![Pilar Cernuda Pilar Cernuda](https://www.65ymas.com/uploads/s1/32/68/41/pilarcernuda.jpeg)
Jueves 26 de marzo de 2020
2 minutos
![Cernuda Setenta y Cernuda Setenta y](/uploads/s1/32/68/48/cernuda-setenta-y.jpeg)
En estos días de zozobra, por no decir de pánico, con miles de personas que sufren la situación en solitario, más que nunca es necesario no perder el control. Está saliendo además lo mejor de cada casa, la generosidad de la gente, el ofrecimiento de ayuda por parte de personas a las que apenas conocemos, vecinos que se hacen cercanos, más los telefonazos de amigos y familiares con los que apenas había contacto.
Dentro de la tristeza, de la angustia, hay personas que lo llevan mejor que otras, con más ánimo, probablemente porque se sienten emocionalmente acompañados, aunque no tengan más compañía que la soledad.
Pongamos buena cara a los días amargos, aunque no sea más que para pelear contra la amargura. Lo de la cara es importante, lo digo porque hace unos días una amiga viuda, con los hijos fuera de casa, me contaba que está bien y que incluso le encontraba el punto a estar sola, sin dar explicaciones a nadie, sin salir... y sin arreglarse. Se duchaba cada dos días y se ponía un pantalón y un jersey viejo. Y el día que no se duchaba, se quedaba en pijama y una bata.
Primero, estupefacción. Segundo, cabreo, que más o menos dejé que se me notara. Nunca he sido muy partidaria de la dejadez, el respeto a los demás empieza por el respeto a uno mismo, y se empieza por algo tan prosaico como no arreglarse y se acaba oliendo mal por escapar de la ducha. En casa, a solas, no hay que ir como un pincel, o pintada como una puerta, aparte que con los años el pintada como una puerta no solo avejenta sino que roza el ridículo o se cae directamente en él; pero ir mínimamente arregladita parece que es lo obligado. Además levanta el espíritu, aunque no sea más que para tener buen aspecto al mirarse al espejo, que es algo que alegra la vida.
Tengo en mi entorno el otro modelo. Una amiga de mi quinta que también vive sola y que, además de cuidar lo que come y hacer un poco de ejercicio en casa, a las dos se pone el aperitivo. Y lo cuenta: “Una cervecita, unas aceitunitas o unas patatas, un poco de colorete y rimmel. Nada más. Pero me siento como como si estuviera al sol en una terraza disfrutando de los amigos”. ¡Bien!