Los chavales son como son, no los vas a cambiar, pues como tú cuando eras joven, aunque ahora tienen más información sobre los que tenemos sesenta tacos y más y, como te diría yo, podrían tener un mayor acercamiento hacia nosotros.
La realidad es que mucha gente, y no solo jóvenes, sino también adultos de entre treinta y cuarenta años, no nos entienden. Tú coincides con un grupo de chavales, por eso de que son amigos de tus nietos o lo que sea, y como digas algo que te pasó, ya piensan: "las batallitas del abuelo".
También es verdad que un poco de culpa es nuestra. Tú estás con ellos y no se te ocurre otra cosa que interrumpir una charla con: "Cuando yo tenía tu edad…". Ñonnn. Error.
Y también es un error, pero de los garrafales, si hablan de que hace frío, que introduzcas el tema de la mili de cuando la hiciste en Huesca, y que con la nieve…, y que había un cabo que era gallego que se apellidaba Fandiño, y que el capitán de la Compañía… tú sigue por ahí, hombre, tú sigue por ahí que ya verás cómo en segundos la Compañía que tienes va a ser el viento.
Y, como has crecido con lo de la mili y el mosquetón, pues igual te empatas y empiezas a decir que cuando eras joven escuchabas música en cintas de casete y vinilos o que no existían los móviles y los coches no llevaban GPS o que el mejor regalo era una bicicleta. Chaval, si continúas vas de fracaso en fracaso. ¿De verdad crees que a un mozalbete de ahora le interesa lo del casete, el vinilo y el cabo Fandiño?
Ahora la chavalería ya no hace el servicio militar; la bici la han cambiado por el Blablacar o por el bono joven, y no dan vueltas por el parque en bicicleta; ellos, sí, dan vueltas, pero por un parque más grande, que se llama Europa.
Con la juventud hay que con naturalidad y no como el arzobispo de Pamplona, como si fueras un santo o incluso Dios, y dar lecciones, como que tú no las hiciste buenas cuando eras un imberbe, o quieres que empiece.
Lo importante es que se den cuentan de que aunque has pasado de los sesenta o setenta y tienes arrugas en la cara, sabes de qué va la película, y seguro que cuando te vuelvan a ver (pues no se trata de todos los días intimar), te pegues unas charla y ambos aprendáis. Hablar con jóvenes es lo mejor, lo que más te puede motivar; ¡pero hombre!, también tienes que ponerte un poco en su lugar, porque igual se te ocurre hablar del bicarbonato o de la cafiaspirina, que tú a veces eres… tela como eres.
Del libro ¿Se es viejo a los 60?, tás de coña? (Amazon).