El malestar del sector primario
Juan Manuel Sánchez Quinzá-TorrojaJueves 14 de marzo de 2024
7 minutos
Jueves 14 de marzo de 2024
7 minutos
Las reivindicaciones del sector primario pasan por reducir las importaciones exigiendo los mismos criterios en el cultivo a terceros países que se exigen a las explotaciones de la UE, los bajos ingresos, o las políticas verdes que aumentan los costes de producción.
Las cifras del sector
El sector primario está integrado por las empresas agrícolas, ganaderas, de silvicultura (economía forestal), y pesca (economía azul).
Casi la mitad del territorio español, unos 24 millones de hectáreas, es considerada superficie agraria útil. En el 76% de la superficie trabajada se cultiva secano (que no tiene sistemas de riego), y el resto es regadío (24%). Por tipos de cultivo, la mitad de la superficie es tierra arable (50%) (cereales, hortalizas, y tierras en barbecho). Le siguen los pastos destinados a la ganadería (30%), y los cultivos leñosos (olivares, frutales, y viñedos) (20%).
En España hay más de 900.000 explotaciones agrarias de las que más de 660.000 son perceptoras de ayudas europeas. El sector está muy fragmentado al darse un gran minifundismo empresarial (explotaciones de reducida dimensión física y económica), ya que más de la mitad de las explotaciones tienen menos de 5 hectáreas.
El sector agrario ocupa a unas 770.000 personas, según la EPA, el 4% de la población ocupada de toda España. El titular de la explotación o sus familiares trabajan 50% del total de estas; el resto (el otro 50%) lo hacen los empleados, lo que ha aumentado la productividad del sector, aunque sigue siendo muy baja, inferior a la de países como Francia, Alemania o Italia. La edad media de agricultores y ganaderos es muy elevada (61 años), por lo que afronta la falta de relevo en las explotaciones por el envejecimiento de la población activa del sector.
El sector primario representa el 3% del PIB español, por debajo de la construcción (6%, después del tsunami que supuso para la misma la crisis inmobiliaria y financiera de 2008), y muy lejos de la industria (16%) o los servicios (75%). Los beneficios de la actividad agraria son más inestables que los de otros sectores económicos, al depender de la climatología, las fluctuaciones de los precios, y otros factores que se escapan al control directo del agricultor.
Por otra parte, se viene observando que los precios en origen y destino de muchas frutas y hortalizas se están alejando cada vez más entre sí.
Las importaciones de productos de fuera de la UE que no tienen que cumplir los estrictos requisitos impuestos a las explotaciones intracomunitarias son cada vez mayores. De fuera de la UE se importan cereales, leguminosas, verduras, y tubérculos, cultivos que se producen también en España y que ocupan una parte importante del suelo cultivable español.
¿Qué es la PAC?
Es una de las principales políticas de la UE. Al igual que en la política monetaria, la potestad normativa en materia de agricultura está cedida a la Comisión Europea encargada de dictar las directrices y políticas unificadas en esta materia. Es la política más antigua de la UE, ya que data de 1962 (fue adoptada por los seis países fundadores de la antes denominada Comunidad Económica Europea).
Los principales objetivos de la PAC son unificar criterios en materia de producción y distribución agrícola, proporcionando alimentos seguros, asequibles, y de alta calidad a los consumidores comunitarios, garantizando el nivel de vida de las zonas rurales y del sector, la sostenibilidad del medio ambiente, la regulación de la burocracia y los precios en la UE, y respecto a las importaciones procedentes del exterior la regulación de su entrada en la Unión.
Es una de las políticas más importantes que gestiona la UE (aproximadamente un tercio de sus presupuestos se destinan a la PAC). Para España, la PAC supone una inyección de casi 5.000 millones de euros en ayudas directas que las comunidades autónomas distribuyen entre los agricultores y ganaderos que las solicitan (unos 660.000).
La última reforma de la PAC ha instaurado los “eco-esquemas”, un sistema de incentivos para que las explotaciones agrícolas lleven a cabo actuaciones alineadas con los objetivos medioambientales de la UE.
Los “eco-esquemas” condicionan la concesión de parte de las ayudas de la PAC (esenciales para que la actividad del sector primario sea rentable), lo que se traduce en enormes cargas burocráticas y cumplimiento de una normativa que reduce la productividad de las explotaciones.
