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¿Qué dieta es la más recomendable para reducir el riesgo de cáncer?
Lunes 27 de febrero de 2023
ACTUALIZADO : Miércoles 1 de marzo de 2023 a las 15:50 H
5 minutos
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¿Todos podemos padecer cáncer? ¿Hay un cáncer de tipo laboral?
¿Por qué tenemos la idea de que ahora hay muchos más casos de cáncer?
¿Hay una dieta 'anticáncer'? ¿Cuáles son los alimentos más y menos recomendables?
¿La dieta de distintos países produce distintos tipos de cáncer?
Sí. Y hay ejemplos muy curiosos: el cáncer de estómago es mucho más frecuente en Japón que en Estados Unidos. Sin embargo, el de mama y el de colon es más común en Estados Unidos y en Europa que en Japón. ¿Y por qué? Porque, por ejemplo, las mujeres japonesas casi no comen grasas. Y su incidencia en cáncer de mama es cinco veces menor que en Estados Unidos.
El consumo de carne aporta un dato muy interesante: en todos los países sudamericanos hay una incidencia muy baja de cáncer de colon, pero con dos excepciones: Argentina y Uruguay. Los dos consumen carne en abundancia.
Además, la estadística nos informa de que en muchos casos la aparición de tumores mamarios guarda relación con el consumo de grasa. Baste decir que en países como Estados Unidos hay colectivos que prácticamente no lo padecen, como son las que pertenecen a los adventistas del séptimo día, que son, en su mayoría, vegetarianos.
¿Cada país tiene 'su' cáncer?
Puede decirse así. Los japoneses tienen una elevada tasa de cáncer de estómago por su alto consumo de pescado salado y ahumado Pues bien, cuando emigran a Estados Unidos, disminuye este tipo de cáncer durante los primeros quince años. Pero al mismo tiempo, esos mismos japoneses se vuelven más vulnerables al cáncer de colon y recto, como los americanos.
¿Tene alguna incidencia el consumo de alcohol?
Con el alcohol ocurre lo mismo, porque hay muchas zonas del planeta que lo tienen integrado en la dieta. Y especialmente algunos tipos de alcohol. En la Baja Normandía se detectó un número de cánceres de esófago anormalmente alto entre los varones. La causa fue un singular alcohol de manzana que hacían en la zona. Y en China se observó una tasa muy alta de cáncer de esófago y la causa fue el alto consumo de un alcohol de arroz fermentado. Y ocurre lo mismo con alcoholes de cereales que se producen en Japón, Escocia o Estados Unidos.
En definitiva: entre la dieta y el tabaco encontramos la causa directa o indirecta del 70 por 100 de los cánceres.
Sabemos algo de lo que lo origina, ¿no podemos saber lo que nos ayudaría a no contraerlo?
Sí. Hay alimentos que son beneficiosos en todos los sentidos. Todos los especialistas están de acuerdo, por ejemplo, en que deberíamos aumentar nuestra ingesta de fibra a base de un mayor consumo de verduras, frutas y legumbres. Por contra, el aporte de grasa debe reducirse, especialmente el de grasa animal.
Hay ejemplos muy ilustrativos. A una serie de animales de laboratorio se les administraron sustancias cancerígenas. Pues bien, entre los que además se les proporcionó una dieta abundante en frutas y verduras frescas, con elevado contenido en vitaminas, el número de cánceres fue significativamente menor.
Está demostrado que si tenemos en la dieta una buena cantidad de verduras, como brócoli, col, coliflor, repollo o coles de Bruselas, el riesgo de cáncer es mucho menor. También es muy recomendable la naranja, zanahoria y limón. Baste decir que el cáncer de colon es inversamente proporcional al consumo de fruta.
Por hacer un resumen, hay que seguir las siguientes pautas de alimentación:
- Reducir el consumo de carnes y pescados ahumados o salados
- Limitar la ingestión de grasa animal.
- Limitar las carnes rojas (recuerde: la carne en el plato debería ser la guarnición y no al contrario).
- Reducir la ingesta de alimentos muy tostados o curados y los fuertemente condimentados.
- No tomar cosas ni muy calientes ni muy condimentadas.
- Dar a las comidas el ritmo adecuado y necesario.
- Organizarse para comer: es mejor comida escasa y frecuente que hacer solo una o dos comidas.
¿Hay alguna relación entre cáncer y obesidad?
Hay una relación cada vez más clara entre obesidad e incidencia de algunos tumores, porque en la grasa se sintetizan, aunque en mucha menor cantidad, las mismas hormonas que en los testículos y los ovarios. Por esto, por ejemplo, se asocian con la obesidad los cánceres de mama, de próstata y de endometrio.
La obesidad no es solo un factor de riesgo cardiovascular. También lo es en el campo oncológico. Está demostrado que un varón obeso tiene un 50% mas de riesgo de padecer un cáncer que si no fuera obeso. En el caso de la mujer, el riesgo es un 35% mayor.
Y en relación con la obesidad, y como otro de los pilares de la prevención, hay que considerar el ejercicio físico. Todos los días, al menos media hora de ejercicio sería la recomendación más clara. En general, deberíamos tender hacia una mayor actividad en todos los órdenes. Incluir la actividad como algo natural en la vida diaria. No coger el autobús, no tomar el ascensor... No es preciso ir a gimnasios ni a campos de deporte. Basta con andar a paso ligero.
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