Me encanta la idea de la 'U' de la felicidad. Me esfuerzo en generar optimismo en quién me escucha y/o me lee, y esta idea se ha convertido en un concepto central de mi discruso para redefinir el bienestar en la etapa de la madurez. Originada en estudios sobre longevidad y calidad de vida, esta propuesta refleja un modelo integral que conecta la experiencia individual con oportunidades económicas y sociales. Su simbolismo reside en la forma de una 'U', que describe cómo la percepción de felicidad alcanza mínimos en la mediana edad (crianza, medrar en lo profesional, cuidar a los mayores de la familia, ser un sándwich entre niños y adultos muy mayores) y vuelve a ascender en los años posteriores, entrados a veces los sesenta años, abriendo horizontes para la reinvención personal y social.
Orígenes del concepto
El concepto surge de estudios longitudinales como los de Andrew Oswald, economista de la Universidad de Warwick, y otros expertos en psicología social y economía del bienestar. Investigaciones recientes revelan que, en muchas culturas, la satisfacción vital sigue un patrón de 'U', alcanzando, como decía, su punto más bajo entre los 40 y los 50 años, pero experimentando un notable ascenso después de los 60. Factores como la reducción de responsabilidades laborales, una perspectiva más positiva de la vida y un enfoque renovado en las relaciones contribuyen a este fenómeno.
Desde un enfoque de mercado, marcas y servicios están comenzando a integrar este modelo en sus estrategias, reconociendo el poder adquisitivo y la relevancia cultural del segmento sénior. Aunque de manera insuficiente, a mi juicio, las marcas empiezan a ver el potencial de los mayores llenos de vida: somos sénior, no ancianos, nos dicen con su comportamiento cada día. Solo hay que verles disfrutar en las playas, los museos, los paseos urbanos, el bocadillo en el parque, iPhone en ristre, haciendo fotos de su vida activa. Y muchas veces, muy felices.
La 'U' en la práctica: el silver living y el marketing emocional
La 'U' de la felicidad no es solo una teoría, sino una guía para la creación de entornos y servicios que maximicen el bienestar en la madurez. En España, por ejemplo, se han desarrollado proyectos bajo este enfoque, como el Silver Living, que combina alojamiento, servicios de bienestar y actividades sociales para mayores de 65 años. Estos espacios buscan materializar la parte ascendente de la 'U', ofreciendo plenitud, conexión social y seguridad.
Las marcas han comenzado a incluir el concepto de longevidad activa en sus mensajes. CaixaBank, en colaboración con expertos en la economía plateada, utiliza el modelo para diseñar productos financieros y de legado ajustados a las necesidades de sus clientes sénior. Otras empresas, como las del sector del cuidado domiciliario, han integrado el término en campañas orientadas a transmitir optimismo sobre la madurez, la longevidad y la positivización de la experiencia vital.
Marketing y comunicación: de la experiencia a la personalización
En un mercado cada vez más competitivo, los mayores de 65 años constituyen un grupo demográfico clave. Según mis trabajos en Silver Economy, este segmento controla más del 70% de la riqueza neta de muchos países desarrollados. Sin embargo, este poder adquisitivo no solo es una oportunidad comercial, sino también un desafío ético y cultural.
Los mensajes que triunfan con este público apelan a la individualidad y el respeto. Marcas como Procter & Gamble, con campañas para productos age-friendly, y el sector de la tecnología con age-tech han utilizado la 'U' como inspiración para destacar las ventajas de la longevidad y el envejecimiento saludable. Santalucía nos ha hablado en sus campañas de la alegría (renovada) de vivir y nos ha hecho ver que es factible encontrar la felicidad y el orgullo de mirar en el espejo una cara envejecida. Con arrugas de reir.
Una mirada a futuro: innovación y humanización
Los retos sociales y económicos de una población longeva no deben percibirse como una crisis, sino como una oportunidad. La digitalización adaptada, la accesibilidad universal y la personalización de servicios son pilares fundamentales para maximizar el potencial de la "U de la Felicidad".
Así encuentro necesario, tomar conciencia, a nivel individual, de que:
Quizá la mejor etapa de la vida comienza en la madurez, un nuevo comienzo lleno de posibilidades.
Hay miles de ejemplos reales de personas que han emprendido nuevos proyectos o alcanzado metas importantes después de los 60. Debemos tener propósitos, inspiración y motivación para seguir viviendo con plenitud.
Hacer actividades comunitarias, viajar o cuidar la salud integralmente (cuerpo y mente) nos ayudará a vivir la longevidad con plenitud, haciendo buena la 'U' de la felicidad.
Nuestro legado de alegría favorecerá el sentido de pertenencia con nuestra gente y generará bienestar colectivo. Fuera amargura y viva la vida. La 'U' de la felicidad nos demuestra que merece la pena (reconociendo que la vida es a veces, dura) buscar motivos para vivir y reir. Vivir en plenitud. Buscar la 'U' de la felicidad, que no solo traza un camino hacia el bienestar personal en la longevidad, sino que redefine la manera en que la sociedad y las empresas deben ver esta etapa de la vida.
Debemos replantearnos el envejecimiento como un proceso de crecimiento, mejorar la calidad de vida individual y la cohesión social en entornos intergeneracionales.
El reto está en nuestras manos: crear un futuro en el que la madurez sea sinónimo de plenitud y optimismo. Empezando por creerlo nosotros mismos en nuestra autopercepción.