El sistema público de pensiones en España es uno de los pilares fundamentales que constituyen el Estado de bienestar, dado que asegura ingresos a las personas en caso de necesidad y concentra la mayor parte del presupuesto estatal dedicado a la protección social.
El sistema de Seguridad Social se financia de manera mixta, con aportaciones desde los Presupuestos Generales del Estado, pero fundamentalmente a través de las contribuciones de trabajadores/as y empresarios. Es decir, su financiación es eminentemente contributiva, que recauda de cotizaciones de trabajadores y trabajadoras, estableciendo un sistema de reparto solidario, por el que las contribuciones presentes de trabajadores en activo financian las prestaciones actuales de personas jubiladas y paradas de todo el territorio español que hayan generado el derecho.
Pese a su amplia cobertura, este modelo no deja de ser desigual, dado que refleja las desigualdades previas en el mercado de trabajo, para corregirlo es necesario un desarrollo de medidas que impliquen a las empresas. Pues la desigualdad laboral a lo largo de la vida se plasma claramente en la brecha existente en las pensiones, y tanto el tipo de pensión como sus cuantías colocan a las mujeres mayores en una posición visiblemente peor que la de los hombres mayores. Antes de la crisis, ya se podía observar que las condiciones laborales que generaban derecho a las futuras pensiones seguían manteniendo la desigualdad. Las políticas para abordar las consecuencias que la crisis económica y de cuidados tienen y tendrán en las condiciones de trabajo, renta y vida de las mujeres, desempeñan un papel protagonista para evitar que la brecha existente se afiance, crezca y se perpetúe a lo largo de su vida.
Negociación y acuerdo, la vía para la reforma
La mejor solución para corregir estas desigualdades es la negociación y el acuerdo, el mejor ejemplo es que en España se acordaron diversas reformas de pensiones que oscilaban en una constante tensión entre asegurar la suficiencia de las prestaciones y la sostenibilidad del sistema. La mayor parte de las reformas que ha vivido el sistema fueron resultado del acuerdo en el marco del diálogo social, a excepción de las de 1985 y 2013. Con la reforma sin acuerdo de 2013 se implantan el Factor de Sostenibilidad y el Índice de Revalorización de las Pensiones. El Factor de Sostenibilidad tiene como objetivo ajustar la pensión de jubilación a la esperanza de vida para así contener el gasto de las pensiones reduciendo la cuantía media de las mismas. El Índice de Revalorización de las Pensiones rompe con el mecanismo que vinculaba la revalorización con la evolución de los precios para así evitar el incremento de las cuantías.
Desde la Federación Estatal de Pensionistas de CCOO trabajamos estos últimos años para conseguir un acuerdo en el Pacto de Toledo (lo cual hoy es una realidad) y que los pensionistas no perdiéramos poder adquisitivo. Pero no está todo conseguido ni mucho menos; ahora hay que trabajar mucho en el Dialogo Social, pues hay poderes económicos que presionarán para que se recorten las pensiones, meten miedo y ese miedo está solamente generado por intereses para que los trabajadores/as se apunten a fondos de pensiones privados. Nosotros no lo consentiremos y lo combatiremos. Muy importante es que, reforzando el sistema público de pensiones, los trabajadores/as jóvenes que hoy los están torpedeando con que el sistema de pensiones no tiene futuro y no es así, pues si tienen un salario digno tendrán garantía de que al llegar a la edad de jubilación cobrarán una pensión. ¡Y una pensión digna!
Esperemos que las ayudas europeas por el COVID-19 no impongan a España condiciones en materia de pensiones, pues los 140.000 millones de euros en ayudas que ha aprobado la UE, no tienen condicionalidad vinculada a reformas de pensiones. Por tanto, jurídicamente no tiene por qué existir esa condicionalidad, y políticamente, lo que demandamos al Gobierno español es que no asuma una condicionalidad de esas características porque entendemos que no es necesario.
Movilización de pensionistas
Por todas estas circunstancias, el que estén en la gestión de la Seguridad Social los sindicatos de clase, será la mejor garantía de futuro. Por ello nos movilizamos con las marchas de los pensionistas a Madrid, las concentraciones en el Congreso de los Diputados, en las oficinas de la Seguridad Social, en las delegaciones del Gobierno, rodeando el Banco de España, recogiendo firmas y entregándoselas a los partidos políticos para explicarles nuestras propuestas, muchas de ellas, por cierto, recogidas en el acuerdo del Pacto de Toledo.
Las propuestas que tenemos demuestran que es necesario abordar las desigualdades a lo largo de todas las etapas de la vida. Las políticas públicas deben garantizar el ejercicio efectivo de los derechos a la vez que promover la redistribución de la riqueza. Existe margen para conseguir un sistema fiscal más justo, en el que haya un reparto más equilibrado de los esfuerzos. Sin ello, las desigualdades económicas y sociales experimentadas a lo largo de la vida se trasladan a la vejez, como hemos explicado, con las brechas de género en el trabajo, cuidado y pensiones.
Queremos dejar claro que, si el Dialogo Social no avanza, seguiremos explicando nuestras propuestas y convocaremos movilizaciones hasta conseguirlo.
SOBRE EL AUTOR
Julián Gutiérrez del Pozo, secretario general de la Federación Estatal de Pensionistas y Jubilados de CCOO (@pensCCOO) y miembro de Comité Asesor de 65Ymás, milita en el sindicato desde 1975, "hace ya más de 40 años", y viene del sector de la industria del automóvil, "de la antigua Barreiros, después Chrysler, Talbot y Peugot, hoy Citroën". Cuando le llegó la hora de la jubilación sintió "que podía colaborar para intentar solucionar los muchos problemas que tienen las personas mayores" dentro de la Federación de Pensionistas y Jubilados porque, asegura, “al jubilarse se acaba la vida laboral, pero empieza otra vida en la que se puede seguir luchando por los derechos de los mayores y también ayudando a los activos dentro de los sindicatos, porque lo que no puede ser es que te jubiles, te vayas a tu casa y dejes de luchar por una sociedad más justa y más igualitaria, no sólo para nosotros sino también para nuestros hijos y nuestros nietos”.