El próximo domingo 12 de mayo a las 18 horas se celebrará en Madrid, en el Auditorio Nacional de Música, un acontecimiento musical extraordinario. No solo por lo que se va a interpretar, un concierto espléndido con una orquesta sinfónica de 85 profesores y un coro de más de 100 voces, sino por quienes son los músicos, la razón por la que se celebra el concierto y las repercusiones de este.
La orquesta es muy especial. Está formada por médicos y estudiantes de medicina españoles y portugueses, que además de su actividad profesional cuidando la salud de sus pacientes, han hecho todos ellos la carrera de música en los diferentes instrumentos que configuran una orquesta, y deciden en su tiempo libre dedicarse a interpretar música del máximo nivel, con fines solidarios.
Efectivamente, han constituido una organización no lucrativa cuya finalidad es hacer música de manera absolutamente profesional, en la que asumen los costes de producción, es decir, alquilan los instrumentos que no pueden ser transportados o cedidos, se pagan sus viajes para conciertos y ensayos, buscan amigos en cuyas casas pueden alojarse, y el dinero que recaudan con las entradas, que dicho sea de paso, son muy baratas, ya que quieren llegar al máximo número de personas y transmitir el mensaje solidario a través de su música, lo entregan a organizaciones científicas que luchan por erradicar enfermedades.
Este concierto, en el que presentan un ambicioso programa que incluye el Requiem de Faure, los Cuadros de una exposición de Mussorgsky/Ravel, y el Intermezzo de Goyescas de Enrique Granados, lo dedican a la Fundación CRIS, cuyo objetivo es fomentar y financiar proyectos de investigación para el tratamiento de diversas formas de cáncer.
Y esa expresión genuina de solidaridad con los que más la necesitan y que es organizado de manera altruista y comprometida por quienes podrían dedicarse a otros menesteres menos demandantes o legítimamente lucrativos, podría ingenuamente suponerse que contaría con la ayuda y apoyo entusiasta de autoridades y de empresas.
Pues no. Lamentablemente la cultura, hecha con amor, con enorme esfuerzo y sacrificio personal por parte de estos profesionales sanitarios que suman a esa condición la de excelentes músicos, no ha contado con ningún apoyo de las administraciones que se supone deberían estar y tampoco de las empresas en cuyas puertas han “tocado”, permítaseme la ironía.
Después de la incertidumbre ante la dificultad de organizar una actividad que necesita movilizar a mucha gente procedentes de distintos lugares, reunirse para hacer ensayos en sus tiempos libres y además organizar la logística que supone un concierto de esta magnitud, y no disponer de financiación alguna para ello, la ayuda ha venido de la mano generosa de la Organización Médica Colegial, la autoridad que representa a los médicos españoles, de una banca privada independiente, que si entendió con gran sensibilidad lo extraordinario de este evento y ayudó a costear gastos inherentes al mismo, básicamente el alquiler del Auditorio, y el Centro Superior de Investigación y Promoción de la Música de la UAM, que, cediendo instrumentos y salas de ensayos, han colaborado para hacer viable una actividad tan noble como estimulante por lo que tiene de altruista hacia aquellos que se van a beneficiar de lo que consigan estos admirables profesionales. Gracias a ellos se podrá celebrar este concierto.
Espero que la lectura de estas líneas ayude a conseguir llenar el Auditorio Nacional de Música en Madrid y me gustaría también, como efecto secundario colateral, que, a pesar de mi escepticismo, se ablande el duro corazón burocrático de aquellos que administran fondos públicos y de aquellas empresas que buscaron excusas de todo tipo para evitar colaborar con la mínima financiación necesaria para desarrollar este evento cultural y que, en el futuro, faciliten con su participación iniciativas tan estimulantes como esta que hacen que uno siga creyendo en la bondad y en el altruismo como motores amables de un mundo tan a menudo deshumanizado y sometido a tensiones irresponsables.
Por si algún lector quiere asistir o colaborar, este es el enlace de la página de venta de entradas.