¿Hay que repensar el actual modelo económico dominante?
Juan Manuel Sánchez Quinzá-TorrojaMiércoles 20 de noviembre de 2024
7 minutos
Miércoles 20 de noviembre de 2024
7 minutos
Desde los años ochenta del siglo pasado, el mundo está dominado por el modelo económico neoliberal. El sistema económico lleva tiempo paralizado y no ofrece respuestas a los grandes retos económicos, sociales y medioambientales y algunas de sus políticas han tenido importantes efectos adversos sobre la economía.
Economistas actuales de referencia como Joseph Stiglitz, Paul Krugman, Dani Rodrik, Mariana Mazzucato, Branco Milanovic, Thomas Piketty, Naomi Oreskes, o Gabriel Zucman, entre otros, vienen poniendo de manifiesto el agotamiento del modelo económico neoliberal y la necesidad de reformarlo para reparar los daños causados en la mala gestión de la globalización, la desregulación, y el fundamentalismo de los mercados.
El keynesianismo antecedente del modelo económico actual
El antecedente del neoliberalismo fue el keynesianismo, teoría desarrollada por John Maynard Keynes y que triunfó durante gran parte del siglo XX con su defensa de la intervención del Estado en la economía para mantener el equilibrio y revertir los ciclos recesivos de la economía. Este modelo defendía que el mercado no se autorregulaba por lo que los gobiernos debían minimizar las fluctuaciones económicas mediante políticas anticíclicas ahorrando en momentos de crecimiento y gastando en periodos de recesión, buscando reducir el impacto de cada ciclo económico en el paro y la inflación.
Estos preceptos ayudaron a Estados Unidos a recuperarse de la Gran Depresión (el crack bursátil de 1929) con las medidas lanzadas por el presidente Franklin D. Roosevelt y que se denominó la New Deal. El modelo keynesiano también se utilizó en Europa tras la II Guerra Mundial y predominó hasta la crisis del petróleo de 1973, alcanzado las economías desarrolladas durante el periodo 1945-1975, denominado los Treinta Gloriosos, las mayores cotas de crecimiento, igualdad, y desarrollo del Estado del Bienestar, produciéndose durante este periodo el mayor crecimiento de las clases medias, y alcanzándose una estabilidad económica y social sin precedente.
Los altos costes de la energía derivados de las crisis del petróleo de 1973 y 1979 provocaron un aumento importante de la inflación y el paro (estanflación), escenario para el que la política keynesiana no tenía respuesta, como sugería la Curva de Phillips (es una curva descendente que muestra la relación inversa entre la inflación y el desempleo, es decir, a mayor inflación menor desempleo y a la inversa).
El keynesianismo quedó desplazado por el neoliberalismo de la Escuela de Chicago, liderada por el economista Milton Friedman, que abogaba por reducir la intervención del Estado en la economía.
El modelo económico actual: el neoliberalismo
El neoliberalismo vigente actualmente propone dejar en manos de los particulares y empresas privadas el mayor número de actividades económicas posibles. Igualmente propone una limitación al papel del Estado en la economía (reducir su tamaño al mínimo), la eliminación de restricciones y regulaciones del mercado, así como una apertura de fronteras para mercancías, capitales, y flujos financieros.
Los principales paradigmas neoliberales son:
- Utilización de la política monetaria como instrumento para crear demanda agregada.
- Abandono de la política fiscal para regular la economía, bajando los impuestos directos cuya caída se compensa con un aumento de la actividad económica, aumentando así el dinamismo de la economía.
- Reducción de los gastos del Estado como única forma de aumentar la demanda agregada.
- Teoría de la filtración o del goteo, que dice que si a los ricos les va bien, el bienestar económico llegará a los pobres.
- Desregulación de la economía tanto a nivel de funcionamiento de los mercados, como financiera, o de las relaciones laborales.
- Privatización de las empresas públicas, ya que considera que los agentes privados son más eficientes y productivos en la generación de riqueza.
Tanto Margaret Thatcher en Gran Bretaña (1979-90), como Ronald Reagan en EE. UU. (1981-1989) pusieron en práctica estas políticas con resultados desiguales. En el Reino Unido se realizó una fuerte reducción en el tamaño del sector público que tuvo importantes consecuencias negativas en el terreno social, aunque reactivó la economía y dio dinamismo al sector productivo. En EE. UU. similares medidas chocaron con el aparato político y la vocación militarista de la administración Reagan por lo que solo se logró alcanzar un enorme déficit público contrario al que pregonaba el Neoliberalismo.
