La quimioterapia es la administración de distintos fármacos para aniquilar las células cancerosas. El problema es que, aunque se está avanzando mucho y se están dirigiendo ya los medicamentos a dianas muy concretas, cuando se trata de eliminar esas células, los fármacos no son tan selectivos como para matar solo las células enfermas, sino que también aniquila las sanas. Es lo que origina una serie de efectos adversos e indeseables que son, por ahora, en buena parte, inevitables. Se avanza mucho a base ya de anticuerpos monoclonales y estudiando previamente la genética del paciente para tratar de personalizar ese tratamiento.
¿Por qué hay que darla cuando ya se ha extirpado el tumor?
No siempre es así. Depende del tumor y de su extensión. A veces –y concretamente en el cáncer de mama– se puede administrar antes de operar con el fin de que el tumor se reduzca y poder hacer una intervención menos agresiva. Otras veces, tras la intervención se aplica la quimioterapia con el fin de asegurar que no hay células cancerosas y obtener mejores resultados. Todo depende del tipo, la extensión y las características del tumor.
¿Quimioterapia antes o después de operar?
No se puede establecer como tal, ya que no hay un cáncer, como no hay un solo tipo de persona. Hoy por hoy, los protocolos internacionales suelen iniciar el tratamiento con quimioterapia para tratar de reducir el tumor. Se aplica después la cirugía. Posteriormente, si es necesario, ya se inician los tratamientos de quimio y radioterapia, si es preciso. Y si la persona es susceptible, posiblemente se haga un tratamiento hormonal.
¿Qué son los tratamientos personalizados?
Cada vez se sabe más sobre el tratamiento del cáncer. Y se sabe, por ejemplo, que a veces una proteína juega la mala pasada de hacer inútil un tratamiento. Sin embargo, en otras ocasiones, el mismo fármaco produce unos resultados espectaculares. Pues bien, si se busca esa razón, se podrá brindar ese medicamento a quien le es útil y buscar otro para aquella persona a la que no le hace ningún efecto positivo.
¿Qué es la terapia hormonal para el cáncer de mama?
Es útil en aquellos procesos en los que las hormonas han sido coadyuvantes de su desarrollo. Es decir, lo primero que hay que saber es si el tumor es “hormonosensible”. Si lo es, al administrarle las hormona se logra que no prolifere y, por tanto, deje de crecer y de actuar.
¿Cuáles son los efectos secundarios de la quimioterapia?
Son varios y los pacientes pueden sufrirlo con muy distinta intensidad. El primero y más conocido es la caída del cabello, ya que la quimio actúa contra la división celular y la raíz del pelo es muy activa en ese sentido. Las náuseas y los vómitos también son frecuentes.
Suele aparecer anemia y por eso se solicitan análisis de sangre para conocer la situación. Hay falta de apetito, desgana de todo, apatía. También pueden aparecer aftas en la boca y diarreas. Y muchos pacientes hablan también de acorchamiento en las manos y en los pies.
Puede haber más, pero debe quedar claro que los especialistas disponen hoy día de fármacos que pueden si no contrarrestar esos efectos sí minimizarlos en buena parte.
¿Siempre se cae el pelo?
No todos los tratamientos de quimioterapia fuerzan la caída del cabello, aunque muchos sí. Y eso lo saben los centros donde se realizan estos tratamientos, hasta el punto de que ya hay algunos que tienen su departamento de estética en donde se prueban y ponen pelucas y se enseñan trucos de maquillaje.
¿Cuánto tiempo duran sus efectos?
Los agudos, que son casi inmediatos, pueden aparecer a la semana de iniciado el ciclo. Los otros pueden ser más lentos y depende de cada persona. El problema es que justo cuando ya han desaparecido es cuando seguramente toca un nuevo ciclo, con lo que se renuevan esos efectos indeseados.
¿Qué significa que a una la radien?
La radioterapia es otra de las formas de atacar al cáncer y se basa en la aplicación de radiaciones para aniquilar las células cancerosas . Y es que las células cuanto más deprisa crecen o más inmaduras son, como las cancerosas, tienen mayor sensibilidad a las radiaciones.
Como ocurre en la quimioterapia, se puede radiar antes de operar para disminuir el tamaño del tumor o se radia después de la intervención para asegurarse de que se han eliminado las células cancerosas y no tiene posibilidades de reaparece .
