Juan Manuel Sánchez Quinzá-Torroja
Opinión

¿Por qué es tan alto el paro en España?

Juan Manuel Sánchez Quinzá-Torroja

Martes 3 de octubre de 2023

5 minutos

desempleo

Martes 3 de octubre de 2023

5 minutos

La tasa de paro en España casi dobla a la media de la Unión Europea. El peso de actividades de bajo valor añadido como el turismo o la construcción, el poco peso de la industria en el PIB, el excesivo número de PYMES, la forma de organización empresarial, la baja productividad o la demografía son las principales causas que lo justifican. 

Los últimos datos de la EPA indican que por primera vez se superaron los 21 millones de trabajadores, que está cogiendo fuerza los sectores de alto valor añadido, que la temporalidad se encuentra en mínimos y que la tasa de paro es la más baja desde hace 15 años (el 11,6%). Pero esta última cifra sigue siendo casi el doble de la media europea. Según Eurostat, España es el país con más desempleo de la UE, con más paro que Grecia (11,1%), Suecia (7,9%) o Lituania (7,5%) y se encuentra a años luz de los países que presentan los mejores datos como Polonia (2,6%) o Chequia (2,5%). La tasa de paro española también es peor que la de nuestros vecinos como Francia (7,1%) o Portugal (6,4%). 

Causas 

Entonces, si los datos del paro son los mejores de los últimos 15 años, ¿por qué sigue habiendo una diferencia tan grande entre el paro en España y el europeo? Se trata de una constante que se viene produciendo en nuestra economía desde la llegada de la democracia, hace 45 años. 

Entre las causas de este alto paro se podrían destacar: 

1) El modelo económico

Nuestro país depende en exceso de sectores poco resilientes frente a la destrucción de empleo como la construcción y la hostelería, que son actividades con un bajo valor añadido. 

2) El escaso peso del sector industrial en el PIB

La industria es un sector con una alta productividad, generadora de empleos de mayor calidad, y con mejores salarios y condiciones laborales, y que presentan mayor resistencia a las fases adversas del ciclo económico. La industria española tiene poco peso desde los años ochenta en que se produjo la crisis del petróleo que desindustrializó España, representando en el año 2021 tan solo el 15,31 del PIB, lejos del recomendado por la UE, que considera que en sus países miembros debe superar por lo menos el 20%. Los países en los que tiene más peso la industria, como República Checa y Polonia, son los que tienen una menor tasa de paro. 

3) El excesivo número de PYMES

Estas empresas tienen menos productividad por lo que los beneficios son siempre limitados, y sus tasas de inversión son menores, y menores tasas de inversión implica menos empleo. En España representan más del 90% del tejido productivo por lo que su número es excesivo. 

4) La forma de organización empresarial fomenta largas jornadas de trabajo

En España se trabaja más horas que en los países europeos más desarrollados y lo hacemos con una menor productividad. Esas extensiones en la jornada laboral impiden el acceso al mercado del trabajo de muchos trabajadores, a lo que hay que añadir la gran cantidad de horas extraordinarias que no se retribuyen.

5) La baja productividad de las empresas

Así en los momentos que la economía va bien se genera mucho empleo, mientras que cuando va mal se destruye con una gran intensidad. Es el denominado efecto esponja de la economía española, acuñado por el catedrático Albino Prada. 

6) La alta tasa de economía sumergida, superior a la media europea

Hay muchas personas que probablemente están trabajando y no salen en las estadísticas. El escudo social desplegado durante la pandemia ayudó a aflorar buena parte de la economía sumergida, pero los últimos datos sitúan a España entre los países que más la sufren. Según los técnicos de la Agencia Tributaria representa en torno al 18% del PIB. 

7) La demografía

Durante varias décadas, la natalidad en España estuvo por encima de la media (generación de baby boom). Arrastramos generaciones muy numerosas que el mundo laboral no ha sido capaz de absorber (esto está cambiando ya desde mediados de la década de los años setenta y posteriores) con la consecuente presión sobre el sistema público de pensiones. 

8) El fracaso de las políticas activas de empleo

Las políticas activas de empleo son intervenciones del Estado en el mercado del trabajo para ayudar a los parados a encontrar trabajo, destacando entre éstas la formación mediante cursos que ayuden a los parados a mejorar sus habilidades profesionales y así aumentar su empleabilidad. Entre los programas de políticas activas destaca el PREPARA que realizan los Servicios Públicos de Empleo, destinado a desempleados de larga duración a quienes se da una ayuda y además se forma para su recolocación. Sin embargo, esos fondos no están mejorando la empleabilidad de esos parados, siendo incluso negativa durante el tiempo que dura la ayuda, y ello se debe a que los cursos de formación que ofrecen los servicios de empleo son muy rígidos y no tienen en cuenta las necesidades de las empresas, por lo que los fondos que se utilizan para esta finalidad son poco eficientes. 

¿Alcanzará España el pleno empleo? 

Si no se produce ningún hecho extraordinario (un cisne negro en la economía) la tasa de desempleo debería de seguir cayendo. Los buenos datos económicos, el impulso de las actividades de alto valor añadido (gracias a los fondos Next Generation), el aumento sostenido de las exportaciones en los últimos diez años, y la jubilación de la generación del baby boom alientan esta esperanza. 

Pero el pleno empleo requiere de acuerdo, con la definición técnica del mismo, que la tasa de paro debería rondar el 4%, ya que ese porcentaje recoge solo el denominado paro friccional (el desempleo voluntario que dura mientras un trabajador deja un trabajo y encuentra otro). 

El pleno empleo es literalmente que todo aquel que quiere trabajar, puede hacerlo, lo cual es difícil de alcanzar en España, pues tendría que reducir el paro actual en casi las dos terceras partes, cosa que nunca logro, y modificar las causas que hace que sea tan elevado, lo cual es muy complicado a corto plazo.

Perspectivas de futuro 

Entre los retos que afronta el mercado laboral español para reducir la alta tasa de paro con respecto a la UE está la capacidad de atajar el trabajo a tiempo parcial involuntario, la temporalidad (se está reduciendo desde la entrada en vigor de la reforma laboral), y que los salarios puedan afrontar el coste de la vida, así como solventar los problemas de empleabilidad de sectores específicos de la población, como los colectivos de mujeres o de los jóvenes, ya que sin actuar sobre estos es difícil acabar con la dicotomía activo-parado. 

La tasa de paro se va a ir reduciendo lentamente si no hay ningún imprevisto, ya que hay una oportunidad de mejorar el modelo productivo actual causante de este mayor desempleo aprovechando los fondos europeos.

Sobre el autor:

Juan Manuel Sánchez Quinzá-Torroja

Juan Manuel Sánchez Quinzá-Torroja

Juan Manuel Sánchez Quinzá-Torroja es profesor Titular del Departamento de Economía de la Universidad de La Coruña (UDC).

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