El neoliberalismo ha alcanzado grandes logros como la incorporación de muchos países emergentes a las cadenas globales de suministros, un aumento de sus niveles de renta, y una reducción de la pobreza.
Sin embargo, el modelo neoliberal sobreestimó la capacidad de los mercados para autorregularse y ser eficientes, y la reducción del papel del Estado en la economía ha llevado a crear graves agujeros desde el sistema público de salud a los cuellos de botella en los suministros.
Los grandes errores del modelo neoliberal
Los principales errores que ha cometido el neoliberalismo han sido los siguientes:
- La desregulación económica no funciona: Los mercados desempeñan un papel inestimable en cualquier economía que funcione bien, pero no generan resultados justos y eficientes ya que producen demasiado de algunas cosas (por ejemplo, contaminación) y demasiado poco de otras (por ejemplo, investigación básica), y como demostró la Gran Recesión de 2008, no son por sí mismo estables, ni se autorregulan (no funciona la mano invisible del mercado). Para lograr un mejor funcionamiento de la economía y la sociedad el Estado debe intervenir estableciendo regulaciones que eviten perjuicios a los agentes económicos. El Capitalismo siempre ha supuesto una mezcla de mercados privados y sector público. La pregunta no es si optar por uno u otro, sino combinar los dos de la manera más eficiente.
- El grave aumento de la desigualdad: Debemos abandonar la teoría errónea del neoliberalismo según la cual todo el mundo se beneficia del crecimiento económico. Los datos son claros y dicen que los beneficios del crecimiento no gotean de los de arriba hacia los de abajo, por lo que los programas de los Estados son los que tienen que corregir la inequidad mediante la política fiscal (vía ingresos y vía gastos).
- El surgimiento y afianzamiento del trabajador precario: La desregulación de las relaciones laborales ha reconvertido a una parte de los trabajadores en precarios que es una nueva clase social emergente, formada por personas privadas de muchos derechos sociales, obligadas a aceptar trabajos inestables, con sueldos insuficientes para llevar una vida digna (nuevos trabajadores pobres).
- La erosión de las clases medias: el motor de cualquier sociedad se halla en manos de la clase media, y es la que más ha sufrido el embate de las crisis económicas desde 2008 convirtiéndose en el sector de la sociedad más vulnerable, y habiendo menguado de forma alarmante, convirtiéndose en la amenaza más importante para nuestro escenario social y político.
- El ascensor social se ha parado y la meritocracia no funciona: La educación es el principal ascensor social. Romper la correlación entre la clase social de los padres y los hijos es prioritario si se pretende un avance social en la igualdad de oportunidades con independencia de su procedencia económica.
- El abandono de la política fiscal como herramienta de política económica: La bajada generalizada de los impuestos directos ha llevado a una falta de recursos de los Estados y a un aumento de emisiones de deuda pública para financiarse, poniéndose en manos de los mercados. Tanto la OCDE, como el FMI, o el grupo G-20 vienen instando para poner un impuesto mínimo global del 15% a las grandes corporaciones multinacionales, y que la tributación a la riqueza vuelva a estar en el centro del debate político. La política fiscal justa y suficiente debe de volver a ser utilizada como una herramienta de política económica básica y central por parte del Estado como fuente de ingresos para cubrir las necesidades del Estado del Bienestar.
- El fracaso y la inhibición ante la crisis climática: Durante el funcionamiento del neoliberalismo se ha tenido conocimiento científico irrefutable de que el cambio climático va a afectar de forma grave a las próximas generaciones y su forma de abordarlo es negarlo, inhibirse, y retrasar la toma de decisiones para frenarlo en contra de lo que ya proponía el informe Stern realizado para el Parlamento Británico en 2006 de abordar con medidas efectivas el cambio climático, ya que de no hacerlo el coste en el PIB de los Estados sería enorme.
Conclusión
La situación actual demuestra una crisis profunda del neoliberalismo. Ha habido fallos profundos en las teorías que lo sustentan que conformaban el consenso académico y las recetas que aún aplican los organismos internacionales como la OCDE, el FMI, la OMC, o el Banco Mundial. Por eso es necesario una nueva base teórica que nos haga repensar este modelo económico que tuvo efectos positivos pero que actualmente se está convirtiendo más en un problema y un lastre, que en una solución con repercusiones no solo en la economía (con graves fallos en su funcionamiento), sino también en la política (con el aumento de los populismos y los regímenes autocráticos ante la falta de soluciones de la política tradicional) y la sociedad (la pérdida de derechos sociales).