Me sentó muy mal. Mi amiga Pilar me comunicó que su perro se llama Blas. Le puso el nombre antes de conocernos. ¡Qué manía tienen los dueños de mascotas de ponerles nombres de personas! Me entero ahora, que una vecina mía, que vive en la escalera izquierda, llama a su perra Carlota, que es el nombre de mi nieta mayor. Doble cabreo el que tengo con mi amiga y vecina. A estos dos perros, no los quiero ni ver.
En España, según los datos de ANFAAC, en el año 2021, había más de 29 millones de mascotas. En más del 40% de los hogares hay un animal doméstico, cifra que ha crecido considerablemente en los últimos 10 años pero que todavía es menor que en los países de la UE de nuestro entorno. Curiosa la estadística de mascotas: vivimos con más de 9 millones de perros, gatos cerca de seis millones, de peces se superan los 7 millones, pájaros, reptiles y pequeños mamíferos, hasta completar su estimación.
En el barrio donde vivo, en Madrid, se ven numerosos perros. Lo noto por las meadas y las cacas en las aceras, así como en las pequeñas zonas ajardinadas. Es conmovedor ver cómo algunos recogen las cacas, pero parece imposible las grandes meadas que se ven por todos los sitios. Proliferan en mi zona gran variedad de negocios para ellos: clínicas veterinarias, tiendas de comida especializadas y de objetos diversos, peluquerías… Un gran negocio en expansión.
Es difícil comentar aspectos negativos sobre los perros y demás mascotas - mejor de sus propietarios -. ¡Dios me libre de meternos con ellos! Mejor decir todos los beneficios que tiene para todas las personas que viven en los países avanzados.
Suelo observar, que numerosos dueños de estos perros, mantienen conversaciones con ellos, más allá de decirlos pequeñas frases “¿Que te estas comiendo?” “Aquí no se hace caca.” “Deja de ladrar.” “¿Cuántos años tiene tú perro?” Así como otras, las conversaciones largas, que tratan temas diversos: “Hoy estas inquieto, tendrás frío” “Vamos a ir al parque a que juegues” “Tenemos que ir a la clínica a que te ponga la vacuna”, etc.
Veamos algunos de estos beneficios según los expertos:
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Puede contribuir a mejorar la calidad de vida, sobre todo en lo que se refiere al bienestar mental y al bienestar social.
- Puede ayudar a evitar el aislamiento social facilitando las relaciones.
- Nos hace sentir que estamos más acompañados.
- Alivia la sensación de la soledad.
- Tenemos una nueva ocupación.
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Ahora que casi todo el mundo habla de la soledad y la soledad no deseada ¿es verdad que se utilizan las mascotas, y mucho más los perros, para combatirla? ¿Cómo se combate y a quienes se preocupan? ¿Está de moda este asunto? ¿Tienen las administraciones públicas que dedicarse a estos temas? ¿Cuántos estudios, publicaciones, y reuniones se dedican a estos temas? La soledad ha existido siempre. La soledad de los mayores y sus asociaciones ¿Qué hacemos?
Aunque CEATE no tiene como objetivo la soledad, creemos que la combatimos con las acciones que se realizan en nuestras Aulas de Senior de Cultura y con el Programa de Voluntariado de Mayores de Museos. La cultura, una ayuda para combatir la soledad.
Dice el profesor Guillermo Fouce: “La soledad es algo que atraviesa nuestra forma de ver el mundo y de actuar. Tendemos a sentirnos solos: nos relacionamos con mucha gente, pero poca nos hace sentir bien”.
Por cierto, mi otra nieta, Alejandra tiene una coneja con el nombre de Vans.