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Opinión

‘Gladiator 2’, una secuela innecesaria

Ricardo Cardona

Jueves 12 de diciembre de 2024

5 minutos

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Jueves 12 de diciembre de 2024

5 minutos

El reciente estreno de ‘Gladiator 2’, una secuela innecesaria que recicla de forma vaga y superficial los elementos que hicieron grande la primera, refleja una clara crisis creativa en Hollywood. En este último año hemos visto con más frecuencia explotado el fenómeno de los remakes y las secuelas. Estrenos como ‘Bitelchús 2', ‘Cazafantasmas: Imperio Helado’, ‘Joker: Folie à Deux’ o ‘The Crow’, entre otras, han tenido un recibimiento repleto de críticas bastante divididas. Sólo cabe preguntar qué está ocurriendo. ¿Qué le pasa a Hollywood?

El negocio de mirar atrás

La ahora cuestionable práctica de hacer secuelas, precuelas y remakes en Hollywood, ya sea por una cuestión creativa o económica, tiene raíces muy profundas en la historia del cine.

Los remakes, por ejemplo, nacen casi en los orígenes del cine, ya que Hollywood lleva rehaciendo películas desde la época del cine mudo. Los estudios empezaron a actualizar sus obras por razones de innovación tecnológica tras el estreno de la primera película con sonido sincronizado en 1927. El sonido revolucionó Hollywood como ningún otro avance lo había hecho hasta entonces. Se hicieron remakes de un gran número de películas, ahora con sonido, y más adelante a color.

Por otro lado, las secuelas también emergen en las primeras etapas del cine, en un momento en el que los estudios buscaban capitalizar el éxito de la creciente popularidad de algunas películas. Sin embargo, la popularidad de las secuelas y de lo que conocemos hoy en día como franquicias, no llegó hasta los años 70. Éxitos como ‘El padrino’ (1972) de Francis Ford Coppola, ‘Rocky’ (1976) de John G. Avildsen o ‘La guerra de las galaxias’ (1977) de George Lucas impulsaron en la industria un enfoque en franquicias narrativas interconectadas. En el caso de las precuelas, no fue hasta los años 90 y los 2000 cuando el formato ganó popularidad.

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Desde entonces, las secuelas, precuelas y los remakes se han convertido en una clara estrategia enfocada a reducir riesgos financieros y atraer audiencias ya consolidadas. Lo que en los 80 era una excepción a la regla, hoy en día conforma la normalidad.

Tenemos que hablar de Hollywood

¿Es el abuso de estos formatos el verdadero problema de la situación actual de Hollywood? ¿Qué falta en ‘Gladiador 2’ que sí estuvo presente en secuelas icónicas como ‘Terminator 2’ (1991) o ‘El padrino II’ (1974)?

Podríamos decir que el verdadero problema de la situación actual de Hollywood no reside en el abuso de estos formatos, sino en su mal uso. Una buena obra debe contar algo. Cuando las empresas que dominan el mercado cinematográfico buscan únicamente un rápido beneficio a bajo riesgo, recurren a reutilizar narrativas o a desenterrar franquicias ya consolidadas. Hollywood ha encontrado la fórmula perfecta para explotar la nostalgia de la gente. Ofrece obras con narrativas intrascendentes, pero suficientemente buenas para los espectadores que buscan reconectar con emociones pasadas, sin importar que las nuevas historias sean débiles o repetitivas.

A pesar de que muchos de los remakes y secuelas que existen hoy en día son vagos reciclajes de historias que ya hemos visto, este formato puede brindar la oportunidad de profundizar en el universo narrativo establecido por una película. Secuelas como ‘Terminator 2’ o ‘El padrino II' tienen algo que contar, los guionistas expandieron el universo de sus obras antecesoras de una manera interesante y original. Hay que contrastar esto con la mayoría de producciones actuales, que buscan complacer al público sin un verdadero esfuerzo creativo detrás. Ahora las películas sólo evocan, no innovan. No cuentan nada.

Apuestas seguras

Si bien ésta es una práctica que ahoga la creatividad, al menos este modelo de negocio mantiene Hollywood a flote. Según los datos de taquilla recopilados por Box Office, de las 100 películas más exitosas del año, apenas 20 son producciones originales. Incluso de las 10 películas más taquilleras de 2024 ninguna es original, todas pertenecen a franquicias ya establecidas.

La creciente tendencia de este formato ha ganado popularidad de forma exponencial en los últimos 40 años. Si comparamos los datos, de las 100 películas más taquilleras de 1984, 62 son obras originales. Más de la mitad del total. Estos datos reflejan que el éxito de estos formatos se ha duplicado desde entonces.

Hollywood es una industria dominada por el miedo al riesgo. Hacer una película es cada vez más caro, lo que lleva a la industria a apostar por productos más seguros. En lugar de invertir en ideas nuevas y apostar por la creatividad, prefieren capitalizar el éxito de franquicias conocidas ya que garantizan ventas mínimas gracias a unas audiencias previamente consolidadas. Es una apuesta segura.

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El que no arriesga, no gana

Este modelo de negocio ha transformado completamente la manera en la que se cuentan historias en Hollywood, debido a la priorización de la rentabilidad sobre la calidad y la originalidad. Tras el reciente anuncio de las adaptaciones live action de ‘Lilo & Stitch’, ‘Moana’ y ‘Cómo entrenar a tu dragón’, 2025 será el primer año en el que veremos remakes de películas estrenadas este milenio. ¿Hasta cuándo seguirá la industria dominada por estos formatos? ¿Cuándo agotaremos los referentes icónicos de nuestra cultura popular?

Es la apuesta por la originalidad lo que nos brindó la oportunidad de disfrutar de obras inolvidables como ‘¡Olvídate de mí!’ (2004), ‘Pequeña Miss Sunshine’ (2006), ‘Whiplash’ (2014), ‘Parásitos’ (2019) o más recientemente ‘Todo a la vez en todas partes’ (2022). Sin embargo, el miedo al riesgo parece estar desplazando las propuestas originales hacia los márgenes de la industria. ¿Qué ocurrirá si Hollywood deja de apostar por estas obras? ¿Qué ocurrirá cuando proyectos de obras originales sean sistemáticamente rechazados y sustituidos por producciones seguras pero repetitivas? El mal uso y abuso de estos formatos podría estar costándole al público obras maestras que nunca verán la luz.

Esta fórmula puede resultar financieramente prudente a corto plazo, pero a largo plazo podría provocar un empobrecimiento creativo, que afectaría tanto al público como a la industria. Es el momento de brindar más oportunidades a las ideas originales, de arriesgar y de permitir que se cuenten historias que definan nuestra generación.

Sobre el autor:

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Ricardo Cardona

Ricardo Cardona es un colaborador especializado en cine. Formado en Cinematografía y Artes Audiovisuales por la TAI, es un profesional en comunicación con experiencia en narrativa audiovisual, guion y dirección de proyectos audiovisuales. Colaborador en medios como 65YMÁS y Lockout Media, aportando contenido cultural y social.

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