Rememorar todos los logros conseguidos por la clase trabajadora desde el final del franquismo o incluso durante el franquismo, no debemos olvidar las conquistas logradas en esta época de nuestra negra historia y el trabajo desarrollado dentro de los sindicatos verticales, hasta nuestros días, es hacer un acto de fe, más que escribir un artículo.
Ahora bien, yo diría que los logros podemos condensarlos en torno a dos ejes que sin duda han sido capitales en las reivindicaciones, movilizaciones y huelgas generales de la clase obrera.
Eje político
En principio un eje político, del que sobresalen dos elementos clave, la negociación de los Pactos de la Moncloa, estaban formados por dos documentos que finalmente fueron firmados por los Sindicatos mayoritarios, estos documentos eran el Acuerdo sobre el programa de saneamiento y reforma de la economía y el Acuerdo sobre el programa de actuación jurídica y política, ambos documentos tenían como objetivo por un lado estabilizar el proceso de transición política hacia la democracia, y por otro adoptar una serie de medidas de política económica que contuviera la gran inflación que en aquel momento alcanzaba el 26,39 %.
El segundo elemento es el refrendo de la Constitución de 1978, sin duda una carta magna progresista, más de una vez hemos comentado que nos conformamos con su aplicación para acabar con muchos de los problemas de nuestra nación: lucha contra la pobreza, desigualdad, desempleo, problemas de vivienda, educación… Todo ello queda amparado en nuestra legislación. Debemos recordar que dos sindicalistas estaban en el Congreso como Diputados electos en el momento de su aprobación, M. Camacho y N. Redondo.
No debemos olvidar en este eje político la posición sindical que se mantuvo contraria a la entrada de España en la OTAN, o nuestra posición contraria a la firma de los presupuestos generales del estado cuando estos han estado marcados por políticas liberales que obviaban los derechos de los trabajadores y el gasto social necesario para mejorar su calidad de vida.
Los retos en este primer eje político serían fundamentalmente tres:
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Derogar el artículo 135 de la Constitución, sobre el techo de gasto, elemento que limita el desarrollo de políticas sociales y por tanto acrecienta las desigualdades y la pobreza en la clase trabajadora.
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Blindar jurídicamente las pensiones, tanto en el ámbito de su revalorización, indexándola al IPC, como el que puedan ser complementadas las cotizaciones sociales por medio de los Presupuestos Generales del Estado.
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Un acuerdo nacional qué de visibilidad a las personas mayores, por nuestras necesidades de superar nuestros problemas, que nos permita tener voz y ser un actor más en la agenda política del país y sus diferentes acuerdos marco, como pueden ser el Pacto de Toledo o el Consejo Económico y Social.
Eje sindical y social
El segundo eje sería el sindical y social, como conquista, por el protagonismo sindical que tuvo, sin duda debemos referirnos a la negociación y posterior aprobación del Estatuto de los Trabajadores. Y dentro del mismo la consagración de las libertades sindicales y los derechos de los trabajadores, la legalización de la Huelga General como elemento de presión y reivindicación obrera y la negociación colectiva como fórmula de participación en la gestión de la empresa y las mejoras de las condiciones de trabajo.
La reducción de la jornada laboral, la lucha contra la brecha salarial, los convenios colectivos, la seguridad laboral, la lucha contra el despido libre… Son elementos fundamentales en cuanto a conquistas sindicales obtenidas en este periodo.
Otro hito fue sin duda el ser capaces de aglutinar a todas las fuerzas políticas y sindicales en defensa del sistema público de pensiones, en torno al Pacto de Toledo, inicialmente un instrumento cuya obligación era preservar el sistema dotándolo de elementos innovadores que lo mantuvieran vivo en el tiempo y garantizase la existencia del sistema público, hoy este Pacto se ha ido pervirtiendo, deteriorándose, hasta convertirlo en un instrumento capaz de firmar el acta de defunción del sistema público.
La lucha de años contra la pobreza y la desigualdad, por la dignidad de la clase trabajadora pueden condensarse en las multitudinarias manifestaciones a favor del sistema público de pensiones y su blindaje constitucional, elemento este que garantiza la suficiencia económica de 9 millones de adultos mayores hoy, y de las nuevas generaciones mañana…
La Ley de Dependencia, capaz de dar cabida y una solución vital a miles de personas discapacitadas de nuestro país, sin duda es otro logro social de estos años.
Como retos en este segundo eje:
- A pesar de los años de lucha y movilización, hoy, estamos imbuidos en un proceso de degradación e involución de todo aquello referido a las conquistas laborales obtenidas durante estos años de lucha, acabar con las diferentes reformas laborales es sin duda el reto para los próximos años, volver a la senda de los derechos y libertadas de la clase trabajadora, hoy perdidas, y con ello a la mejora de sus condiciones de vida.
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La generación de políticas sociales, que deben tener su reflejo en el incremento del gasto social en los presupuestos generales del estado para luchar contra la pobreza y la desigualdad.
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Dotar de presupuestos suficientes a la Ley de Dependencia, para conseguir que definitivamente ni un solo dependiente se quede fuere del marco legal y sin la atención precisa en función de su grado de dependencia.
- Luchar para acabar definitivamente con el “medicamentazo”, y las listas de espera en la sanidad pública, la sanidad que financiamos entre todos.
- El abaratamiento de las fuentes de energía y la gratuidad para los más desfavorecidos.
- Acabar definitivamente con los desahucios, obligándose las administraciones públicas, durante el tiempo necesario para la búsqueda de una regulación jurídica justa y solidaria, a encontrar una solución habitacional para quienes los sufren.
- En definitiva, seguir apostando por el desarrollo del Estado de Bienestar tal y como quedó refrendado en nuestra Constitución: Título preliminar, artículo 1. España se constituye en un Estado social y democrático de Derecho, que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político.
Anatolio Díez Merino, Secretario General UJP-UGT y miembro del Comité Asesor de 65Ymás.