¿Tiene también, como la quimio, efectos indeseables?
Sí, pero no son comparables. Son mucho menores. Por ejemplo cuando se radia el pecho, puede afectar al esófago y, por tanto, puede haber problemas para tragar. La piel puede aparecer como si se quemara por un exceso de sol (que también son radiaciones) . Últimamente se intenta radiar por endoscopia directamente sobre la zona a tratar sin que la radiación pase por otros tejidos.
¿Es aconsejable el empleo de todas estas medidas con el sufrimiento que implica?
Es una pregunta que se hacen muchas veces, tanto el enfermo como sus parientes cercanos y los propios médicos. La quimioterapia produce en ocasiones efectos secundarios que hacen sufrir seriamente al paciente. El problema es que además, según el tipo de cáncer y las metástasis que haya, la supervivencia que se consigue es pequeña, con lo que quizá se plantee la necesidad de no alargar el sufrimiento intentado por todos los medios aplicar los protocolos.
Sin embargo, aunque esa mirada lineal sea así, la realidad demuestra que se pueden conseguir remisiones o por lo menos detención de la progresión. Depende siempre del tipo de tumor y del momento en que se actúe. Hoy, los oncólogos tienen claro un principio. Y es que cuando se trate de un tipo de cáncer incurable por su avanzado desarrollo o por las metástasis producidas debe primar sobre cualquier otra consideración la calidad de vida del paciente. También es cierto que muchas veces la familia quiere que se agoten todas las posibilidades . Pero debe primar el principio que enunciábamos antes: si va contra la calidad de vida del paciente, es mejor no seguir con los tratamientos que la experiencia demuestra que ya son inútiles. Eso sí, evitando el dolor.
Hay una frase del Dr. Mellete que es significativa: "El paciente con cáncer que se encuentra curado de su enfermedad pero queda incapacitado física o emocionalmente representa un triunfo terapéutico cuestionable".
¿Se debe tomar alguna precaución si se está en sesiones de radio o de quimioterapia?
Depende de la zona de radiación y de la quimioterapia. Normalmente se prescriben anticonceptivos, ya que tanto la quimio como la radioterapia puede afectar a la descendencia. En el caso de que el tratamiento se deba a un cáncer de mama, las hormonas que contienen los anticonceptivos no están indicadas, por lo que se recomienda cualquier otro método de barrera.
Y debe hacerse una advertencia: los tratamientos impiden en muchos casos la menstruación, pero no la ovulación. Por lo tanto, aun sin regla, debe buscar algún sistema de anticoncepción. De todos modos, la estadística confirma que durante un tratamiento oncológico, aunque sean posibles y deseables las relaciones, las trabas psicológicas lo impiden en la mayoría de los casos.
Sobre el autor:
Ramón Sánchez-Ocaña
Ramón Sánchez-Ocaña (Oviedo, 1942) es miembro del Comité Editorial de 65Ymás. Estudió Filosofía y Letras y es licenciado en Ciencias de la Información. Fue jefe de las páginas de Sociedad y Cultura de El País, y profesor del máster de Periodismo que este periódico organiza con la Universidad Autónoma de Madrid.
En 1971 ingresa en TVE. En una primera etapa se integra en los servicios informativos y presenta el programa 24 horas (1971-1972). Entre 1972 y 1975 continúa en informativos, presentando el Telediario. No obstante, su trayectoria periodística se inclina pronto hacia los espacios de divulgación científica y médica, primero en Horizontes (1977-1979) y desde 1979 en el famoso Más vale prevenir, el cual se mantiene ocho años en antena con una enorme aceptación del público.
Tras presentar en la cadena pública otros dos programas divulgativos, Diccionario de la Salud e Hijos del frío, fue fichado por Telecinco para colaborar primero en el espacio Las mañanas de Telecinco y posteriormente en Informativos Telecinco.
Es colaborador habitual de radio, periódicos y revistas, y autor de una veintena de libros, entre los que destacan Alimentación y nutrición, Francisco Grande Covián: la nutrición a su alcance, El cuerpo de tú a tú: guía del cuerpo humano, Guía de la alimentación y Enciclopedia de la nutrición.
En 2019 entró en el Comité Editorial del diario digital 65Ymás, en el que colabora actualmente.