Miguel Ángel Martínez Coello
Miguel Ángel Martínez Coello, alumno de los PUM de la Universidad de Vigo Campus de Ourense y Responsable de Prensa y Comunicaciones de FEGAUS.
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Jueves 2 de abril de 2020
2 minutos
Siempre con la misma cantinela, erre que erre. Desde que nacemos, pasamos la vida empeñándonos en que todo tiene que ser como lo que queremos que sea, y no es así. Hay una razón aplastante: nunca puede ser como uno quiere que sea porque lo que está por venir aún no existe, es decir, está por venir.
Lo ideal es algo que pertenece exclusivamente a nuestra mente es algo vital y necesario porque alberga uno de los mayores bienes que el ser humano pueda desear, y ese es el ideal de superación. Este ideal no sólo es necesario para ser cada día mejor o para alcanzar un mejor bienestar, el ideal de superación es la causa y motivo de la vida misma, sin la cual esta dejaría de tener sentido y desaparecería.
Pero el ideal de superación surge al nacer, con el primer aliento, y muere cuando exhalas el último. Es algo íntimo, que conocen bien todos aquellos que fueron privados de libertad en los campos de exterminio. Sólo aquellos que 'no tiraron la toalla', que no perdieron el ideal de superación, se convirtieron en los escasos supervivientes.
Con estos prolegómenos no quiero emular a ningún sesudo neuro-científico, sino aplicar a estos momentos una observación para valorar lo que de verdad debemos tener en cuenta y extraer reflexiones válidas.
La vida es como una larga escalera en la que sólo subes. Si tienes fuerzas y te apetece subes más aprisa, si te cansas vas más despacio o descansas un rato y si te paras, no bajas, simplemente desapareces.
Ahora mismo, por decirlo de alguna manera, estamos en una situación contradictoria, estableciendo como norma lo que antes era perjudicial como no viajar, no hacer ejercicio, no comunicarse, no trabajar, no salir a la calle y mil cosas más. Esto produce inevitablemente una reordenación en nuestras neuronas, cada vez menos acostumbradas a cambios radicales que se traduce en angustia, temor, miedo, etc. Lo positivo es que como hasta ahora se le ha dado poco trabajo al cerebro, ahora sí o sí lo tenemos que poner a trabajar y el resultado nos lleva a pensar que todo está por hacer y lo único que nos queda es ese ideal de superación.
Piensa, quizás ahora es momento de iniciar ese sueño, ese nuevo trabajo o ese proyecto que siempre deseaste y consideraste inalcanzable. No te pares en la escalera, sigue subiendo.
Miguel Ángel Martínez Coello. Responsable de prensa y comunicaciones de Fegaus (Federación Gallega de Estudiantes Universitarios Senior), perteneciente a CAUMAS. Alumno Senior de la Universidad de Vigo, Campus de Ourense.