'El futuro de la competitividad europea': análisis del informe Draghi
Juan Manuel Sánchez Quinzá-TorrojaMiércoles 11 de diciembre de 2024
5 minutos
Miércoles 11 de diciembre de 2024
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El informe Draghi plantea una serie de medidas de política económica ambiciosas y detalladas para sacar a la economía europea del estancamiento en que se encuentra y adaptarla a la nueva realidad tecnológica, energética, y geopolítica. Sus propuestas son detalladas y ambiciosas y apuntan a que el camino de la UE pasa por una mayor integración y para ello los Estados miembros no deben bloquearla y deben financiarla adecuadamente.
El pasado 9 de septiembre, el exprimer ministro italiano y expresidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, presentó su informe 'El futuro de la competitividad europea'. Se trata de un documento muy completo que debería convertirse en la hoja de ruta de la nueva Comisión Europea.
Estructura y contenido
El documento consta de seis apartados que incluyen una descripción de la situación actual; los tres desafíos que se le presentan a la UE (mejora de la innovación, compatibilización de la descarbonización, y competitividad y cómo aumentar la seguridad y reducir la dependencia en materia de defensa de EEUU); y los requisitos para lograrlo (refuerzo de la inversión pública y privada y mejora de la gobernanza europea).
Parte de la base de que el modelo por el que la UE contaba con energía barata para su industria procedente de Rusia, de un ilimitado mercado de exportación a China, y del paraguas de seguridad militar de EE.UU se ha terminado. Y esto, combinado con la pérdida de competitividad y la falta de dinamismo económico con respecto a EEUU y China, obliga a un replanteamiento profundo del modelo europeo.
La importancia del informe Draghi está en el contenido y en las detalladas propuestas que hace que abarque a un total de 10 sectores económicos (energía, materiales críticos, digitalización y tecnologías avanzadas, industrias intensivas en energía, tecnologías limpias, sector del automóvil, defensa, espacio, sector farmacéutico, y transporte).
En el ámbito de la innovación, indica que en Europa no falta capacidad de innovación, pero el problema es que el 30% de las empresas innovadoras que alcanzan una cifra de negocio superior a los mil millones de euros (conocidas como los unicornios) terminan trasladándose a otros países (principalmente a EEUU) por motivos regulatorios, financieros y de formación.
El segundo desafío consiste en compatibilizar de forma adecuada la descarbonización y la competitividad. El informe plantea que la descarbonización bien realizada puede convertirse en una fuente de competitividad, pero mal planteada (de forma descoordinada y dependiendo en exceso de la tecnología china) puede hundirla.
El informe propone una reforma del mercado eléctrico europeo para trasladar los beneficios de la descarbonización a las facturas de los usuarios, y propone medidas para apoyar la innovación, incluyendo las de apoyo a la política industrial europea.
El informe incluye en su segunda parte medidas específicas para promover la competitividad en sectores determinados, y se ocupa también de la industria de defensa europea, que actualmente presenta una gran falta de capacidad y está muy fragmentada. En esta área parte de la necesidad de que la UE aumente su autonomía estratégica y de seguridad para ser menos susceptible a sufrir coacciones de terceros países.
Financiación y regulación
La cuantificación de las necesidades de inversión anuales adicionales asciende a unos 800.000 millones de euros (casi el 5% del PIB europeo). Aunque se da por buena la cifra, no se ha llevado a cabo un verdadero análisis de la capacidad de presentar proyectos viables por un importe tan alto. Por ello sería bueno ordenar las propuestas con arreglo a las urgencias. En términos generales son sensatas, aunque al incidir en algunas propuestas políticamente complejas, como la utilización de los eurobonos para su financiación, corren el peligro de que no se lleven a cabo.
La UE deberá promover, según el informe, una regulación mucho más sencilla y flexible que suponga una “pausa regulatoria”, ya que según el mismo no se trata de dejar de regular, sino de regular mejor.
Dificultades políticas
La gran duda del informe es cuánto de lo que propone es políticamente factible en estos momentos, ya que Alemania se encuentra en una situación de ralentización económica e incertidumbre política, Francia no está mucho mejor debido a encontrarse sin gobierno y a la persistente amenaza de la llegada de Le Pen al poder. Italia, por su parte, está más interesada en asuntos internos como la inmigración que en desarrollar una verdadera política industrial europea.
La UE, en general, está dividida entre los que quieren apostar por más Europa liderada por Bruselas y los que desconfían del eje Bruselas-París-Berlín y que todavía confían en menos Europa y en que el mayor y mejor garante de la seguridad europea es EEUU, lo cual es discutible tras la victoria de Trump sabiendo lo que piensa sobre este tema
Conclusión
El informe Draghi es una importante reflexión sobre los desafíos de la UE marcado por la urgencia y con un fuerte tinte europeísta.
El problema es que se produce en un momento político europeo particularmente difícil, con pocas ganas de cambiar tratados y promover una mayor integración (muy al contrario, en varios países). El informe es fruto de un importante trabajo de reflexión y un profundo conocimiento técnico, y del funcionamiento de las instituciones europeas, y en él se detalla cómo invertir y regular mejor para que la inversión se traduzca en crecimiento y competitividad.