Silvers como solución para la España vaciada
Francisco J. MarcoMiércoles 28 de abril de 2021
ACTUALIZADO : Miércoles 12 de mayo de 2021 a las 10:20 H
3 minutos
Miércoles 28 de abril de 2021
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El pasado 21 de marzo, 65Ymás publicó un artículo con una relación de pueblos que, para atraer a gente joven y, en muchos casos, reabrir o mantener abiertas las escuelas, ofrecían viviendas gratis y/o empleo a cambio de parejas con hijos en edad escolar. No era la primera vez que se publicaba algo parecido, ni tampoco la última, y como iniciativa para la repoblación del ámbito rural puede estar bien, pero es muy puntual y poco sostenible en el medio y largo plazo.
Pretendemos llevar niños a pueblos donde sus padres apenas tienen oportunidades laborales y en los que, a pesar de todas las mejoras, la digitalización como vía de crecimiento económico y social es aún incipiente, incluyendo la capacidad de formación de esas pequeñas escuelas que funcionan como Colegio Rural Agrupado (CRA) para atender básicamente los seis primeros cursos de Primaria.
La soluciones puntuales pueden funcionar para conseguir objetivos a corto, pero no sostenibles si no se acompañan de otras estrategias a medio y largo plazo para asentar población con una oferta más realista y mejor dirigida.
En artículos anteriores, ya me he referido a la economía silver como una economía de oportunidades, si sabemos gestionar todas las ventajas de la mayor longevidad con mayor calidad de vida y desplazamiento notable de la curva de discapacidad también hacia adelante.
Las generaciones de personas de 50 o más años, van a querer vivir más allá de su jubilación con la misma actividad, o más, que durante su vida activa, y van a poder hacerlo allí donde la oferta de servicios y productos se adapte a la realidad de los mayores, como señalé hace unas semanas al impulsar el activismo silver.
Si tenemos en cuenta que en España la edad media para tener el primer hijo se sitúa ligeramente por encima de los 31 años y que, en media y por desgracia, la natalidad se sitúa en 1,2 hijos por mujer, no nos equivocamos demasiado si afirmamos que a partir de lo 55 años, la mayoría de las parejas tienen resuelta la formación de sus hijos que, con carácter general y sobre todo en los ciclos más altos, requiere estar vinculado a las grandes ciudades. En segundo lugar, para muchos perfiles profesionales, el trabajo ya no está ligado forzosamente a una sede con carácter permanente. Y en tercer lugar, no lo olvidemos, los barómetros sobre la economía silver reflejan que estamos ante una cohorte de población con capacidad de renta y por tanto de consumo.
Adicionalmente, la dureza de los confinamientos urbanos a causa de la pandemia y el despegue del teletrabajo, ha provocado una creciente tendencia poblacional hacia los ámbitos rurales que sumaría al objetivo de repoblar los pueblos que fueron paulatinamente abandonados en el desarrollismo del pasado siglo.
Por tanto, la generación silver, si se dan las condiciones para ello, sobre todo en relación a los indispensables servicios digitales, puede ser una solución sostenible en el tiempo para rehabilitar y repoblar la España vaciada, no solo reocupando las viviendas, sino que, con su presencia y actividad, contribuyendo a desarrollar las economías locales condición indispensable para crear empleo y retener a las generaciones siguientes. Como vengo recogiendo en mis artículos, la longevidad nos trae sobre todo oportunidades si sabemos identificarlas y gestionarlas.