¿Qué es el Pacto Verde?
El Pacto Verde Europeo aprobado el 11 de diciembre de 2019 por la Comisión Europea recoge actuaciones contra el cambio climático, leyes de sostenibilidad, economía circular, y economía verde y ha venido a elevar las exigencias ya de por sí altas al sector primario.
Al referirse a la biodiversidad establece que es clave reforzar y mejorar la superficie forestal de la UE y centrar esfuerzos en la economía azul, reconociendo el papel esencial de los océanos en el proceso de adaptación al cambio climático.
En lo referido a los alimentos saludables y justos dice que una irracional producción de los alimentos daña la biodiversidad contaminando el aire, el agua, y el suelo. La estrategia que la UE denomina “de la granja a la mesa” pretende adaptarse a los beneficios que aporta la economía circular.
Las reclamaciones del sector
Tanto las últimas reformas de la PAC como el Pacto Verde han impuesto unas reglas y normativas muy estrictas al sector primario que se han acompañadas de una reducción de los presupuestos comunitarios destinados a la PAC.
Esto está llevando al sector a demandar una serie de actuaciones por parte de la UE que lo hagan más competitivo.
Entre estas reclamaciones se pueden destacar:
- Reducción significativa de la burocracia: la excesiva burocracia comunitaria ha llevado a imponer a las explotaciones el llevar un Cuaderno Digital para controlar sus actividades agrícolas, cuando en muchas zonas en donde desarrollan su actividad no hay internet (critican que cada vez actúan más como unas gestorías).
- Cumplimiento del principio de la PAC sobre preferencia comunitaria: donde los productos de la UE tengan preferencia sobre los de terceros países. Este es uno de los tres principios que recoge la PAC en sus estatutos fundacionales y se está incumpliendo. En la actualidad por razones de índole geopolítica se están firmado acuerdos comerciales con Mercosur, Marruecos, Chile, o Méjico, solo por citar algunos ejemplos. Estas producciones extracomunitarias no cumplen, ni se les exige la estricta normativa interna, mucho más rígida para los países miembros.
- Reducción de las fuertes exigencias en el uso de los fertilizantes: ya que dificultan la competitividad de los productos intracomunitarios al disminuir el rendimiento de las cosechas.
- Mayor flexibilidad en la aplicación de las medidas medioambientales: que recoge el Pacto Verde con el fin de lograr un mayor equilibrio y que tenga en cuenta también la rentabilidad de las explotaciones.
- Mas rentabilidad del sector: que se está perdiendo debido a la importación masiva procedente de terceros países. El sector reclama que se aplique de verdad la Ley de la Cadena Alimentaria por la que se obliga a pagar unos precios en origen que al menos cubran los costes de producción.
- Aumento de la dotación en los presupuestos de la UE para la PAC: En los últimos años se viene produciendo recortes en las partidas presupuestarias de la PAC que provocan desajustes en el sector.
- Flexibilizar la legislación de bienestar animal: a las granjas avícolas y porcinas se les está exigiendo aumentar la superficie de la granja por unidad, lo cual implica una mayor inversión y menor rentabilidad, que podría llevar al cierre de muchas explotaciones ganaderas.
- Protección de la PYMES: los principios originarios de la PAC y que aún se recogen en la misma, iban destinados a la protección de las PYMES del sector. Sin embargo, tras las sucesivas reformas se está dejando el campo libre a las grandes corporaciones agroalimentarias al legislar en beneficio de estas, lo que podría acabar dejando en sus manos la producción, y que se acabe en una situación oligopolista por parte de grandes empresas
Conclusiones
Es imprescindible conciliar el desarrollo sostenible e inclusivo (ante los desafíos del cambio climático y medioambiental), y el garantizar la seguridad y calidad de los alimentos para el consumidor, con el mantenimiento de un nivel de vida decoroso para nuestros agricultores y ganaderos.
El sector primario es un sector estratégico, como se pudo apreciar durante la pandemia del Covid (junto a la Sanidad y a la distribución), aunque expuesto lo anterior parece que la memoria es frágil y los seres humanos olvidamos pronto lo vivido.