Los últimos avances en IA (Inteligencia Artificial), como por ejemplo el ChatGTP de OpenAI, auguran un nuevo rol al trabajo humano centrado en la economía del cuidado, la nueva artesanía que aúna tecnología y personalización en la producción de bienes y cultura, además de la demanda de trabajadores centrados en la IA, así como en la economía de datos y la economía verde y circular.
La era de la longevidad en la que estamos inmersos también está transformando la producción de nuevos productos y servicios y el marketing centrándose más en el “mantenimiento” y el “cuidado” para que esta longevidad sea de calidad. En el caso de la Silver Economy, se refleja que las sociedades maduras y longevas tienen necesidades diferentes de las sociedades centradas en la juventud.
Una fuerza laboral mayoritariamente madura, es decir, los mayores de 45 años, requieren de un esfuerzo grande en su transformación laboral, reskilling, ya que muchos de los oficios y profesiones sobre los que nuestra sociedad posee experiencia, están en vías de extinción o en plena transformación.
En definitiva, el siglo XXI es fundamentalmente, en cuanto al mercado laboral y en general, el siglo del aprendizaje permanente, la flexibilidad y la rápida adaptación al cambio constante. En cuanto la AI se ocupe de la gestión de la información, –que está muy próxima en buscadores como Google o Bing–, el ser humano se ocupará de las relaciones y el cuidado de sus semejantes.