Nací en Real del Monte, Hidalgo, México. De niña me gustaba correr, cantar, caminar entre los árboles y acompañar a mi mamá a lavar al río. Soy la tercera de 12 hermanos y tuve que trabajar desde los 8 años.
Me uní a un hombre que durante mucho tiempo me golpeó y me humilló cuanto quiso. Yo sentía que cada día caía más profundo, a un pozo sin salida… hasta que falleció.
Hoy, deslizando la pluma sobre esta hoja siento que soy como la Matahari, que con cada velo que se despojaba en su danza soltaba sus miedos.
En las líneas que escribo voy soltando las cadenas que me tenían prisionera.
Renací escribiendo porque así me siento dueña de mi persona.
La vida ha sido dura conmigo, pero yo soy lo que he conquistado, porque sigo adelante sin voltear al pasado, o al menos para enterder que fue parte de mi evolución.