Sí. Todos estamos expuestos a lo largo de la vida a productos químicos, radiaciones y virus capaces de inducir mutaciones, y por tanto, provocar cáncer. Pero no todas las personas están igualmente expuestas a padecerlo. Aparte de los factores externos, no cabe duda de que cada persona tiene un determinado comportamiento celular. La constitución genética de cada individuo es distinta y, de hecho, puede comportarse de manera muy diferente a la hora de rechazar la rebelión de esas células. En una palabra: hay organismos que frente a la sublevación se comportan con más o menos energía.
Hay que analizar, además, el “determinismo inmunológico”, es decir, la capacidad que cada uno tiene para contrarrestar determinados agentes infecciosos. Poco más o menos, la diferente capacidad que tienen unas personas para contraer una determinada enfermedad.
¿Hay un cáncer de tipo laboral?
Por supuesto que sí. Hay trabajos (industria química, centrales nucleares, etc.) en que los individuos están más expuestos que el resto de la población a esos agentes externos capaces de inducir mutaciones. A finales del siglo XIX, un médico alemán fue el primero en darse cuenta de que el número de tumores de vejiga que había en una determinada industria era extremadamente alto en comparación con el resto de la población. Era una industria de tintes. Analizando los productos que intervenían en el proceso industrial, se llegó a la conclusión de que un tipo de aminas aromáticas era el causante.
Otro caso bastante conocido es el del cáncer de escroto advertido ya en los años veinte del siglo pasado entre ingenieros y empleados de industrias pesadas; eran los que guardaban trapos impregnados de aceites en los bolsillos o que, por distintas circunstancias, tenían que inclinarse sobre las máquinas engrasadas.
Así, la lista de cánceres laborales producidos por agentes químicos es enorme.
Otros agentes son también los hidrocarburos. En multitud de ocasiones se ha hablado ya de los restos de una combustión incompleta, como contaminante peligroso.
Todavía hoy, en el Hospital de la Bomba Atómica de Hiroshima, se dan casos de leucemias.
Y se espera, en la misma ciudad de Hiroshima, que la tercera generación nacida tras aquel 6 de agosto de 1945, cuando hizo explosión aquel artefacto llamado Little Boy, más conocido por bomba atómica, presente alteraciones genéticas o mutaciones celulares, tumores y, en definitiva, algún tipo de cáncer.
¿Si me someto a radiaciones puedo desarrollar la enfermedad?
Si, ya que, como acabamos de explicar, las radiaciones son una de las tres posibles causas de mutaciones en el ADN que compone nuestros genes. Los ejemplos de Hiroshima son claros. Pero no se crea que todas las radiaciones provienen de bombas atómicas. Cuando Roengten descubrió los rayos X, se estableció para la práctica diaria de la clínica un indudable avance médico. Sin embargo, muchos de los que manejaban aquellos primeros aparatos fallecieron sin que entonces se supiera por qué. Las radiaciones les habían producido un cáncer.
Otras radiaciones a las que estamos acostumbrados, pero no por ello dejan de ser peligrosas, son las solares. La moda de tomar el sol ha multiplicado los casos de cáncer de piel.
Pero hablamos de radiaciones a gran escala, no las que se reciben por los medios auxiliares de diagnóstico. Por ejemplo, por las radiografías o exámenes de este tipo.
Ciertamente se ha comentado mucho la posibilidad de que las radiaciones que recibimos por antenas, teléfonos móviles, televisores, o por exámenes radiográficos, si son frecuentes, puedan aumentar la incidencia de cánceres. No solo no hay ninguna evidencia, sino que en muchos casos se parte de una idea errónea. Solo las ionizantes podrían alterar el ADN y, por tanto, las radiaciones no ionizantes (móviles, tv , etc) no tienen riesgo alguno. Y la magnitud que recibimos de las otras, es mínima como para representar un peligro.
¿La irritación celular puede también causarlo ?
La irritación produciría una muerte de células casi constante y, por tanto, demandaría una también casi constante fabricación de nuevas células. Durante la renovación celular es cuando el ADN es más vulnerable a las agresiones externas que pueden causar mutaciones. En ese sentido, la irritación ciertamente facilitaría de modo indirecto el que se produjeran mutaciones que en último lugar podrían dar lugar al cáncer .
En definitiva, ¿cuáles son las teorías sobre el cáncer?
Hoy se sabe que el cáncer se produce a partir de una única célula, en la que se han acumulado de 4 a 6 mutaciones sucesivas. Las mutaciones son ocasionadas en la inmensa mayoría de casos por agentes externos, que pueden ser, como ya dijimos, de tres tipos: químicos, radiaciones y virus.
Sobre el autor:
Ramón Sánchez-Ocaña
Ramón Sánchez-Ocaña (Oviedo, 1942) es miembro del Comité Editorial de 65Ymás. Estudió Filosofía y Letras y es licenciado en Ciencias de la Información. Fue jefe de las páginas de Sociedad y Cultura de El País, y profesor del máster de Periodismo que este periódico organiza con la Universidad Autónoma de Madrid.
En 1971 ingresa en TVE. En una primera etapa se integra en los servicios informativos y presenta el programa 24 horas (1971-1972). Entre 1972 y 1975 continúa en informativos, presentando el Telediario. No obstante, su trayectoria periodística se inclina pronto hacia los espacios de divulgación científica y médica, primero en Horizontes (1977-1979) y desde 1979 en el famoso Más vale prevenir, el cual se mantiene ocho años en antena con una enorme aceptación del público.
Tras presentar en la cadena pública otros dos programas divulgativos, Diccionario de la Salud e Hijos del frío, fue fichado por Telecinco para colaborar primero en el espacio Las mañanas de Telecinco y posteriormente en Informativos Telecinco.
Es colaborador habitual de radio, periódicos y revistas, y autor de una veintena de libros, entre los que destacan Alimentación y nutrición, Francisco Grande Covián: la nutrición a su alcance, El cuerpo de tú a tú: guía del cuerpo humano, Guía de la alimentación y Enciclopedia de la nutrición.
En 2019 entró en el Comité Editorial del diario digital 65Ymás, en el que colabora actualmente.