Desconfía de quien no apueste por la calidad (2/11)
Jesús CuberoMartes 4 de agosto de 2020
ACTUALIZADO : Jueves 6 de agosto de 2020 a las 10:32 H
3 minutos
Martes 4 de agosto de 2020
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“Calidad significa hacer lo correcto cuando nadie está mirando”. Con esta frase definía el magnate Henry Ford la ejecución de procesos en sus fábricas.
Y con un concepto similar define la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología el término “calidad”, matizando dicho concepto en función de si estamos hablando de calidad de vida, calidad asistencial o incluso calidad de muerte; porque hasta nuestro fallecimiento debe llevarse a cabo con la calidad necesaria.
Presentábamos hace unos días un documento al Secretario de Estado de Derechos Sociales, Ignacio Álvarez, en el que los sindicatos y algunas patronales apostábamos de forma decidida por la calidad en la atención a las personas mayores. Y debemos hacer un esfuerzo todas las partes para salir de nuestra zona de confort, y adaptar nuestros centros y servicios a las necesidades reales que tienen hoy en día las personas mayores. Nos quejamos (y con razón) de una Ley de Atención a la Dependencia que tiene ya 14 años y que en cierto modo ha quedado obsoleta, pero nada nos impide a las empresas de servicios entrar en un continuo proceso de adaptación para satisfacer las necesidades de los mayores.
La esperanza media de vida en España es de 83 años, mientras que la edad media de las personas mayores que viven en los centros residenciales de AESTE se sitúa en los 84 años, siendo el estándar el de una persona que además de su avanzada edad, cuenta con varios diagnósticos clínicos que cursan al mismo tiempo, toma 5 o más fármacos y que se encuentra en una avanzada situación de dependencia. Resumiendo: si queremos adaptar nuestros servicios a las necesidades reales de los mayores hoy en día, debemos avanzar por dos caminos:
- Potenciar los servicios de proximidad que desarrollan la autonomía personal de los mayores: centros de día/noche, teleasistencia, ayuda a domicilio, comidas en los hogares, etc.
- Incorporar un mayor componente de atención sanitaria en los centros residenciales cuyas: instalaciones y plantilla profesional que así lo permitan.
Los mayores necesitan más cuidados sanitarios en nuestros centros, y para ello el Estado y las Comunidades Autónomas deben diseñar un sistema de acreditación por niveles que permita distinguir entre distintos tipos de residencias, ofreciendo un servicio con mayor componente profesional y sanitario a las personas mayores que lo requieran, y dejando las menos profesionalizadas para aquellos mayores que tan sólo requieren una atención social.
No se me ocurre pensar en ningún centro acreditado para atender a personas mayores que esté en contra de que se establezcan unos estándares de calidad, que se auditen dichos estándares y que se certifiquen los procesos realizados. Al menos desde las empresas asociadas en AESTE hemos marcado este rumbo como una seña de identidad: ofrezcamos a los mayores el servicio que realmente necesitan, y hagámoslo con una calidad acreditada y auditada al más alto nivel. Es un mensaje que ha calado en el Gobierno y en todas y cada una de las Comunidades Autónomas con las que nos hemos reunido en los últimos meses. En esto consiste realmente la famosa atención centrada en la persona, en la calidad.
En base a ese concepto de calidad con el que comenzaba este artículo, Henry Ford logró cumplir su sueño de producir un automóvil de precio razonable, fiable y eficaz con su modelo T de 1908. Ahora nos toca a nosotros poder diseñar una atención para los mayores que tenga un precio razonable, que sea fiable y que sea eficaz, proveyendo los servicios sanitarios complementarios que necesitan hoy en día las personas mayores. Y recuerden... en cualquier ámbito de la vida, desconfíen de aquellos que no apuestan por la calidad.
Jesús Cubero (@JCuberoHerr), Secretario General de AESTE (@AESTE_oficial).