Voy a empezar haciendo un spoiler: los mayores no quieren vivir en residencias, quieren seguir en sus hogares el mayor tiempo posible.
Pilar Rodríguez (@PilaraRo321), presidenta de la Fundación Pilares (@FPilares), acaba de lanzar el libro Las residencias que queremos. La obra fue presentada este jueves en el Ateneo de Madrid, en un evento que contó con la participación de Luis Alberto Barriga, director general del Imserso (@Imserso); José Augusto Navarro (@jagarcian), presidente de la SEGG (@seggeriatria); Manuel Rico (@manuelrico), director de investigación de InfoLibre (@_infoLibre); y la que firma estas líneas.
En España hay más de 9 millones de personas mayores de 65 años, el 19,6%, y de ellas: 2,9 millones tienen 80 años o más. Y las últimas proyecciones demográficas elaboradas por el INE estiman que la población mayor de 65 años pasará a representar el 31% del total en el año 2050. Durante ese periodo de tiempo, el porcentaje de personas mayores de 80 años o más se doblará, pasando del 6% actual al 13%.
Un reto demográfico sin precedentes, en el que las administraciones públicas deberían estar ya trabajando para dar respuesta a las necesidades y problemas que se avecinan. Hablamos de que a partir de los 80 años es cuando más probabilidades hay de desarrollar enfermedades y trastornos que se cronifican y producen situaciones de dependencia por las que se precisan cuidados y apoyos de larga duración. También hablamos de combatir la soledad: porque también a partir de los 80 encontramos concentrado el mayor porcentaje de personas que viven solas, y la soledad supone por sí misma un riesgo para la salud y el bienestar emocional. Pero, además se encuentra la necesidad de analizar el fenómeno de la longevidad y el ámbito de los cuidados desde la perspectiva de género: porque el 64% de los mayores de 80 años son mujeres, el 72% viven solas, tienen escasos ingresos, menores niveles educativos y peor situación de salud.
Y es que, el libro de Pilar Rodríguez habla de las residencias, pero va más allá, ya que abre un interesantísimo debate para reflexionar sobre la sociedad que queremos: una sociedad que respete a los mayores, mejore su calidad de vida y los tenga en cuenta a la hora de tomar decisiones que les afecten.
189 páginas en las que Pilar Rodríguez logra una mezcla perfecta entre divulgación y crónica, que contribuyen a entender la situación actual de las residencias y la necesidad de avanzar en un nuevo modelo. Un relato detallado, que se devora y que muestra que lo acontecido en el Covid, en realidad lo que hizo fue sacar a la luz las deficiencias del modelo residencial actual y la necesidad urgente de tomar cartas en el asunto y acometer una transformación profunda. En definitiva, reflexionar sobre lo que queremos para los más mayores de nuestras familias, lo que es mejor para ellos y, también, lo que queremos para nosotros en el futuro.
Porque, como bien indica Pilar Rodríguez en su obra, la clave es la persona, centrar todos los esfuerzos y decisiones en su bienestar.
¿Y qué quieren los mayores? ¿Qué reclaman? Lo que todos, envejecer en casa. Los mayores, siempre que son preguntados, responden de manera contundente que su deseo es continuar en sus hogares y en su entorno habitual el mayor tiempo posible, de hecho lo ideal sería, para ellos, toda la vida.
Unos cambios que no se basan en utopías, sino en realidades que ya están en marcha. En marcha en otros países, que nos llevan ya tiempo de ventaja, como es el caso sueco o danés, países en los que está totalmente generalizado y extendido el modelo de viviendas con servicios 24 horas diarias, 7 días a la semana para personas que necesitan apoyo por su situación de dependencia.
Y qué residencias queremos. Lo define a la perfección Pilar Rodríguez en su obra:
-La que asegure una existencia plena de sentido para la última fase de la vida, aunque se esté en situación de dependencia.
-Nuevos modelos de alojamiento que se basen en principios éticos, dejando atrás los desfasados planteamientos institucionales.
-Poner los recursos para poder seguir en el hogar y si no es posible, apostar un nuevo tipo de vivienda mucho más centrada en la persona con el objetivo de asegurar cuidados sanitarios de calidad y, al mismo tiempo, apoyos profesionales que promuevan una mayor independencia y autonomía para salvaguardar la identidad individual y los proyectos de vida de los mayores.
Yo diría, además, que el libro de Pilar Rodríguez es reivindicativo, ya que de sus páginas se extrae una petición a empresas y administraciones públicas para que no pierdan más el tiempo y revolucionen el modelo residencial español, acometiendo reformas desde sus pilares.