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Domingo 29 de mayo de 2022
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Estamos en un mundo en constante cambio y muy acelerado que provoca que las personas que tienen la competencia de la learnability o capacidad de estar adquiriendo competencias y aprendizajes constantemente, tengan una ventaja competitiva. Es de sobra conocido el dato de la Fundación ADECCO que dice que el 52% de los currículums de profesionales mayores de 55 años son descartados de forma automática. Bajo mi punto de vista, esto es edadismo o discriminación por edad. No puedes enviar un currículum a la papelera sin tener en cuenta su formación, experiencia, competencias… y descartarlo sólo por la edad.
Entre los argumentos que citan los profesionales de Recursos Humanos, o como a mí me gusta más llamarlo, Gestión del Talento, es que: son caros, no se adaptan a los cambios, no tienen competencias digitales, su formación está obsoleta… Por eso, es necesario que el sénior diseñe su EPRA o Entorno Personal y Relacional de Aprendizaje durante toda su vida, para seguir siendo empleable o promocionable en su organización.
Hoy tenemos infinidad de formas los mayores de 50 años de seguir aprendiendo sin esperar a que sea “papá” Recursos Humanos el que nos haga hacer un curso. Sabemos escuchar al Mercado Laboral y analizar las tendencias, qué puestos de trabajo, competencias/habilidades, conocimientos… serán necesarios en el futuro del trabajo y por tanto irnos preparando. Opciones como la de realizar MOOCs (Cursos masivos abiertos y gratuitos de universidades), redes profesionales como LinkedIn, vídeos en YouTube, los podcast que podemos ir escuchando mientras caminamos o viajamos, blogs especializados, etc., nos permiten disfrutar el aprendizaje social, y así poder estar al día de nuestro sector. La llamada inteligencia colaborativa, el trabajar en voz alta, son también formas de aprendizaje muy efectivas dentro de las organizaciones.
'Upskilling' y 'reskilling'
Ya nuestros padres/madres tuvieron que cambiar la máquina de escribir por el ordenador, también nosotros hemos hecho un “máster” acelerado en digitalización debida a la pandemia del Covid-19 y hemos aprendido a teletrabajar, a utilizar herramientas como ZOOM, Microsoft TEAMS, Google Meet, Trello, Google Drive, Slack… Tenemos plasticidad neuronal, lo que nos permite seguir aprendiendo durante toda la vida. Esta adquisición de conocimientos y competencias para seguir desempeñando nuestra profesión, es lo que se llama upskilling, que es más que necesaria en entornos tan cambiantes como los que tenemos.
Hay posiciones que están desapareciendo o se automatizan y deberemos hacer un reskilling (adquisición de conocimientos y competencias) hacia otras posiciones que sí tengan demanda o se creen como nuevas profesiones, si queremos poder seguir siendo empleables. Sabemos que algunos puestos muy repetitivos y fácilmente automatizables desaparecerán, pero también aparecen nuevas profesiones, como experto en minería de datos, piloto de drones, especialista en ciberseguridad… que tienen una demanda al alza y que, sin embargo, nuestros padres o abuelos no podrían haberse dedicado a ello porque sencillamente no existían estas profesiones.
Las competencias como la creatividad, la resolución de problemas complejos, liderazgo e influencia social, aprendizaje activo, resiliencia, tolerancia al estrés, flexibilidad, comunicación… serán claves en los nuevos entornos de trabajo.
Está claro que debemos acercar la adquisición de formación y competencias a las necesidades de las empresas, pero también las empresas deberán ofrecer unas condiciones laborales y económicas mejores si quieren que el talento siga en sus equipos y el candidato aplique a sus ofertas de empleo o haga autocandidatura.
La mitad de la población trabajadora necesitará volver a capacitarse en los próximos cinco años, según el Informe sobre el Futuro del trabajo 2020 del Foro Económico Mundial. Por lo que mi propuesta es que estemos en fase Beta permanente y cada día pongamos un nuevo aprendizaje/skill en nuestra mochila, eso nos mantendrá más empleables, promocionables y vivos.
