Fluir con la edad

No debería firmar estas colaboraciones en el medio líder de información sénior. Siento que todo lo que os he expresado desde el primer artículo hasta hoy, incluso lo que escribo ahora, ha brotado de una fuente mayor. Bien porque han sido 'dones' y no méritos propios o bien porque han sido soliloquios teledirigidos, con algún chascarrillo que lo ha hecho más ameno, pero frutos de un impulso de origen desconocido.

Pensarás que a partir de lo dicho estoy descubriendo mi faceta más alienígena, pero no. No hay nada raro o sospechoso, solo una constatación de que cuando se está en silencio, en comunión, en comunicación plena –frente al computador, en este preciso momento– lo propio, fluye, confiando en que lo natural sabe su cauce.

Fluir con la edad, sin enfocarse en el destino, las expectativas y los deseos, disuelve todos los obstáculos relacionados con los "ya no puedo", "que va ser de mi", "me gustaría rejuvenecer". La fecha de nacimiento es un dato y una variable que nos da mucha información, pero no toda, porque la vida sólo sucede en este instante. Yo sólo te estoy recordando lo que maestros, de todas las filosofías nos han legado. Estas enseñanzas son ya mucho camino avanzado de las que podemos disfrutar, a las que nuestros ancestros no tuvieron alcance.

Para fluir con la edad es preciso darle el valor justo, sin que sea una carga o una sentencia, y por eso, rechazo todo el maltrato de lo 'sin edad'.

En la corriente, siendo ríos, los eventos nos arrastran pero no se trata de eso. Se trata de entregarte a lo natural, que es vivir sin etiquetas, sin mandatos o prejuicios, y en ese fluir aprender a deshacerte del disfraz, vivir más libre y con menos miedos. En el mismo punto, antes o después, la vida trágica resbala y nos encontramos entregados a un cauce que no tiene fin, porque la vida en distintos planos continúa.

Fluir con la edad es rendirte a lo que es sencillo. La naturaleza siempre sabe como enseñarnos esta lección, y para mí, eso es el envejecimiento o si lo prefieres, el fluir con la edad. La vida misma.
Finalizo este texto dando las gracias a la vida como coautora del mismo y a 65YMÁS por ofrecernos el canal.