Mónica Ramos Toro
Opinión

Amor filial sin control ni abusos

Mónica Ramos Toro

Sábado 15 de junio de 2024

5 minutos

Amor filial sin control ni abusos (Bigstock)

Sábado 15 de junio de 2024

5 minutos

El amor de hijas o hijos puede asfixiar a las personas mayores. Desde ese amor filial imponemos muchas veces nuestras necesidades de cuidado de nietas/os o abusamos en otras ocasiones de los recursos económicos de nuestras madres-padres. Para nuestra comodidad, condicionamos su uso del tiempo y, para nuestra tranquilidad, decidimos las actividades que les convienen realizar sin escuchar sus deseos. Todo lo hacemos, por supuesto, desde el amor y pensando en que lo que a nosotras/os nos parece bien, les tiene que parecer igualmente bueno a nuestras madres-padres mayores. Sin embargo, se trata claramente de abuso y control porque estas conductas desempoderan y anulan la agencia a las personas mayores sobre las que se ejercen, silencia sus opiniones y genera malestares en sus vidas.

Es por este motivo por el que desde el Grupo Social UNATE este año 2024 nos hemos centrado en visibilizar los abusos y el control que sufren las personas mayores, especialmente mujeres, por parte de sus hijas e hijos. Bajo el lema: ¡Respeta nuestro derecho a vivir como queremos! Por unos hijos e hijas que amen a las personas mayores sin control ni abusos, queremos concienciar con motivo del 15 de junio a través de dos vídeos realizados con alumnado del Laboratorio escénico de teatro de UNATE.

 

 

Fue en 2006, cuando la INPEA (Red Internacional para la Prevención del Maltrato a las Personas Mayores, por sus siglas en inglés) y la OMS (Organización Mundial de la Salud) proclamaron el 15 de junio como el Día Mundial de la Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato en la Vejez, lo que fue ratificado por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2011, con el objetivo de poner en el calendario mundial esta problemática tan invisibilizada.

Cada año, instituciones públicas, entidades y organizaciones de personas mayores y que trabajamos con y para ellas, llevamos a cabo acciones con las que concienciar a la sociedad sobre los tipos de violencia que sufren las personas mayores por el mero hecho de serlo y que abarca múltiples formas de maltrato (malos tratos físicos, psicológicos, sexuales, financieros, patrimoniales, negligencia y abandono, vulneración, obstinación diagnóstica, obstinación terapéutica, entre otros). Formas de abusos y malos tratos que siempre llevan implícita una vulneración de los derechos humanos de las personas mayores. Asimismo, los escenarios en los que se producen estos malos tratos son múltiples, desde su propio domicilio, el hogar de las/os hijas/os, la sala de urgencias de un hospital, la consulta de un centro de salud, una residencia para personas mayores, una entidad financiera, una institución pública, un centro de aprendizaje y formación para personas mayores, los medios de comunicación, etcétera.

Fundamentalmente, los abusos y malos tratos que sufren las personas mayores se deben a estereotipos negativos que tenemos en la sociedad acerca de lo que significa envejecer y ser mayor. Unos estereotipos cargados de imágenes edadistas que nos llevan a pensar que las personas mayores son frágiles, vulnerables, dependientes y carentes de raciocinio, lo que las convierte en personas sin capacidad para tomar sus propias decisiones y expresar sus necesidades, deseos e intereses. Pensar así distorsiona los sentimientos que dirigimos hacia las personas mayores al fragilizarlas, al creer que las tenemos que proteger por su propio bien y al homogeneizarlas pensando que por su edad cronológica todas son iguales y necesitan las mismas cosas. Estos estereotipos y prejuicios terminan convirtiéndose en conductas discriminatorias que todas y todos llevamos a cabo cada día hacia las personas mayores con las que convivimos y tenemos a nuestro alrededor. El problema más grave es que no somos conscientes de que estamos infligiendo abuso o maltrato porque lo tenemos tan interiorizado y aprendido que incluso creemos que estamos actuando correctamente. Es evidente que los malos tratos físicos hacia las personas mayores son una excepción, pero no lo son otras muchas formas de abuso que ejercemos de manera constante y en entornos en los que deberíamos generar buen trato y respeto. 

 

 

Desde el Grupo Social UNATE, creemos que es necesario incidir en los abusos y malos tratos más sutiles que nos cuesta más identificar y que ejercemos dentro de la familia hacia las personas mayores creyendo que las cuidamos, cuando en realidad las estamos maltratando. Solo si nos hacemos conscientes del daño que infligimos seremos capaces de cambiar, lo que redundará en nuestro propio beneficio si no queremos que algún día, cuando seamos mayores, hagan lo mismo con nosotras/os. Ser una persona mayor no debería significar ni ahora ni nunca que tu vida no esté en tus manos, que tu voz no sea tomada en cuenta y que tus deseos no sean escuchados

Si todavía no has llegado a la vejez, imagina cómo te gustaría que te trataran cuando seas mayor y, concretamente, cómo te gustaría que lo hiciera tu familia. Seguro que, desde el control, la tutela y la imposición de los deseos de las/os demás, no lo elegirías. Pues entonces tú no lo hagas con tu madre o tu padre. 

Sobre el autor:

Mónica Ramos Toro

Mónica Ramos Toro

Mónica Ramos Toro es geroantropóloga feminista. Coordinadora técnica de UNATE-La Universidad Permanente y Fundación Patronato Europeo de Mayores (PEM).

… saber más sobre el autor