"Han enviado al hospital a una compañera de mi residencia sin coronavirus. ¡Qué gestión!"

"Me van a hacer otro test, aún no me puedo ir al hotel"

"Todo preparado para irme al hotel. Gracias, Kike Sarasola"

"Dejo mi residencia de mayores, me voy a un hotel"

"Un mes después, ya tenemos mascarillas"

Este fin de semana he hablado con el coordinador del hotel, que me ha atendido muy cordialmente y me ha dicho que ellos no exigen un determinado test en concreto. El único requisito para acceder es un certificado de la Comunidad de Madrid que acredite que soy negativa al COVID-19. Así que aquí estoy, esperando a que me certifiquen que no tengo el virus, para que me trasladen ellos o la UME.

He de recordar que el doctor no me informó adecuadamente de que tenía que hacerme varios test y de que la prueba de sangre sólo acredita que seas negativo en un sesenta por ciento, me lo ha ido diciendo sobre la marcha. Así que sigo siendo un "falso negativo".

Y la ineptitud del médico no queda ahí. El otro día, mandó a una compañera al hospital como un positivo y, cuando le hicieron las pruebas, le llamaron del Hospital Doce de Octubre y le abroncaron porque, al final, no tenía coronavirus. ¿Qué criterio ha seguido usted para haber derivado a la residente?, le preguntaron. Por eso voy siempre a mi doctora del ambulatorio, no me fío.

Volviendo al test PCR (el que sirve de verdad). Finalmente, me lo han hecho y he de reconocer que tenía temor antes de realizarlo, porque el psicólogo me dijo que sería incómodo y que, incluso, podía ser doloroso. Pues bueno, ni una cosa ni la otra, no duele ni molesta.

Ahora, con la maleta hecha, espero el resultado. Quiero salir de aquí.