Evidentemente, nos parece prometedor que el sector bancario haya dado formación financiera o mejorado la accesibilidad a su vanguardia tecnológica, pero, sin duda, son ínfimos avances, aunque avances que debemos celebrar.
Ahora bien, el problema de fondo sigue sin ser resuelto y sobre ello, aparentemente, el dossier no destila ni una gota.
Un 20% de oficinas no contempla un servicio específico para mayores. Por qué no han cumplido con sus responsabilidades, qué entidades no cumplen con este requisito y cuál es el motivo, en qué zonas geográficas no se cumple el requisito… Son cuestiones que nos gustaría conocer.
La España vaciada se mantiene sin ningún tipo de conexión bancaria y lo peor es que no hay planes para dotarla del mismo, algunos datos a 31 del 12 de 2021:
- En España había 45.707 sucursales, hoy quedan 19.015
- Había 61.714 cajeros hoy quedan 47.639, con múltiples problemas de funcionamiento ordinario.
De 8.131 municipios
- En 4.422 municipios no hay oficina bancaria.
- En 4.007 municipios no hay ni oficina bancaria ni cajero automático.
- En 3.700 municipios no hay tampoco, además de lo anterior, Agente financiero.
- En 3.472 municipios no hay tampoco, además de lo anterior, Agente de Correos.
- En 3.230 municipios no hay ningún tipo de conexión bancaria.
Esta es nuestra triste realidad y de ella no se plantean, ni se ven, soluciones en el corto y medio plazo. ¿Qué hará la banca para dar una respuesta a todos los que habitan en la España rural?. Estamos hablando de una horquilla que va desde los cerca de 700.000 personas sin ninguna conexión hasta más de 1,5 millones de personas sin sucursal bancaria o cajero automático, con desplazamientos, cuando la persona puede realizarlos, que son en el menor de los casos de más de 15 kilómetros. Un ejemplo: el 20% de la población de Zamora carece de servicios bancarios.
El tercer elemento, del cual no habla el dossier y sigue siendo sin duda la mayor preocupación de las personas mayores en cuanto a su relación con la banca, son las comisiones. Éstas se mantienen en tipos de usura y curiosamente penalizan más a aquellos pensionistas con ingresos más bajos. Esta es la cuestión clave, adecuar las comisiones de gestión al valor de las pensiones y no cobrar comisiones por actividades fuera de los horarios de caja.