etiológicas. Es decir, cada vez se ve con mayor amplitud el número de posibles causas del cáncer sin descartar, por supuesto la teoría vírica.
¿Que dice la teoría de la carcinogénesis química?
Sostiene que el abuso de agentes químicos está en el origen de una gran parte de casos. Ciertamente, se estima que cada año se producen en el mundo diez mil compuestos químicos nuevos. Unos son sumamente útiles; otros no sirven para nada; otros contaminan; y otros, en fin, producirían cáncer si se les dejara actuar.
El problema grave estriba en que nunca, en principio, se sabe qué tipo de agentes son realmente cancerígenos. Tiene que pasar tiempo y tiempo hasta que alguna relación estadística apunte hacia un determinado producto.
Sobre el autor:
Ramón Sánchez-Ocaña
Ramón Sánchez-Ocaña (Oviedo, 1942) es miembro del Comité Editorial de 65Ymás. Estudió Filosofía y Letras y es licenciado en Ciencias de la Información. Fue jefe de las páginas de Sociedad y Cultura de El País, y profesor del máster de Periodismo que este periódico organiza con la Universidad Autónoma de Madrid.
En 1971 ingresa en TVE. En una primera etapa se integra en los servicios informativos y presenta el programa 24 horas (1971-1972). Entre 1972 y 1975 continúa en informativos, presentando el Telediario. No obstante, su trayectoria periodística se inclina pronto hacia los espacios de divulgación científica y médica, primero en Horizontes (1977-1979) y desde 1979 en el famoso Más vale prevenir, el cual se mantiene ocho años en antena con una enorme aceptación del público.
Tras presentar en la cadena pública otros dos programas divulgativos, Diccionario de la Salud e Hijos del frío, fue fichado por Telecinco para colaborar primero en el espacio Las mañanas de Telecinco y posteriormente en Informativos Telecinco.
Es colaborador habitual de radio, periódicos y revistas, y autor de una veintena de libros, entre los que destacan Alimentación y nutrición, Francisco Grande Covián: la nutrición a su alcance, El cuerpo de tú a tú: guía del cuerpo humano, Guía de la alimentación y Enciclopedia de la nutrición.
En 2019 entró en el Comité Editorial del diario digital 65Ymás, en el que colabora actualmente.